Agustín Sánchez. Foto: Gentileza: prensa Festival Nacional de Folklore.
Diego Montejo
Una gran algarabía fue la que se vivió en la plaza Próspero Molina la noche del pasado jueves con la coronación de los ganadores del tradicional Pre Cosquín. El certamen que en este 2023 cumplió 51 años y tuvo récord de sedes, más de 80 en todo el país. Entre ellas, Esperanza y Santo Tomé que resultaron estar entre las ganadoras. La primera, se llevó el premio al mejor solista instrumental con Agustín Sánchez, interprete de guitarra. Mientras la segunda triunfó en la categoría pareja de baile tradicional que quedó en manos de los rosarinos Anabella Sequeira y Emiliano Schneider.
Después de viajar a sus ciudades, en la noche del viernes recibieron la noticia de parte de la Comisión de Folklore para ser parte de la primera luna en la noche del sábado, formando parte de una de las fiestas populares más imponentes del país. Tras su actuación, los galardonados dialogaron con El Litoral y contaron sobre esta vivencia que los marca de por vida y les otorga la llave de una puerta desconocida que algunos lograron abrir y otros no. El certamen es simplemente una oportunidad y ellos deberán aprovecharla de acá en más. Ahora solo queda seguir trabajando. Nada está dicho ni hecho. Haber subido a este escenario genera una adrenalina difícil de explicar, pero no es todo en la vida de un artista, no es un premio a lo hecho, sino a lo que queda por hacer.
Agustín Sánchez es oriundo de Santo Tomé y se define como autodidacta a la hora de hablar de su formación guitarrística. Con solo 23 años transitó todos los caminos del Pre Cosquín, ganó en la sede Esperanza, llegó al Valle de Punilla y salió ganador de la categoría solista instrumental. El sábado ante una multitud cumplió el sueño de muchos músicos y, con la simpleza que lo caracteriza, subió al escenario en soledad con su guitarra y dejó a más de uno con la boca abierta. Es que la figura del guitarrista que bien supieron defender Atahualpa Yupanqui, Eduardo Falú y Suma Paz, hoy está desdibujada. Sánchez tiene terreno en ese sentido, puede aprovecharlo y más ahora que encontró en el maestro Jorge Martínez (guitarrista Miguel Ángel Morelli) su camino en la música popular.
“Hace diez años que estoy en la música y siempre el Pre Cosquín fue parte de mi vida, como guitarrista acompañé a varios artistas. El año pasado ganamos la sede de Santo Tomé con Julieta Losa y este año empecé a preparar algunos temas para solista instrumental, pero empecé con el simple objetivo que el jurado me de las devoluciones, no para ganarlo”, narra sobre cómo fue su camino para llegar a esta instancia.
“Mi formación no es académica es folclórica y eso lo reconozco, pero también lo reivindico. Soy un amante de la guitarra y admiro a muchos guitarristas como Eduardo y Juan Falú, Carlos Moscardini, de todos ellos he sacado algo. De Luis Salinas también. Quizá de quien es sacado más es de Falú”, explica el joven que planchó a la plaza con la bellísima melodía de Camino de las tropas de Carlos Moscardini.
Y agrega para finalizar sobre el galardón que se llevó: “Este premio es un comienzo, es un honor inmenso y una responsabilidad tremenda. Estoy muy feliz, me siento muy honrado y tengo que dar lo mejor de mí”.
Dos rosarinos que aman la danza y contribuyen al reconocimiento de los ritmos litoraleños
Anabella Sequeira y Emiliano Schneider, dos rosarinos que vienen militando la danza desde mucho tiempo y que en la edición anterior recibieron una mención especial, demostraron su habilidad en el baile tradicional con una cátedra de ritmos litoraleños acompañados por un cuarteto de músicos dirigidos por Emanuel Kluczkiewicz que le puso un condimento especial a la presentación. Como un milagro la noche de la primera luna del festival fue de ellos y el público los recibió con el respeto que merecen bailarines de su talla. Fueron un derroche de energía, conexión y amor, danza en el más puro de los sentidos.
La alegría del triunfo de la madrugada del viernes recién pudo ser digerida allí, no hubo tiempo para celebrar, fueron horas no más desde que llegaron a Rosario y les comunicaron que debían volverse rápidamente a Cosquín para presentarse en la noche del sábado. Casi sin empacar salieron de nuevo para la ciudad serrana. Esta aventura fue inolvidable para ellos y nuca la olvidarán.
