Juan Carlos Scalzo [email protected] La metodología tiene como antecedente la instancia de diálogo, opinión y consenso que se utilizó para poner en valor el edificio de la vieja terminal de ómnibus (ubicada en el centro de la ciudad) cuando los servicios que prestaba se trasladaron a la nueva estación, situada en el oeste del casco urbano rafaelino, en mayo de 2009.
Fue la propuesta de un grupo inversor que pretendía, centralmente, convertirla en un moderno paseo de compras (a cambio de una concesión por 30 años), lo que disparó la discusión sobre la conveniencia o no de ceder un bien público (pertenece al Estado municipal) para a la explotación privada.
La gestión municipal de entonces, a cargo de Omar Perotti, habilitó un amplio debate, del que formó parte toda la institucionalidad rafaelina, con el fin de decidir qué hacer con ese espacio. Luego de muchas reuniones, en las que no faltaron los acalorados intercambios, se concluyó en que lo apropiado era rediseñarlo, respetando su patrimonio arquitectónico, y transformarlo en un espacio que cobije, esencialmente, las expresiones culturales de la ciudad.
El lugar recibió el nombre de Centro Cultural del Viejo Mercado, en honor a que fue construido y concebido para operar como el Mercado Municipal de Abasto, y, actualmente, dentro de sus dependencias desarrollan sus actividades el Museo de Bellas Artes “Urbano Poggi”, el Museo de la Fotografía, la Biblioteca “Lermo Balbi”, el Liceo Municipal “Miguel Flores”. Además, cuenta con un área de convenciones, exposiciones y eventos, oficinas y restaurante-bar.
Ahora, con la misma modalidad, se comenzó a debatir el futuro de los ex Almacenes Ripamonti, un edificio que desde 1888 funcionó, precisamente, como almacén de ramos generales y se convirtió en el mayor proveedor de toda la región en su etapa de expansión y transformó a Rafaela en un polo comercial del oeste santafesino.
La actividad de esta tradicional firma se desarrolló por varias décadas, hasta su cierre definitivo en 1973 por problemas económicos-financieros. Más tarde, la propiedad pasó a otras manos privadas y fue allí cuando comenzó su abandono hasta alcanzar el deterioro que presenta por estos días, que incluye el riesgo de derrumbe. En el camino se sucedieron y cayeron varios proyectos de su actual titular (Luis Alberto García Cullá), que, en realidad, no fueron otra cosa que maniobras dilatorias y especulativas para no desprenderse del inmueble.
Acciones Agotada la paciencia y la tolerancia del poder político, las autoridades institucionales, más el repudio de la ciudadanía, la actual administración municipal, encabezada por Luis Castellano, decidió enviar al Concejo municipal un proyecto para iniciar el trámite expropiatorio de predio y edificio, y rápidamente el cuerpo le dio sanción. Simultáneamente, el senador Justicialista del departamento Castellanos, Alcides Calvo, presentó en la Cámara Alta una iniciativa en la misma dirección, y ya obtuvo la aprobación por lo que todo hace suponer que no habrá inconvenientes para que Diputados le dé la media sanción que le falta.
Además el diputado provincial Omar Martínez (Frente Progresista) ingresó otro proyecto lo que refuerza la posibilidad de que la confiscación se transforme en ley.
Mientras tanto, y para acelerar los tiempos, el Gobierno municipal organizó una etapa de consulta semejante a la encarada con el edificio de la vieja terminal, con la intención de convenir la utilidad que se le dará a los ex Almacenes Ripamonti.
Abrir el juego “En Rafaela, tenemos una trayectoria en la construcción y el desarrollo de procesos participativos para la definición de los espacios públicos y este es un antecedente concreto que nosotros tuvimos en cuenta en la organización de este debate. Esta una cuestión que hay que poner en valor, que no sucede en todas las ciudades, que nos caracteriza y es la forma y la manera que elige esta gestión municipal para llevar adelante definiciones que implican decisiones a futuro muy importantes para los rafaelinos”, afirmó la subsecretaria de Gestión y Participación local, María Julia Davicino, a
Mirador Provincial.
“Los Almacenes son de gran importancia desde lo simbólico, lo cultural, lo histórico y lo patrimonial para los rafaelinos y mientras estamos a la espera de la ley que ordene la expropiación, iniciamos este proceso, en el que nos parece fundamental abrir esta instancia de diálogo y que seamos los rafaelinos, en conjunto, quienes pensemos qué destino nos gustaría que tenga este lugar en el futuro”.
Hasta el momento se realizaron dos encuentros: el primero con estudiantes de distintas universidades y luego con el Consejo de Adultos Mayores (espacio conformado por instituciones vinculadas a la tercera edad). “Los hemos convocado porque ellos son la memoria viviente de lo que fueron los almacenes en su esplendor, incluso algunos llegaron a conocerlos, otros tienen familiares que trabajaron allí o eran clientes y nos pareció importante retomar lo que fue para repensar lo que vendrá”, sostuvo la funcionaria.
Con relación a los futuros llamados, Davicino señaló que “no está definida la fecha del tercer encuentro, pero la idea es que la mirada sea amplia y a todos los sectores, como la cultura, la producción, el comercio, el trabajo y el resto de las entidades intermedias para que tenga la posibilidad de volcar sus propuestas”.
A su vez, la subsecretaria reveló que con relación al programa de usos y actividades, desde la gestión municipal, “si bien hemos estado discutiendo distintas propuestas no hay, todavía, una mirada consensuada y por eso es importante para nosotros abrir el juego y conocer las opiniones de otros sectores de la sociedad. Lo que tenemos es un diagnóstico que realizaron profesionales de la ciudad y es el que nos va a brindar las pistas para definir qué partes se pueden conservar, cuales se deben reconstruir o cuáles hay que pensar de una manera distinta”.
