IGNACIO ETCHART
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Paula Otegui es profesora de danza clásica, contemporánea, de samba no pé y de yoga. También es instructora en ritmos y pilates, y hace cinco años es docente en la Escuela de Artes Escénicas del Centro de Empleados de Comercio de Victoria.

Recientemente, durante las actividades planeadas desde el municipio en la Calle Recreativa, como una forma de distensión y entretenimiento, enmarcados en los protocolos sanitarios establecidos por la pandemia de coronavirus, Paula dictó clases de samba para vecinos y turistas en la costanera de Victoria. “Para mí fue re lindo, porque también es animarme a salir del salón de clases, que es mi espacio de confort, donde tenemos todo el protocolo y ya sabemos cómo funciona. Y de repente ir a dar clases al aire libre fue súper lindo y la gente, si bien mantenía la distancia, pudo también sacarse un rato el barbijo y soltarse, volver un poco a la normalidad, aunque sea eso”, señaló la profesora.

“Esa fue la respuesta de mis alumnas. Sintieron que se liberaron por un rato, siempre obviamente cuidándose y manteniendo distancia. Algunas fueron con sus amigas, entonces se formaron subgrupos o burbujas en la clase, pero estuvo genial”, agregó.


LA NUEVA NORMALIDAD


Respecto a la vuelta al salón, luego de la flexibilización del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), la profesora recordó que “no fue fácil animarse a volver. Por suerte, Angie, que es mi compañera de trabajo me impulsó. Es volver a empezar, a aprender cómo se maneja todo y a enseñarle a todo el alumnado cómo es ahora”, indicó. “Porque de pasar a bailar por todo el salón a bailar en un cuadrado, no ha sido nada fácil. Por ahí para los más chiquitos, particularmente, pero al fin y al cabo, fueron los que mejor se acomodaron al protocolo”, agregó entre risas.

“Creo que es súper importante poder salir de casa y hacer algo que nos haga bien, aunque sea 45 minutos o una hora. También volver a encontrarse con los pares y con los amigos de la actividad. O lo mismo las nenas que tienen una felicidad de ver otro niño, es algo que no se puede explicar”, subrayó.

Por último, la docente profundizó sobre la nueva normalidad, las inquietudes y particularidades que implica una disciplina sobre todo física, como es cualquier tipo de baile, enmarcadas dentro del nuevo contexto de distancia social preventiva. “Desde mi lugar estoy intentando abrir espacios más reflexivos, de observar y sentir el cuerpo. A veces realizamos la clase de la danza que sea, después meditamos unos 5 minutos y observamos cómo esta nuestro cuerpo”, indicó, para agregar que “es todo un proceso. Cada vez que viene alguien nuevo es volver a enseñarle, aunque se adecua más rápido porque el grupo ya está acostumbrado. Pero al principio sí, fue bastante complicado”.

“Prefiero la presencialidad a la virtualidad, creo que todo se puede ir acomodando. En un primer momento hay mucha resistencia, no querés, no te animás, a todos nos pasó. Pero después ya está, ya es la ‘nueva normalidad’ como se le dice”, concluyó la docente.