Daniel Domínguez


Pasó la primera semana de entrenamiento y en Central todavía queda mucho por hacer. Atravesados por los contagios de covid (ya son ocho jugadores con los positivos del viernes de Milton Caraglio y Francesco Lo Celso), el cuerpo técnico comienza a darle forma al plantel de cara a lo que pretenden sea un 2022 con mucho protagonismo.

Con Walter Montoya y Gaspar Servio en sus filas, los de Arroyito están abocados completamente a cerrar a uno o dos defensores ya que en esa zona perdió a Gastón Ávila (volvió a Boca) y a Nicolás Ferreyra (no se le renovó el préstamo y este año jugará en Barracas Central).

Mauricio Martínez era el elegido. Desde antes de Navidad el club auriazul tenía todo acordado con el jugador, pero desde Racing comenzaron a poner algunos reparos en la forma en la que se realizaría la cesión y todo quedó stand by. Además, Fernando Gago, DT del conjunto de Avellaneda le habría manifestado a Martínez su intención de que continúe en el equipo. De todas maneras, en Central son optimistas y consideran que a partir del lunes podría comenzar a cambiar el panorama ya que al futbolista lo seduce el plantel que están armando los de Kily González y, justamente, la charla con el entrenador habría sido determinante para convencer al ex Unión.

Aún un tanto más complejo que Martínez aparece el caso de Juan Cruz Komar. El zaguero, que debutó en primera división en Boca, es confeso hincha canalla, su padre es el coordinador del baby auriazul y todas las inferiores las hizo en Rosario, más precisamente en Renato Cesarini. Con todo esto en la balanza, más el deseo de cumplir el sueño de hincha-jugador, desde la comisión directiva se ilusionaron con una negociación “sencilla”, pero nada de eso pasó. Es que, desde Talleres, club donde Komar es capitán y referente, elevaron una contraoferta que incluyó porcentajes de Gino Infantino y Lautaro Blanco, algo que fue tomado por los directivos canallas como una “mojada de oreja”.

Así y todo, en Central saben que cerrar a Komar sería la frutilla del postre y pondrían considerar este mercado de pases como positivo, ya que sumarían experiencia, jerarquía y voz de mando en una zona donde no cuentan con recambio.

Por último, el que parece que está al caer es Joaquín Novillo. Por segunda temporada consecutiva, el Kily pide por el futbolista de Belgrano y parece que en esta oportunidad se va a dar. La temporada pasada el Pirata decidió prestarlo a Racing, pero Novillo no tuvo la continuidad que las partes esperaban y en este 2022 Central vuelve a la carga por él.

Más allá de poder abrochar a uno de estos tres nombres, posiblemente desde la secretaría deportiva, encabezada por Raúl Gordillo, sigan en la búsqueda de un volante y un mediapunta, aunque ya sin el apuro con el que cubrieron el arco, la defensa y la zona media.

Siguen los cambios en los cuerpos técnicos

Central se tomó muy en serio eso de que cada año es una oportunidad para cambiar y en esta oportunidad fue a fondo con la conformación de los cuerpos técnicos, desde primera hasta novena de AFA.

A finales del año pasado, los dirigentes le comunicaron al Kily González que uno de los puntos a tratar sobre su renovación eran sus ayudantes de campo. Diego Ordóñez y Horacio Carbonari no continuarán en el plantel profesional y Ricardo De Alberto será el asistente número uno. De la misma manera, el preparador físico Diego Rousse, que fue el “2” la temporada pasada, ahora será el encargado principal de la puesta a punto de los futbolistas.

En reserva también hubo movimientos, en este caso, mucho más profundos. Adrián Dezzotti dejó de ser el DT y su lugar lo ocupó Germán Pirulo Rivarola, quien estará secundado por Darío Fantasía como ayudante y Lucas Córdoba por PF.

En inferiores AFA los cambios no paran. Román Raponi y Cristian Colusso no seguirán en el plantel de entrenadores y ya están sus reemplazantes: Matías Lequi y Javier García. Raponi decidió dar un paso al costado por temas familiares, mientras que Colusso será el entrenador de Cremería de Carcarañá en Liga Cañadense de Fútbol.

Sin la confirmación oficial sobre los puestos a ocupar por cada técnico, lo concreto es que, por experiencia, el Chueco García, de último paso como ayudante de campo de Paulo Ferrari en San Martín de San Juan, tomaría las riendas de la 5ª, mientras que Lequi, que era coordinador de una de las líneas de baby, podría encargarse de la 8ª división.