El cine público de la calle Santa Fe, con su cartel de luces de neón y su estampa Art Decó, es uno de los enclaves de la cultura rosarina por excelencia, ya que su historia de rescate estatal gracias a un grupo de ciudadanos fue épica, pero también gracias al sostenimiento continuado desde entonces, de una programación frondosa, donde tienen lugar los films de la bota santafesina, estrenos nacionales valiosos, así como películas independientes y también tanques internacionales. Así, cosechó a lo largo de 15 años un público asiduo de una amplitud etárea cada noche, haciendo colas que dan vuelta la esquina de Santa Fe y Sarmiento.
Es en ese marco que este cine público tuvo sobrados motivos la semana pasada para brindar por su vida quinceañera, que como el número evidencia, promete una vida encantadora por delante. Los miembros del cine ofrecieron desde el miércoles al domingo “quince propuestas para quince años” con una programación especial de films muy diversos seleccionados por ellos. Pero también hubo estampado de remeras, tatuajes, y el esperado brindis fue el sábado por la noche, para luego reconvertirse por unas horas en una discoteca cinéfila, con videoclips y luces de colores entre las butacas, y su espíritu adolescente contagió alegría.
A lo largo de los 15 años de su segunda etapa, el cine público presentó cuatro mil títulos, entre los que se destaca un importante porcentaje de estrenos y producciones santafesinas.Foto: Gentileza.
Ese sábado, minutos antes de cortar la torta blanca de tres pisos con las icónicas palmeras dobladas, el coordinador y programador del cine El Cairo, Ariel Vicente, agradeció el respetuoso silencio en el hall de entrada, donde decenas de programaciones lucían sus diseños coleccionables en las paredes del ingreso a la sala, y los asistentes chocaban sus copas de champán rosado.
Con palabras precisas y concisas, Vicente destacó este “espacio que apuesta a la acción pública, a través de todas las gestiones de Gobierno provincial que fueron pasando”. Y fue el turno de la ex ministra de Cultura “Chiqui” González, primera ministra de Innovación y Cultura que tuvo la provincia, quien fue parte clave en aquel impulso de Los Amigos del Cairo para que la gestión del entonces gobernador Hermes Binner expropie por ley y compre el inmueble. En ese sentido cabe destacarlo: El Cairo es la única sala pública sostenida por un gobierno provincial en la Argentina, y una de las pocas estatales a nivel nacional.
“Sostener una programación y los horarios en un cine cada semana durante 15 años, no es poca cosa. Sostener ese sueño colectivo, cuando tiene obstáculos y se trastabilla, pasando una pandemia, la tristeza general en esta nueva era de la civilización, es hidalgo”, precisó la ex ministra, quien mostró su calidad de docencia como cada vez que habla en público: “En estos años hemos cambiado la idea del espacio y del tiempo, y justamente el cine cambió el siglo XX, porque se propuso manipular el tiempo. Fíjense que 15 años es un pedazo de tiempo, es mucho, es un pedazo de la calle Santa Fe. Y es una renovación generacional”.
Entonces destacó las virtudes de los programadores, en su tino de seleccionar cada film: “Hay que venir a un ciclo donde no sabés qué película van a dar, y ver cómo todos los jóvenes vienen juntos y hacen una cola que dan la vuelta a la manzana para ver cada domingo La Random. Se tatuaron 15 jóvenes al Cairo en la piel. No se explica la comunidad que éste produjo”.
Fue así que la ex ministra destacó “que tengan espacio las personas mayores, los jóvenes, los niños, los grandes que vienen a ver Melody o Laberinto junto a sus hijos. Que la cinematografía del mundo, sus emociones y pensamiento crítico, testimonios y capacidad política de programar de jueves a domingo, en mi vida solo lo vi en El Cairo”.