Emiliano y Anabella, que también son pareja en la vida, fueron finalistas del certamen en varias oportunidades. El año pasado les dieron la mención especial y este año, gracias a la perseverancia y sus convicciones pudieron presentar esta propuesta que dice mucho de ellos, de sus sentimientos y de lo que piensan sobre la danza. “Pudimos contar lo que somos en la vida y cerramos un ciclo hermoso. Nos sentimos ganadores sin ser premiados, estamos felices de compartir nuestro abrazo litoraleño con todos”, dice Emiliano.
Egresados del Profesorado de Danzas Isabel Taboga de Rosario, hace más de seis años que trabajan como docentes dando clases de danza en distintos centros culturales de la ciudad, sobre todo en zonas vulnerables de la periferia. Aseguran que la elección del repertorio se encuadra en defender a los ritmos del litoral de los que aseguran “no tienen fronteras ni techo”.
“La primera propuesta fue el vals, El beso aquel, que surge de nuestra propia historia y de cómo nos conocimos. Después en la segunda entrada hicimos Coplas de la orilla, que es un rasguido doble y lo elegimos porque cuenta hermosamente nuestro paisaje santafesino. Otra elección fue la de Mercedita, cuya historia es profundamente santafesina y es muy sentida para todos “, describe Anabella sobre lo que fue la actuación.
Con respecto a la invisibilidad de la danza y a su desvalorización reconocen que se ha avanzado un poco, y dicen: “Estamos impulsando mucho desde el convencimiento que la danza es trabajo y deseamos mejores condiciones para los y las bailarinas. El sacrificio, el estudio, la búsqueda permanente están presente en la danza como en otros trabajos artísticos”.
En cuanto a haber ganado el Pre Cosquín, sostiene Emiliano que “se debe seguir trabajando para seguir creciendo”. En ese sentido agrega: “Nosotros trabajamos con chicos, vemos que a veces se frustran si algo no les sale. Queremos transmitir que nada nace sin esfuerzo. La competencia es con uno mismo, no con los otros”.
Una gran algarabía fue la que se vivió en la plaza Próspero Molina la noche del pasado jueves con la coronación de los ganadores del tradicional Pre Cosquín. El certamen que en este 2023 cumplió 51 años y tuvo récord de sedes, más de 80 en todo el país. Entre ellas, Esperanza y Santo Tomé que resultaron estar entre las ganadoras. La primera, se llevó el premio al mejor solista instrumental con Agustín Sánchez, interprete de guitarra. Mientras la segunda triunfó en la categoría pareja de baile tradicional que quedó en manos de los rosarinos Anabella Sequeira y Emiliano Schneider.
Después de viajar a sus ciudades, en la noche del viernes recibieron la noticia de parte de la Comisión de Folklore para ser parte de la primera luna en la noche del sábado, formando parte de una de las fiestas populares más imponentes del país. Tras su actuación, los galardonados dialogaron con El Litoral y contaron sobre esta vivencia que los marca de por vida y les otorga la llave de una puerta desconocida que algunos lograron abrir y otros no. El certamen es simplemente una oportunidad y ellos deberán aprovecharla de acá en más. Ahora solo queda seguir trabajando. Nada está dicho ni hecho. Haber subido a este escenario genera una adrenalina difícil de explicar, pero no es todo en la vida de un artista, no es un premio a lo hecho, sino a lo que queda por hacer.
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Agustín Sánchez es oriundo de Santo Tomé y se define como autodidacta a la hora de hablar de su formación guitarrística. Con solo 23 años transitó todos los caminos del Pre Cosquín, ganó en la sede Esperanza, llegó al Valle de Punilla y salió ganador de la categoría solista instrumental. El sábado ante una multitud cumplió el sueño de muchos músicos y, con la simpleza que lo caracteriza, subió al escenario en soledad con su guitarra y dejó a más de uno con la boca abierta. Es que la figura del guitarrista que bien supieron defender Atahualpa Yupanqui, Eduardo Falú y Suma Paz, hoy está desdibujada. Sánchez tiene terreno en ese sentido, puede aprovecharlo y más ahora que encontró en el maestro Jorge Martínez (guitarrista Miguel Ángel Morelli) su camino en la música popular.
