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Dónde hubo fuego, pasan cosas...

El jueves 25 de marzo, a las 19, se presentó en el Jardín de la residencia Villa Hortensia de la ciudad de Rosario "La casa frente al mar", de la escritora Cecilia Reviglio. En diálogo con Mirador Provincial contó la cocina de su primera "novelita", como le gusta definirla.
06-04-2021 | 9:54 |

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Cecilia Reviglio, escritora. Foto: Mirador Provincial.


Ariel Gustavo Pennisi
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Cecilia Reviglio comenzó su formación como escritora por el año 2012 en el taller literario Julio Cortázar de la ciudad de Rosario, coordinado en aquel entonces por la siempre presente Alma Maritano. Nunca abandonó el espacio y en la actualidad cuenta con cuentos publicados en distintas antologías así como en diarios y revistas varias. "La casa frente al mar" del sello UNR Editora es su primer novela a la que gusta definir como "novelita" o "nouvelle".

Fue presentada el 25 de marzo en un evento que contó con la presencia de grandes figuras de la literatura local, como Pablo Colacrai y Nicolás Manzi. La cita se concretó en el hermoso jardín de la residencia Villa Hortensia (Superi 794).

Mirador dialogó con la escritora, quien relató la experiencia de escribir esta maravillosa historia de reencuentro amoroso a la que Colacrai, en su prólogo pesquisa de forma poética: "Sobrevivía algunas de las tantas formas de amor".

- ¿Cómo define a La casa frente al mar?
- La casa frente al mar es una novela breve, podríamos decir en relación con su extensión que es una nouvelle. Debo confesar que cuando la empecé a escribir, no tenía como norte ni una extensión ni una estructura determinada en algún tipo de sentido sobre lo que estaba escribiendo. Sino que tenía como suele pasarme con las ficciones que escribo, una idea o sensación de aquello que quería contar, una historia. Cuando comencé a escribirla me dí cuenta que necesitaba de una extensión que era diferente a la de los textos que yo venía trabajando. Esta es mi primera "novelita" como me gusta llamarla, me gusta el disminutivo en este caso.

En general yo escribo cuentos, largos o cortos pero cuentos con todo lo que tienen de estructurado.

- Se puede decir que te encontraste novelando.
- Sí, el cuento es un género que plantea una estructura, un modo. Hay distintos tipos de cuentos, por supuesto, pero es un modo de estructuración en el relato que yo me siento más segura.

Cuando comienzo a poner en palabras las ideas que tenía para este libro, rápidamente me doy cuenta de que esta historia no podía ser contada en este formato, estructura o género que es en el que estoy mas acostumbrada a trabajar. Entonces empecé a planificar que la historia necesitaba cierto orden por lo menos para mí, para avanzar en el trabajo. Ese orden me lo daba la novela.

- ¿Desde cuándo escribe ficciones?
- Intento hacerlo más o menos desde el 2011, ahí narré algunos cuentos. En el 2012 empecé el taller literario que coordinaba Alma Maritano. Ese fue el momento dónde empecé a pensar mas en serio el trabajo de escribir, en el sentido de tarea placentera, no capitalista de trabajo. Me involucré cada vez más con las ficciones, hice el taller con Alma hasta fines del 2015 cuando ella fallece. Seguí con la experiencia de Pablo Colacrai, que quedó a cargo. El espacio de taller es de fuerte aprendizaje, de puesta a prueba de los textos, intercambio con compañeros, discusión, aprendizaje. De alguna forma, si bien La casa frente al mar no es un texto que trabajé en el taller, existe como tal gracias a todo lo que el espacio me permite ensayar, reflexionar, probar en relación con la escritura.

- La historia gira en torno a un reencuentro...
- Sí, cuenta la historia de un reencuentro de una pareja que hace 20 años que no se ven y viven cada uno en ciudades diferentes. Rafael es un hombre mayor que Carola (20 años) y le pide que viaje a verlo. Está grande, no puede moverse, ella va. En ese encuentro pasan cosas. Ese sería como el núcleo argumental del relato. Esta escrita en una estructura que presenta dos voces narrativas, donde traté de que sea muy clara esa diferencia. Por un lado hay un narrador en tercera persona y en tiempo presente que habla de una mujer que está en una casa frente al mar tratando de escribir algo sin saber muy bien qué. La otra voz presenta a un narrador más clásico, que cuenta la historia del reencuentro entre Carola y Rafael. En ese vaivén entre el tiempo de la escritura y de la historia discurre la novela.

- ¿Es tu primer libro?
- Es, en algún sentido, mi primer libro, aunque no en todos los sentidos. Es el primero destinado a un público adulto y tiene para mí mucha importancia. En realidad todos los libros imagino, pero este tiene un sentido particular en el marco de mi escritura, porque si bien yo escribo cuentos, es mi primer proyecto que desde el inicio aparece con una suerte de unidad, autónomo. Se puede publicar sola la novelita. En cambio los cuentos los he publicado sueltos, en antologías, alguna vez en la contratapa de Rosario12 o alguna revista. Como libro entre comillas, uno escribe cuentos que a posteriori puede pesquisar que hay cierta unidad en el tema, temáticas, lenguaje, preocupaciones literarias que como autor escribe en una época, que presentan una cierta unidad pero que no son pensados necesariamente de esa manera desde el inicio. La casa frente al mar es el primer proyecto que yo pienso desde el comienzo como una unidad. Decía que no es mi primer libro, porque en el 2020 salieron otros dos pero tienen un público completamente diferentes.