El programador finalmente destacó “los cinco días continuados que parecía el Bafici”, de proyecciones de entrada gratuita con películas curadas especialmente por los trabajadores del Cairo. Que para curiosos y cinéfilos, cabe reproducirlas: “Whiplash” (2014, de Damien Chazelle), seleccionada por el proyectorista Dante Salvatore; “Hierro 3” (2004, de Kim Ki-duk), elegida por el diseñador Martín Bochicchio; “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos” de Michel Gondry; “El Faro de las orcas” (2016, de Gerardo Oliveras), elegida por Nelson Dagostino, responsable de atención al público; “Melody” (1971, de Waris Husein), elegida por Carolina De Sanctis, del equipo de administración; “Cinema Paradiso” (1988, de Giuseppe Tornatore), seleccionada por el proyectorista Antonio Salvatore; “Laberinto” (1986, de Jim Henson), elegida por Valentina Giacosa, del equipo de administración; “¿Quieres ser John Malkovich? (1999, de Spike Jonze), seleccionada por Angélica Panozzo, del equipo de atención al público; “La gran belleza” de Paolo Sorrentino (2013); “Blade Runner” (1982, Ridley Scott), elegida por Valentina Arese, del equipo de programación; “El camino de los sueños” (2001, de David Lynch), seleccionada por Mariangel Vaccaro, de boletería.
Las reflexiones pos festejo y los nuevos consumos del cine
En diálogo con Mirador, Ariel Vicente compartió su apreciación luego de la semana entera de celebraciones: “Fue una hermosa fiesta. Un regalo a la ciudadanía. En lo personal, un festejo muy significativo, que estoy desde el comienzo como programador y luego pasé a coordinar también. Que hayan pasado ya tantos años, no lo puedo creer. Sentí una gran alegría de los asistentes e invitados”.
A lo largo de los 15 años de su segunda etapa, el cine público presentó cuatro mil títulos, entre los que se destaca un importante porcentaje de estrenos y producciones santafesinas.Foto: Gentileza.
Un fenómeno que viene ocurriendo en el cine público es la apropiación de los rosarinos, sobre todo las generaciones más jóvenes, que asisten cada semana como nuevo público cautivo de la misma forma que aquellos Amigos del Cairo. Sobre esto Vicente compartió: “Dieron con el espacio desde la pospandemia como un lugar de encuentro entre pares. Tenemos las dos puntas como franjas etáreas: los jóvenes y los adultos mayores. Creo que el Zoom y La Gratis les dan ese espacio. Creo que la sala fue tomada como un refugio. Cierta devoción de los jóvenes y los adultos, tiene que ver con que se sienten alojados. Eso es lo más positivo del Cairo”.
Finalmente compartió su reflexión: “La manera en que consumimos cine fue cambiando estos años, como la irrupción de las plataformas de streaming y las redes sociales, y eso se plasmó constantemente en la sala, así como nuestra propuesta de películas en nuestra plataforma virtual. Antes realmente el consumo personal era aleatorio, cuando hoy está más atravesado indefectiblemente por los algoritmos. Siento que hay una falsa sensación de que antes había libertad en qué película mirar, y hoy en la diaria estamos tanto en las redes que hay una lógica más direccionada. El Cairo siempre se propuso como un “Otro” con mayúsculas, que no está ordenado con la lógica de las plataformas”.
Breve repaso de la historia de El Cairo
A poco de cumplir 80 años de historia, el cine El Cairo, estando en manos de privados, estuvo a punto de desaparecer cuando dejó de ser negocio para sus dueños. La iniciativa de una ciudadanía comprometida con el cine (buena parte de quienes hoy tienen reconocimiento como Los Amigos de El Cairo), y la decisión del Gobierno provincial de expropiar, evitaron su desaparición y se volvió un espacio de pertenencia ciudadana desde entonces. Es por ese hito que los festejos a 15 años comenzaron el miércoles con un brindis en homenaje a Los Amigos de El Cairo.
El 17 de septiembre de 2009 fue la fecha en que El Cairo fue reinaugurado como cine público, y se estableció desde allí como organismo cultural dependiente del Ministerio de Cultura de la Provincia de Santa Fe.
A lo largo de los 15 años de su segunda etapa, el cine público presentó cuatro mil títulos, entre los que se destaca un importante porcentaje de estrenos y producciones santafesinas, y se contabilizan en esas proyecciones alrededor de 500 mil espectadores.
Se destacan sus ciclos como La Gratis, donde predomina la presencia de adultos mayores, Zoom que cada jueves recibe a centenares de jóvenes y adolescentes, Foco Documental (un espacio para ver lo último y más relevante de la producción documental nacional), y La Random, que cautiva con una propuesta novedosa e impredecible: el último domingo de cada mes el público colma la sala sin saber con qué película se encontrará.