Alisa Lein.
Foto:Gentileza.
Damián Pettinari
La buena literatura fantástica fractura las paredes de nuestra realidad, es una experiencia marcada por la ambigüedad. Surge la pregunta: ¿Habitamos el mismo mundo que antes de empezar a leer? Alisa Lein escribió uno de esos libros que invitan a habitar otros mundos, tan insondables y horrorosos que parecen parte de este. ¿Nunca miraste a un león a los ojos?, editado por UNR editora en 2021, recibió en 2019 el primer premio en el concurso de Fondo Nacional de las Artes en la categoría libro de cuentos.
Leones, búhos, panteras, monos, jaguares, es amplia la fauna de animales que con sus simbolismos invaden los cuentos, llenándolos de caos y tensión. En algunos, como “Carne Cruda” y “Tel Aviv-Beerseba”, se puede percibir algo del estilo del primer Cortázar en Bestiario, publicado en 1951. Entre lo real y la ensoñación, entre lo extraño y lo fantástico, así pendulan las 14 historias.
Un lago congelado que se resquebraja, como el horror, debajo de una pareja; un auto fetichizado, bajo una obsesión de celos y violencia; un duelo absurdo y surrealista con un mono en el pasillo de un hotel. En atmósferas de ensoñación enrarecida se desarrollan las historias, escritas con frases cortas que aceleran el tempo narrativo y desatan un vértigo, donde prevalece lo siniestro, ocultando deseos y obsesiones.
“En un mundo que es nuestro, el que conocemos, sin demonios, espíritus o vampiros, ocurre un evento que no puede explicarse por las leyes de este mismo mundo. Quien presencia el fenómeno debe elegir una de las dos posibles soluciones: o es una ilusión de los sentidos, un producto de la imaginación y las leyes del mundo siguen siendo lo que son; o el hecho realmente ocurrió y es parte de la realidad, pero entonces esta realidad se rige por leyes desconocidas. O el diablo es una ilusión, un ser imaginario; o realmente existe, al igual que otros seres vivos, pero rara vez lo vemos. Lo fantástico es ese momento de incertidumbre, cuando se elige una u otra respuesta, se abandona lo fantástico para entrar en otro género, lo extraño o lo maravilloso.”, así definía lo fantástico el filósofo búlgaro Tzvetan Todorov en Introducción a la literatura fantástica.
Leer ¿Nunca miraste a un león a los ojos?, de Alisa Lein nos hace volver a disfrutar ese momento de incertidumbre que tiene una gran tradición en la literatura argentina.
Alisa Lein nació en Rosario, es arquitecta egresada de la UNR y trabaja en forma independiente en la profesión. En el año 2019 recibió el primer premio en el Concurso Nacional Luis de Tejeda de la Municipalidad de Córdoba en la categoría libro de cuentos. En el mismo año recibió el primer premio en el concurso de Fondo Nacional de las Artes en la categoría libro de cuentos por Abajo es carne cruda, posteriormente publicado bajo el título ¿Nunca miraste a un león a los ojos?. El mismo año, UNR editora publicó su libro infantil Una historia de alfajores y chinchulines en la colección Cuenta Ciencia.
Alisa Lein en primera persona
-¿Cuáles son las influencias que reconoces al escribir?
-Me resultan imprescindibles en mis lecturas Franz Kafka, Antonio Di Benedetto, Felisberto Hernández y Samanta Schweblin; y no pierdo las esperanzas de que influencien mi escritura también.
-¿Cuánto tiempo estuviste trabajando en Nunca miraste a un león a los ojos?
-En el año 2019 trabajé en el libro específicamente. Los cuentos los fui escribiendo entre 2017 y 2019, pero era un trabajo más disociado de la idea de un libro.
-En “Abajo es otra cosa” más allá de la deriva fantástica, la narración refleja una relación donde los roles de género se resquebrajan, como lo sólido bajo sus pies, se puede pensar en clave feminista, ¿Cómo surge la idea de ese cuento?
