La emblemática línea K de trolebuses de Rosario se encuentra en plena transformación, marcando el final de una era y el comienzo de otra más sostenible y moderna. Las cinco unidades con chasis Volvo y carrocería Marcopolo Torino, que comenzaron a circular en la ciudad el 25 de enero de 1994, serán retiradas este año tras tres décadas de servicio. Estos vehículos, equipados con sistemas eléctricos Powertronics de origen brasileño, dejarán paso a una flota renovada de trolebuses eléctricos, según la información a la que pudo acceder Mirador Provincial.
La renovación de la línea K incluye la incorporación de diez unidades reconvertidas de motores diésel a eléctricos. Antes de fin de mes, se espera la puesta en marcha del sexto trolebús reconvertido, identificado con el número 38, como parte de este proceso de modernización.
La historia de estos trolebuses se remonta a 1993, cuando el entonces concesionario Ecobus adquirió las unidades. La primera de ellas, la número 8, comenzó a operar en 1994 y aún se encuentra en circulación, siendo testigo de la evolución del transporte público en Rosario.
El intendente Pablo Javkin anunció recientemente que, durante 2025, se completará la renovación de toda la flota de la línea K, que estará compuesta por unidades reconvertidas a propulsión eléctrica. Esta iniciativa busca mejorar la calidad del servicio y promover una movilidad más sostenible en la ciudad.
La reconversión de las unidades diésel a eléctricas ha sido posible gracias a una colaboración público-privada que involucró a la empresa local Inventu, técnicos de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y la empresa estatal Movi. Este proceso ha permitido transformar vehículos con más de diez años de antigüedad en trolebuses eléctricos modernos, equipados con piso bajo para garantizar la accesibilidad, aire acondicionado y tecnología a bordo.
Una de las ventajas destacadas de esta reconversión es el ahorro económico, ya que el costo representa apenas una fracción del valor de una unidad 100 % eléctrica nueva. Además, la iniciativa permite reducir la huella de carbono del sistema de transporte público y extender la vida útil de los vehículos existentes.
Los trolebuses reconvertidos operan con baterías de litio que les otorgan una autonomía suficiente para circular sin depender completamente de la red de catenarias. Esto mejora la flexibilidad del servicio y minimiza los problemas derivados de eventuales cortes en el suministro eléctrico.
Con la incorporación progresiva de estas unidades, Rosario se posiciona como una ciudad pionera en la innovación del transporte eléctrico en Argentina. La transición hacia una movilidad sustentable refleja un compromiso con la reducción de emisiones contaminantes y con la mejora de la calidad del servicio para los usuarios.
La renovación de la línea K no solo representa un avance tecnológico, sino también una apuesta por el desarrollo local. La adaptación de las unidades se realizó en Rosario, generando empleo y fortaleciendo la industria tecnológica de la región.
Se espera que, una vez finalizada la transición, la experiencia de Rosario sirva de modelo para otras ciudades que buscan modernizar su transporte público. La línea K, que desde hace tres décadas ha sido un símbolo de la movilidad urbana en la ciudad, continuará su legado con una nueva energía y tecnología renovada.