Lalo Falcioni


Quién no soñó alguna vez con tomar una pelota perdida de volea y clavarla en el ángulo en el último minuto de un partido sufrido y gritarlo hasta desmayar de cara a los hinchas extasiados de fervor. Y si a ese delirio onírico se le agrega que la definición sea en la noche del debut en primera división, después de transitar un largo camino de desarraigo, de dolores familiares y de esfuerzo sin pausa en las inferiores, pareciera una escena sacada de una película. Todo eso le sucedió a Román Alberto Bravo, el delantero de Newell's de 20 años que hizo delirar al Coloso Marcelo Bielsa el domingo. Para completar el cuadro, el lunes firmó un contrato profesional por tres años.

De héroe inesperado el domingo, a jugador profesional el lunes. Así se resumen las últimas horas de este pibe que en 2015 dejó su Rafaela natal para instalarse en la pensión de Newell's, pasando por un arduo y largo camino de seis años en las inferiores. De hecho, es uno de los pocos jugadores de la historia leprosa que logró marcar goles en todas las categorías de la institución, desde la novena hasta la primera.

Otro poderoso dato estadístico de Bravo es que convirtió 72 goles en inferiores de AFA, 11 de ellos a Boca, River, San Lorenzo y Racing, los denominados equipos grandes. Sólo le faltaba marcar hasta Independiente, hasta que llegó su inolvidable derechazo en su debut en el primer equipo, para ganar un partido que venía muy complicado y para romper una racha de seis partidos sin triunfos.

Luego de la noche soñada en el Coloso, el lunes Román Bravo cumplió otro objetivo: el de convertirse en jugador profesional del club. El atacante de 20 años firmó su vínculo por tres temporadas con la institución rosarina.

“Siento mucha felicidad, creo que es una recompensa que me debía a mí mismo después de haberla peleado tanto", expresó el delantero nacido en 2001 en la ciudad de Rafaela tras sellar su contrato hasta diciembre de 2024.

“Cuando vi que la pelota entró se me vinieron muchas cosas a la cabeza, no sabía cómo expresar la alegría que tenía. Es una de las cosas más lindas que me pasaron", aseguró. Fue uno de los goles más celebrados por los hinchas de Newell's en los últimos tiempos, ya que el club necesitaba una victoria de este tipo para empezar a salir de una situación muy incómoda.

“Desde que llegué a la pensión me sentí muy identificado con el club, me tocó alentar a Newell's desde la tribuna y cuando me tocó entrar se me vinieron muchas cosas a la cabeza, todo el esfuerzo y el sacrificio que hice, por mis viejos y con el apoyo de mi mujer y mi hija que me ayudaron mucho”, agregó el joven delantero.

Sobre su golazo agónico y festejado por todo el plantel y el cuerpo técnico de cara a los hinchas, el goleador no anduvo con vueltas: “Cerré los ojos y pateé”, confesó. “Fue muy hermoso vivir todo esto en mi debut como jugador profesional. Hacer un gol en el primer partido es lo más lindo”, insistió.

“Lo soñé desde que llegué en 2015, estuve seis años en la pensión y hoy me toca adentro, es muy emocionante el sueño de pisar la cancha en primera”, agregó el juvenil promovido por Adrián Taffarel. Además, en ese mismo partido ante el Rojo debutaron otros tres pibes de las inferiores: los defensores Tomás Jacob y Marco Campagnaro, y el volante Marcos Benítez.

En la cancha, con las pulsaciones todavía a mil, Bravo había hecho una emotiva dedicatoria de su gol al borde de las lágrimas: “A mi mujer, a mi hija y a mi hermano que está en el cielo”. Que alguien despierte al pibe de este sueño.