-La idea de ese cuento surge de una imagen, una postal que vi de algún país lejano. En la postal se veía un lago congelado y dos personas caminando por el borde. En ese momento sentí una especie de terror, que guardé por varios años, a que ese lago se partiera y los caminantes se cayeran. Mucho tiempo después escribí este cuento, por el que tengo un aprecio especial, y creo que, en parte, es por las devoluciones que me hicieron los lectores, que son esas claves de lectura que me encantan y que no fueron escritas conscientemente. En ese momento, el de la escritura, yo andaba con los personajes por el hielo y sin reflexiones ideológicas.
-En algunos cuentos, como “Los búhos tienen dientes”, pareciera que te acercas a la realidad desde lo siniestro, los símbolos y la ensoñación, ¿Se pueden interpretar en esa clave?
-Sí, además nunca clausuraría una interpretación. Ese cuento lo escribí sabiendo que la historia era acerca de una pareja que se termina contada a través de un conflicto de origen externo. Podía ser una pareja que termina porque se pudre una fruta en la heladera, porque el hombre llega a la luna o porque un búho apareció en el baño. El final se vuelve ensoñación, se borronea como una idea de futuro incierto, con anhelos y terrores conviviendo.
-¿Llevás algo de tu formación como arquitecta a la literatura?
-Seguramente. La arquitectura, como formación y profesión, suele ser muy invasiva. La noción de espacio pasa a ser concreta y conceptual a la vez. Cuando escribo un espacio lo estoy construyendo, y ya sea un espacio amplio, luminosos u oscuro y temerario; lo construyo con una mirada que no escapa a lo arquitectónico. En algunas ocasiones lo he llegado a dibujar, pensando al cuento como un cliente al que le tengo que resolver ese espacio.
-En “Eco y reverberancia” puede verse la estructura del cuento que teorizaba Piglia, la historia visible y la historia oculta que emerge, ¿Cómo trabajaste desde lo formal los cuentos?
-En este libro todos los cuentos están contando esas “dos historias”, creo que tiene que ver con las búsquedas literarias en que estaba mientras los escribía. En algunos la segunda historia se deja ver más y en otros está más encriptada y le deja más espacio al lector.
La buena literatura fantástica fractura las paredes de nuestra realidad, es una experiencia marcada por la ambigüedad. Surge la pregunta: ¿Habitamos el mismo mundo que antes de empezar a leer? Alisa Lein escribió uno de esos libros que invitan a habitar otros mundos, tan insondables y horrorosos que parecen parte de este. ¿Nunca miraste a un león a los ojos?, editado por UNR editora en 2021, recibió en 2019 el primer premio en el concurso de Fondo Nacional de las Artes en la categoría libro de cuentos.
Leones, búhos, panteras, monos, jaguares, es amplia la fauna de animales que con sus simbolismos invaden los cuentos, llenándolos de caos y tensión. En algunos, como “Carne Cruda” y “Tel Aviv-Beerseba”, se puede percibir algo del estilo del primer Cortázar en Bestiario, publicado en 1951. Entre lo real y la ensoñación, entre lo extraño y lo fantástico, así pendulan las 14 historias.
Un lago congelado que se resquebraja, como el horror, debajo de una pareja; un auto fetichizado, bajo una obsesión de celos y violencia; un duelo absurdo y surrealista con un mono en el pasillo de un hotel. En atmósferas de ensoñación enrarecida se desarrollan las historias, escritas con frases cortas que aceleran el tempo narrativo y desatan un vértigo, donde prevalece lo siniestro, ocultando deseos y obsesiones.
“En un mundo que es nuestro, el que conocemos, sin demonios, espíritus o vampiros, ocurre un evento que no puede explicarse por las leyes de este mismo mundo. Quien presencia el fenómeno debe elegir una de las dos posibles soluciones: o es una ilusión de los sentidos, un producto de la imaginación y las leyes del mundo siguen siendo lo que son; o el hecho realmente ocurrió y es parte de la realidad, pero entonces esta realidad se rige por leyes desconocidas. O el diablo es una ilusión, un ser imaginario; o realmente existe, al igual que otros seres vivos, pero rara vez lo vemos. Lo fantástico es ese momento de incertidumbre, cuando se elige una u otra respuesta, se abandona lo fantástico para entrar en otro género, lo extraño o lo maravilloso.”, así definía lo fantástico el filósofo búlgaro Tzvetan Todorov en Introducción a la literatura fantástica.