“Hace diez años que estoy en la música y siempre el Pre Cosquín fue parte de mi vida, como guitarrista acompañé a varios artistas. El año pasado ganamos la sede de Santo Tomé con Julieta Losa y este año empecé a preparar algunos temas para solista instrumental, pero empecé con el simple objetivo que el jurado me de las devoluciones, no para ganarlo”, narra sobre cómo fue su camino para llegar a esta instancia.
“Mi formación no es académica es folclórica y eso lo reconozco, pero también lo reivindico. Soy un amante de la guitarra y admiro a muchos guitarristas como Eduardo y Juan Falú, Carlos Moscardini, de todos ellos he sacado algo. De Luis Salinas también. Quizá de quien es sacado más es de Falú”, explica el joven que planchó a la plaza con la bellísima melodía de Camino de las tropas de Carlos Moscardini.
Y agrega para finalizar sobre el galardón que se llevó: “Este premio es un comienzo, es un honor inmenso y una responsabilidad tremenda. Estoy muy feliz, me siento muy honrado y tengo que dar lo mejor de mí”.
Dos rosarinos que aman la danza y contribuyen al reconocimiento de los ritmos litoraleños
Anabella Sequeira y Emiliano Schneider, dos rosarinos que vienen militando la danza desde mucho tiempo y que en la edición anterior recibieron una mención especial, demostraron su habilidad en el baile tradicional con una cátedra de ritmos litoraleños acompañados por un cuarteto de músicos dirigidos por Emanuel Kluczkiewicz que le puso un condimento especial a la presentación. Como un milagro la noche de la primera luna del festival fue de ellos y el público los recibió con el respeto que merecen bailarines de su talla. Fueron un derroche de energía, conexión y amor, danza en el más puro de los sentidos.
Los bailarines Anabella Sequeira y Emiliano Schneider.Foto: Facebook.
La alegría del triunfo de la madrugada del viernes recién pudo ser digerida allí, no hubo tiempo para celebrar, fueron horas no más desde que llegaron a Rosario y les comunicaron que debían volverse rápidamente a Cosquín para presentarse en la noche del sábado. Casi sin empacar salieron de nuevo para la ciudad serrana. Esta aventura fue inolvidable para ellos y nuca la olvidarán.
Emiliano y Anabella, que también son pareja en la vida, fueron finalistas del certamen en varias oportunidades. El año pasado les dieron la mención especial y este año, gracias a la perseverancia y sus convicciones pudieron presentar esta propuesta que dice mucho de ellos, de sus sentimientos y de lo que piensan sobre la danza. “Pudimos contar lo que somos en la vida y cerramos un ciclo hermoso. Nos sentimos ganadores sin ser premiados, estamos felices de compartir nuestro abrazo litoraleño con todos”, dice Emiliano.
Egresados del Profesorado de Danzas Isabel Taboga de Rosario, hace más de seis años que trabajan como docentes dando clases de danza en distintos centros culturales de la ciudad, sobre todo en zonas vulnerables de la periferia. Aseguran que la elección del repertorio se encuadra en defender a los ritmos del litoral de los que aseguran “no tienen fronteras ni techo”.
“La primera propuesta fue el vals, El beso aquel, que surge de nuestra propia historia y de cómo nos conocimos. Después en la segunda entrada hicimos Coplas de la orilla, que es un rasguido doble y lo elegimos porque cuenta hermosamente nuestro paisaje santafesino. Otra elección fue la de Mercedita, cuya historia es profundamente santafesina y es muy sentida para todos “, describe Anabella sobre lo que fue la actuación.
Con respecto a la invisibilidad de la danza y a su desvalorización reconocen que se ha avanzado un poco, y dicen: “Estamos impulsando mucho desde el convencimiento que la danza es trabajo y deseamos mejores condiciones para los y las bailarinas. El sacrificio, el estudio, la búsqueda permanente están presente en la danza como en otros trabajos artísticos”.
En cuanto a haber ganado el Pre Cosquín, sostiene Emiliano que “se debe seguir trabajando para seguir creciendo”. En ese sentido agrega: “Nosotros trabajamos con chicos, vemos que a veces se frustran si algo no les sale. Queremos transmitir que nada nace sin esfuerzo. La competencia es con uno mismo, no con los otros”.
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La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
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