José Lemos. Si bien es un entrenador reconocido y respetado, sus logros deportivos no han conseguido, creemos, la repercusión y consideración que se merecen. Fue campeón del mundo con Carlos "Tata" Baldomir en 2006.
Foto:Ilustración: Lucas Cejas.
Sergio Ferrer
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Como ocurre con muchos de los protagonistas de la historia del boxeo santafesino, el nombre de José Lino Lemos ha sido mencionado en este ciclo de Mirador Provincial en repetidas ocasiones y con merecida insistencia. Ya sea porque recordamos a sus más destacados rivales, como ser Juan Carlos Juncos y Roberto Cheta, el primero de ellos en el amateurismo, el segundo en el campo profesional. O bien porque hicimos alusión al aniversario del máximo de sus logros como director técnico y manejador de pugilistas, la obtención del título del mundo de la categoría welter como rincón principal de Carlos "Tata" Baldomir (el 7 de enero de 2006, en el Teatro del Madison Square Graden de Nueva York).
También lo nombramos como parte de la recordación de una pelea de alguien que supo ser uno de sus pupilos más prominentes y de mayor proyección, Julio César "Zurdo" Vásquez, de quien rememoramos su gran victoria de 1989 contra Troy Wortham en Estados Unidos. Sin olvidar de aquella vez que nos referimos a su amistad de fierro con Ramón Perelló, uno de los más furibundos pegadores que dio el medio pugilístico local. Amistad, esta última, que sirvió como excusa para que el propio Lemos explicara cómo se fajaba y cuán fuerte pegaba este taquillero peleador.
Dentro de algunos meses Lemos cumplirá 82 años. Aún sigue activo en el gimnasio de boxeo del Club Atlético Colón de la ciudad de Santa Fe, en cuya conducción lo acompaña desde hace bastante tiempo su hijo Carlos. José nació en la localidad cordobesa de Marul el 23 de septiembre de 1938, pero lo anotaron el 1º de octubre del mismo año. De todas formas, boxísticamente hablando, fue un producto ciento por ciento santafesino.
Primer campeón
Entre los 6 y los 12 años, Lemos vivió en Rincón de Ávila, en la zona rural santafesina, pero luego se radicó en la capital provincial, donde empezó a entrenarse con Amílcar Brusa, con quien se inició en la práctica del boxeo a los 15. Antes de cumplir los 17 años debutó en el amateurismo y el 29 de julio de 1960, con casi 22, lo hizo como profesional. Su rival fue Antonio Cristoso, a quien le ganó por nocaut técnico en cuatro asaltos. Su campaña como púgil rentado se extendió hasta el 18 de junio de 1965, fecha en la que perdió en la novena vuelta con el cordobés José Horacio Paredes.
En el lapso descripto completó un registro de 37 salidas en el terreno de paga, con 32 victorias (26 antes del límite) y solo 4 derrotas (la de Paredes, otras dos con el citado Cheta y el desquite con Raúl Ulieldín, al que le había ganado con anterioridad), más un 1 solitario empate (con Juan Carlos Puebla). Siempre peleó bajo la tutela de Brusa, de quien fue, indudablemente, un aventajado discípulo.
Alguna vez José nos contó que el peso negativo de la derrota con Paredes y la idea de poder constituir una familia lo llevaron a decidirse prematuramente por el retiro. Así fue como, siendo todavía muy joven, puesto que no llegaba a los 27 años, se dedicó de lleno a la dirección técnica. En este ámbito no dudaría en tomar desafíos importantes desde un principio, entre ellos la conducción de boxeadores que ya habían tenido roce internacional, como los sanjustinos Carlos Manuel del Valle Herrera (más conocido como "Zurdo" o "Carloncho") y Alberto Ramón Pacheco ("Pachequito"), como también Oscar "Cloroformo" Florentín, que era de Avellaneda, en el norte de la provincia.
En 1981 estos púgiles habían acompañado a don Amílcar en su exilio deportivo en Caracas, Venezuela, pero luego retomaron sus respectivas carreras junto a Lemos, ya afianzado en un gimnasio propio, armado en las instalaciones del club República del Oeste. Con "Pachequito", además, José se dio el gusto de consagrar a su primer campeón. Fue el 8 de febrero de 1985 en Concordia, Entre Ríos, donde el santafesino superó por puntos al local Ramón Horacio Albers, quedándose con el título nacional del peso mosca.
Una lista interminable
Además de los citados, entre los numerosos pupilos que pasaron por las manos de José Lino Lemos en República del Oeste, podríamos nombrar a Omar Ramayón, José "Negro" Braca, Donato Zamora, Luis Márquez, Néstor "Pototo" Paniagua y César "Rocky" Peralta, estos dos últimos esperancinos. De igual modo podemos citar a otros valores, que ya estaban con él antes de mudarse a Colón, pero empezaron a mostrarse con mayor fuerza cuando José se trasladó a la entidad del barrio Centenario, como ser René Alberto More, Carlos Ríos, Fernando Vera y el propio Carlos Baldomir.
Durante ese tiempo, Sandro Abel Vázquez, Ismael Agustini y Dante Fabián Tablada también fueron peleadores que lograron cierta figuración con Lemos en la esquina. Asimismo, no está de más mencionar, entre una nutrida y casi inabarcable lista de nombres, los de Ramón "Monzón" Moyano, Marcos Díaz, César David Crenz, Cristian Serrano, Damián Yapur, Pablo Roldán y Emanuel "Bocacha" González.
