Daniel Domínguez [email protected]


Las distintas variables de un fútbol argentino difícil de explicar, la combinación de resultados y algunas buenas producciones propias, pusieron a Central en una posición inmejorable de cara a la clasificación para la Copa Sudamericana 2022.

Después de lo que fue la buena participación en la edición 2021 con el pase hasta cuartos de final, en Central se quedaron con la espina clavada y el propio entrenador, Cristian "Kily" González, se trazó el objetivo a mitad de campeonato, casi sin apoyo dirigencial.

Con varias tormentas superadas, el DT fue ampliando su espalda ante el plantel y los hinchas, y está ante una gran oportunidad: cambiar el paradigma canalla de los últimos años.

Después de malas campañas y pocos aciertos, la conquista de la Copa Argentina 2018 parecía ser el trampolín perfecto para que Central despegue rumbo a más títulos, pero lejos de eso, se volvió a hundir y terminó mirando la tabla de promedios más que la de las copas.

En medio de una pandemia y de "rebote", el Kily aprovechó el segundo torneo continental para demostrarle a propios y extraños que otro Central es posible.

Sin refuerzos de jerarquía, pero apoyado en el talento y capacidad del Magnate Emiliano Vecchio, la seguridad de Jorge Broun y la voracidad goleadora de Marco Ruben, el Canalla se las ingenió para inscribir su nombre entre los mejores ocho del continente y en el año próximo quiere ir por más.

Pese a que las diferencias entre la comisión directiva y el plantel quedaron de manifiesto en más de una ocasión, una nueva participación continental hará que el hincha se ilusione de otra manera, justo en un año en el que habrá elecciones presidenciales.

Este dato no es para nada menor, ya que, se sabe, los buenos resultados pueden hacer cambiar cualquier decisión que puedan tener hoy por hoy los simpatizantes auriazules.

Eso sí, para que Central pueda dar el salto de calidad que vienen buscando el Kily y los suyos, los encargados de tomar decisiones deberán romper el chanchito y enfocar mejor a la hora de reforzar el equipo.

La dura lesión que sufrió Fatu Broun lo dejará afuera durante el primer semestre del 2022, por lo que una posibilidad es que el DT pida un arquero para competir con el pibe Juan Pablo Romero.

Josué Ayala, quien también sufrió una grave lesión este año y recién está volviendo, y Marcelo Pity Miño, que debe retornar de Ferro, aparecen relegados en la consideración del entrenador. Uno de los puntos flacos de este conjunto es la zona defensiva y allí habrá que apuntar con todas las fuerzas.

Alguna vez fue Jonathan Bottinelli y ahora el Fosa Nicolás Ferreyra, quienes llegaron para acomodar la última línea, pero lejos de ser soluciones fueron de mayor a menor y terminaron mirando desde el banco de suplentes a los mismos pibes que venían a "potenciar".

Vecchio y Ruben no tienen reemplazantes, pero sí pueden tener socios. Hasta ahora el venezolano Michael Coveas insinuó más de lo que mostró y cada vez que le tocó jugar en la posición de "10" le quedó grande la responsabilidad. Tanto que hoy en la consideración aparecen primero Luciano Ferreyra y Francesco Lo Celso.

Lucas Gamba es el acompañante perfecto del gran goleador, aunque las variantes para ambos no abundan, más si se quiere aspirar a trascender en el continente.

Alan Marinelli y Luca Martínez Dupuy son dos aportes jóvenes que tienen mucho futuro y demostraron que no les pesa la camiseta auriazul, pero todavía están lejos de ser "refuerzos" cuando las figuras no están.

Central está ante la gran posibilidad de acostumbrarse a salir de copas. No es nada que su historia no amerite, pero se había perdido entre tanta malaria. A través de la convicción de un entrenador que se bancó todas y puso la cara en los peores momentos, de tres futbolistas distintos, dentro y fuera de la cancha, y el aporte de los pibes del club, en Arroyito se vuelven a ilusionar con ser protagonistas continentales y, porque no, rememorar la épica de la Conmebol '95.