- ¿A quiénes están destinados?
- Son dos libros que pueden incluirse dentro de la literatura infanto juvenil. Uno es de mi autoría y otro colectivo. Ambos pertenecen a la misma colección, Cuenta Ciencia, que también edita la editorial de la Universidad Nacional de Rosario. Es una colección dedicada a niños y depende de la Dirección de Comunicación Social de la Ciencia de la universidad que busca de alguna manera comunicar ciencia a través de la ficción.

Ojos de galera es el primero. Integra una serie de 5 libros de cuentos que anudan situaciones médicas de manera muy tangenciales en muchas de las historias, porque no es el objetivo de la colección. Digamos, la ficción tiene un objetivo que es la ficción, los temas médicos van circulando a forma de disparadores para pensar la historia y después sí, en una segunda parte, cada uno de los personajes le hace preguntas más concretas a un profesional de la salud en torno a la problemática que aparece insinuada en el cuento.

En esa colección yo publique Ojos de Galera que es un libro de un solo cuento donde el protagonista Manu descubre que tiene alguna situación con su ojo mágico.

El otro libro que salió sobre el final del 2020 es una producción colectiva, donde los protagonistas de cada una de los libros de la colección Cuenta Ciencia se encuentran de alguna manera con alguna historia de la vida de Belgrano. Se llama Cinco historias con Belgrano y se publico en el marco del aniversario de Manuel Belgrano que sucedió en el 2020. Ahí se incluyó una ficción que trabajamos con un grupo de historiadores e historiadoras de la ciudad que nos acercaron anécdotas de la vida de Belgrano poco conocidas y a partir de ellas se escribieron los cuentos. Pero digo, el proceso de trabajo fue diferente porque La Casa frente al mar fue una iniciativa mía sin ninguna restricción mas allá de las que yo misma me ponía en el trabajo.

El proyecto colectivo solo trajo alegría, felicidad y satisfacciones a mi vida.

- ¿Cuáles fueron tus influencias literarias para escribir esta primera novela?

- Es muy difícil pensar eso, porque tengo un abanico de lectura bastante amplio y no sé qué de eso aparece en mis textos. Me gusta pensar en la idea de libros vecinos en la biblioteca. ¿Cuáles son mis libros vecinos? En ese sentido con mucho pudor me gustaría que La casa frente al mar estuviera cerca de un libro que para mí fue revelación absoluta y de alguna manera me doy cuenta que está flotando en una de las voces que aparecen en mi novela. El libro es de Sylvia Molloy "En breve cárcel". También la lectura de una novela corta de la escritora rosarina Graciela Ballesteros que se llama "El anzuelo en la boca" , fue para mí importante a la hora de pensar esa voz en la lectura. En mi historia aparece velado un homenaje a Alma Maritano en un capítulo que no voy a decir cual. Es un homenaje a un texto particular de ella. Respecto de mi lectura, me gusta mucho el trabajo de John Berger, de hecho hay una mención a el que no es inocente en el libro. Me conmueve mucho la simpleza que tiene para poder contar historias, es un gran narrador que logra tocar las fibras íntimas del lector de una manera que me cuesta pensar que otro escritor lo pueda hacer. Berger me parece un enorme maestro. Hay también un poco en mi escritura de Onetti, es demasiado oscuro y no me sale esa oscuridad pero hay algo de el que me fascina y siempre vuelvo a su lectura.

Berger y Onetti son muy diferentes, casi te diría que opuestos, pero por motivos muy disímiles hay algo de sus escrituras que me conmueve profundamente.

- ¿Y a la hora de escribir cuentos?

- Pienso en la gran maestra argentina, Liliana Heker, con esos cuentos tan maravillosos. Raymond Caver, Ernest Hemingway como los escritores a los que una vuelve para leer sus cuentos. Pero me cuesta trabajo pensar las influencias, discriminar aquellos que disfruto mucho como lectora y aquello que intento hacer cuando escribo. Cuando se escribe se intenta hacer y no necesariamente es lo que se encuentra en la lectura. Pero diría que por ahí va mi camino de lectura. En el último tiempo por ejemplo estoy leyendo escritoras, estoy fascinada con la húngara Agota Kristof y su trilogía "Claus y Lucas". Para mi fue un cross a la mandíbula, una obra fantástica. Otra obra que me conmovió este ultimo tiempo es "El verano que mi madre tuvo los ojos verdes" de Tatiana Tibuleac, me maravilló. Actualmente estoy leyendo bastante a la estadounidense Nicole Krauss, pero vuelvo siempre a Berger, Onetti -cuando puedo porque es demasiado oscuro- y esos cuentos que uno puede sacar tanto como los de Caver, Hemingway, Heker.

Bio

Cecilia Reviglio nació en Rosario, en 1977. Estudió comunicación social (UNR) y trabaja como docente e investigadora en el nivel superior.

Ha publicado cuentos en revistas, diarios y antologías. En 2020 publicó un libro de cuyo cuento infantil, "Ojos de Galera", e integró el volumen colectivo "Cinco historias con Belgrano", que integran la colección Cuenta Ciencia de la UNR Editora.

De 2013 a 2016 fue miembro de la editorial cooperativa Río Ancho Ediciones, en la que cumplió, entre otras, tareas de editora.



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