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Como ocurre con muchos de los protagonistas de la historia del boxeo santafesino, el nombre de José Lino Lemos ha sido mencionado en este ciclo de Mirador Provincial en repetidas ocasiones y con merecida insistencia. Ya sea porque recordamos a sus más destacados rivales, como ser Juan Carlos Juncos y Roberto Cheta, el primero de ellos en el amateurismo, el segundo en el campo profesional. O bien porque hicimos alusión al aniversario del máximo de sus logros como director técnico y manejador de pugilistas, la obtención del título del mundo de la categoría welter como rincón principal de Carlos "Tata" Baldomir (el 7 de enero de 2006, en el Teatro del Madison Square Graden de Nueva York).
También lo nombramos como parte de la recordación de una pelea de alguien que supo ser uno de sus pupilos más prominentes y de mayor proyección, Julio César "Zurdo" Vásquez, de quien rememoramos su gran victoria de 1989 contra Troy Wortham en Estados Unidos. Sin olvidar de aquella vez que nos referimos a su amistad de fierro con Ramón Perelló, uno de los más furibundos pegadores que dio el medio pugilístico local. Amistad, esta última, que sirvió como excusa para que el propio Lemos explicara cómo se fajaba y cuán fuerte pegaba este taquillero peleador.
Dentro de algunos meses Lemos cumplirá 82 años. Aún sigue activo en el gimnasio de boxeo del Club Atlético Colón de la ciudad de Santa Fe, en cuya conducción lo acompaña desde hace bastante tiempo su hijo Carlos. José nació en la localidad cordobesa de Marul el 23 de septiembre de 1938, pero lo anotaron el 1º de octubre del mismo año. De todas formas, boxísticamente hablando, fue un producto ciento por ciento santafesino.
Primer campeón
Entre los 6 y los 12 años, Lemos vivió en Rincón de Ávila, en la zona rural santafesina, pero luego se radicó en la capital provincial, donde empezó a entrenarse con Amílcar Brusa, con quien se inició en la práctica del boxeo a los 15. Antes de cumplir los 17 años debutó en el amateurismo y el 29 de julio de 1960, con casi 22, lo hizo como profesional. Su rival fue Antonio Cristoso, a quien le ganó por nocaut técnico en cuatro asaltos. Su campaña como púgil rentado se extendió hasta el 18 de junio de 1965, fecha en la que perdió en la novena vuelta con el cordobés José Horacio Paredes.
En el lapso descripto completó un registro de 37 salidas en el terreno de paga, con 32 victorias (26 antes del límite) y solo 4 derrotas (la de Paredes, otras dos con el citado Cheta y el desquite con Raúl Ulieldín, al que le había ganado con anterioridad), más un 1 solitario empate (con Juan Carlos Puebla). Siempre peleó bajo la tutela de Brusa, de quien fue, indudablemente, un aventajado discípulo.
Alguna vez José nos contó que el peso negativo de la derrota con Paredes y la idea de poder constituir una familia lo llevaron a decidirse prematuramente por el retiro. Así fue como, siendo todavía muy joven, puesto que no llegaba a los 27 años, se dedicó de lleno a la dirección técnica. En este ámbito no dudaría en tomar desafíos importantes desde un principio, entre ellos la conducción de boxeadores que ya habían tenido roce internacional, como los sanjustinos Carlos Manuel del Valle Herrera (más conocido como "Zurdo" o "Carloncho") y Alberto Ramón Pacheco ("Pachequito"), como también Oscar "Cloroformo" Florentín, que era de Avellaneda, en el norte de la provincia.
En 1981 estos púgiles habían acompañado a don Amílcar en su exilio deportivo en Caracas, Venezuela, pero luego retomaron sus respectivas carreras junto a Lemos, ya afianzado en un gimnasio propio, armado en las instalaciones del club República del Oeste. Con "Pachequito", además, José se dio el gusto de consagrar a su primer campeón. Fue el 8 de febrero de 1985 en Concordia, Entre Ríos, donde el santafesino superó por puntos al local Ramón Horacio Albers, quedándose con el título nacional del peso mosca.
Una lista interminable
Además de los citados, entre los numerosos pupilos que pasaron por las manos de José Lino Lemos en República del Oeste, podríamos nombrar a Omar Ramayón, José "Negro" Braca, Donato Zamora, Luis Márquez, Néstor "Pototo" Paniagua y César "Rocky" Peralta, estos dos últimos esperancinos. De igual modo podemos citar a otros valores, que ya estaban con él antes de mudarse a Colón, pero empezaron a mostrarse con mayor fuerza cuando José se trasladó a la entidad del barrio Centenario, como ser René Alberto More, Carlos Ríos, Fernando Vera y el propio Carlos Baldomir.
Durante ese tiempo, Sandro Abel Vázquez, Ismael Agustini y Dante Fabián Tablada también fueron peleadores que lograron cierta figuración con Lemos en la esquina. Asimismo, no está de más mencionar, entre una nutrida y casi inabarcable lista de nombres, los de Ramón "Monzón" Moyano, Marcos Díaz, César David Crenz, Cristian Serrano, Damián Yapur, Pablo Roldán y Emanuel "Bocacha" González.
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