Leer ¿Nunca miraste a un león a los ojos?, de Alisa Lein nos hace volver a disfrutar ese momento de incertidumbre que tiene una gran tradición en la literatura argentina.
Alisa Lein nació en Rosario, es arquitecta egresada de la UNR y trabaja en forma independiente en la profesión. En el año 2019 recibió el primer premio en el Concurso Nacional Luis de Tejeda de la Municipalidad de Córdoba en la categoría libro de cuentos. En el mismo año recibió el primer premio en el concurso de Fondo Nacional de las Artes en la categoría libro de cuentos por Abajo es carne cruda, posteriormente publicado bajo el título ¿Nunca miraste a un león a los ojos?. El mismo año, UNR editora publicó su libro infantil Una historia de alfajores y chinchulines en la colección Cuenta Ciencia.
Alisa Lein en primera persona
-¿Cuáles son las influencias que reconoces al escribir?
-Me resultan imprescindibles en mis lecturas Franz Kafka, Antonio Di Benedetto, Felisberto Hernández y Samanta Schweblin; y no pierdo las esperanzas de que influencien mi escritura también.
-¿Cuánto tiempo estuviste trabajando en Nunca miraste a un león a los ojos?
-En el año 2019 trabajé en el libro específicamente. Los cuentos los fui escribiendo entre 2017 y 2019, pero era un trabajo más disociado de la idea de un libro.
-En “Abajo es otra cosa” más allá de la deriva fantástica, la narración refleja una relación donde los roles de género se resquebrajan, como lo sólido bajo sus pies, se puede pensar en clave feminista, ¿Cómo surge la idea de ese cuento?
-La idea de ese cuento surge de una imagen, una postal que vi de algún país lejano. En la postal se veía un lago congelado y dos personas caminando por el borde. En ese momento sentí una especie de terror, que guardé por varios años, a que ese lago se partiera y los caminantes se cayeran. Mucho tiempo después escribí este cuento, por el que tengo un aprecio especial, y creo que, en parte, es por las devoluciones que me hicieron los lectores, que son esas claves de lectura que me encantan y que no fueron escritas conscientemente. En ese momento, el de la escritura, yo andaba con los personajes por el hielo y sin reflexiones ideológicas.
-En algunos cuentos, como “Los búhos tienen dientes”, pareciera que te acercas a la realidad desde lo siniestro, los símbolos y la ensoñación, ¿Se pueden interpretar en esa clave?
-Sí, además nunca clausuraría una interpretación. Ese cuento lo escribí sabiendo que la historia era acerca de una pareja que se termina contada a través de un conflicto de origen externo. Podía ser una pareja que termina porque se pudre una fruta en la heladera, porque el hombre llega a la luna o porque un búho apareció en el baño. El final se vuelve ensoñación, se borronea como una idea de futuro incierto, con anhelos y terrores conviviendo.
-¿Llevás algo de tu formación como arquitecta a la literatura?
-Seguramente. La arquitectura, como formación y profesión, suele ser muy invasiva. La noción de espacio pasa a ser concreta y conceptual a la vez. Cuando escribo un espacio lo estoy construyendo, y ya sea un espacio amplio, luminosos u oscuro y temerario; lo construyo con una mirada que no escapa a lo arquitectónico. En algunas ocasiones lo he llegado a dibujar, pensando al cuento como un cliente al que le tengo que resolver ese espacio.
-En “Eco y reverberancia” puede verse la estructura del cuento que teorizaba Piglia, la historia visible y la historia oculta que emerge, ¿Cómo trabajaste desde lo formal los cuentos?
-En este libro todos los cuentos están contando esas “dos historias”, creo que tiene que ver con las búsquedas literarias en que estaba mientras los escribía. En algunos la segunda historia se deja ver más y en otros está más encriptada y le deja más espacio al lector.
Además tenés que saber:
+ Noticias
El joven entrenador rosarino fue presentado este lunes por el presidente Ignacio Astore y el director deportivo Ruben Capria. “Llego en un momento complejo, pero siento que siempre me preparé para esta oportunidad, que es la más grande de mi carrera”, dijo. Este martes observará el duelo contra Independiente desde un palco y luego toma las riendas del plantel.
Dejanos tu Comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
En Portada / Santa Fe
En Portada / Entre Ríos