El ciclo del Kily fue sostenido, apuntalado y "salvado" por la jerarquía de Jorge Broun, Vecchio y Ruben, más allá de alguna que otra aparición de pibes del club.
Foto:Archivo.
Daniel Domínguez [email protected]
Estaba todo dado para abrochar la clasificación a un nuevo certamen internacional. El equipo venía de buenas presentaciones, con goleada ante Colón en Santa Fe, empate ante el River campeón y de levantar un 0-2 frente a Lanús en el Sur.
Para generar aún más confianza, el entrenador Cristian Kily González había sellado su vínculo por una temporada más y solo faltaba vencer Huracán. Un Globo que llegaba a Rosario dependiendo de una combinación casi milagrosa de resultados para ser uno de los equipos argentinos que faltaba en el copón de la Copa Sudamericana.
Con Marco Ruben intratable, transformado en el goleador histórico del Canalla tras anotar siete goles en tres partidos. Con Emiliano Vecchio superando las molestias físicas que lo tuvieron a mal traer en los últimos juegos y con un Gigante repleto para festejar.
Pero, una vez más, el Central del Kily defeccionó. Falló cuando no podía fallar. Con la mesa servida, se quedó afuera de la fiesta internacional y otra vez fue goleado en su casa. El 4-1 que le propinó Huracán el sábado trajo a la mente de los hinchas auriazules la misma escena acontecida unos meses atrás en Vicente López, cuando los de Arroyito debían conseguir los tres puntos para avanzar en la Copa de Liga Profesional, pero cayeron derrotados de forma abultada por el recientemente ascendido Platense.
La decepción es grande en el mundo Central, pero no se puede volver el tiempo atrás y será hora de realizar un balance para no repetir siempre los mismos errores.
Un resultado puede poner en manifiesto distintas consideraciones. Desde los números, el quedar afuera de la segunda competencia internacional a nivel continental, significa una pérdida muy grande económicamente, una vidriera menos para mostrar a los juveniles y un año más en que la competencia solo pasará por no ser un mero espectador en los torneos domésticos.
Con más bajos que altos, Central cerró un 2021 muy raro. Siempre caminando por la cornisa y cuando parecía que se caía, algo o, mejor dicho, alguien aparecía al rescate.
El ciclo del Kily fue sostenido, apuntalado y "salvado" por la jerarquía de Jorge Broun, Vecchio y Ruben, más allá de alguna que otra aparición de pibes del club.
La temporada no fue buena. En la tabla de la Liga Profesional, el Canalla cerró en el puesto 16, con 32 unidades, producto de nueve victorias, cinco empates y once derrotas. Con 39 goles a favor y 41 en contra, siendo el tercer equipo más goleado, junto a Lanús y Atlético Tucumán. Quedó a más de veinte puntos del campeón, River, pero a solo diez de los últimos lugares.
En lo que respecta a la tabla acumulada, esa que lo dejó a las puertas de la Sudamericana, los de Arroyito finalizaron en la posición 15, con 50 unidades. Ganó 14 partidos, empató 8 y perdió 16, sobre 38 partidos jugados.
Más allá que el DT afirmó que el objetivo de copas lo puso él para motivar a sus dirigidos y así exigirles un "poco más", lo cierto es que el hecho de no conseguir el boleto es un paso atrás.
En las últimas temporadas Central se acostumbró a ser partener. Perdió los partidos "lógicos", ganó algunos que tenía que ganar, pero no dio la talla en los momentos que tenía que dar el salto.
Esta goleada ante Huracán sin dudas significará el final de varios integrantes del plantel, pero también la revisión de un entrenador que, más allá del amor que siente por la institución, deberá hacer una fuerte autocrítica sobre sus planteos tácticos.
Más adelante llegará el momento de pensar en incorporaciones, de promover más juveniles y de trazar nuevos objetivos. Lo cierto es que Huracán se sumará a la lista de juegos en los que el Kily debía dar algo distinto y no lo logró, como contra Platense o Boca Unidos por Copa Argentina.
Los dirigentes le dieron la confianza y dejaron que el entrenador se juegue el todo por el todo en la última fecha. El tiro les salió por la culata y ahora las miradas de reojo abundan por la sede de calle Mitre.
Muchos se preguntan si no fue apresurada la renovación, otros afirman que el Kily sigue siendo la mejor opción. Una vez más, la última palabra la tendrá el entrenador. Deberá reponerse rápido y pensar ¿y ahora qué?
Estaba todo dado para abrochar la clasificación a un nuevo certamen internacional. El equipo venía de buenas presentaciones, con goleada ante Colón en Santa Fe, empate ante el River campeón y de levantar un 0-2 frente a Lanús en el Sur.
Para generar aún más confianza, el entrenador Cristian Kily González había sellado su vínculo por una temporada más y solo faltaba vencer Huracán. Un Globo que llegaba a Rosario dependiendo de una combinación casi milagrosa de resultados para ser uno de los equipos argentinos que faltaba en el copón de la Copa Sudamericana.
Con Marco Ruben intratable, transformado en el goleador histórico del Canalla tras anotar siete goles en tres partidos. Con Emiliano Vecchio superando las molestias físicas que lo tuvieron a mal traer en los últimos juegos y con un Gigante repleto para festejar.
Pero, una vez más, el Central del Kily defeccionó. Falló cuando no podía fallar. Con la mesa servida, se quedó afuera de la fiesta internacional y otra vez fue goleado en su casa. El 4-1 que le propinó Huracán el sábado trajo a la mente de los hinchas auriazules la misma escena acontecida unos meses atrás en Vicente López, cuando los de Arroyito debían conseguir los tres puntos para avanzar en la Copa de Liga Profesional, pero cayeron derrotados de forma abultada por el recientemente ascendido Platense.
La decepción es grande en el mundo Central, pero no se puede volver el tiempo atrás y será hora de realizar un balance para no repetir siempre los mismos errores.
Un resultado puede poner en manifiesto distintas consideraciones. Desde los números, el quedar afuera de la segunda competencia internacional a nivel continental, significa una pérdida muy grande económicamente, una vidriera menos para mostrar a los juveniles y un año más en que la competencia solo pasará por no ser un mero espectador en los torneos domésticos.
Con más bajos que altos, Central cerró un 2021 muy raro. Siempre caminando por la cornisa y cuando parecía que se caía, algo o, mejor dicho, alguien aparecía al rescate.
El ciclo del Kily fue sostenido, apuntalado y "salvado" por la jerarquía de Jorge Broun, Vecchio y Ruben, más allá de alguna que otra aparición de pibes del club.
La temporada no fue buena. En la tabla de la Liga Profesional, el Canalla cerró en el puesto 16, con 32 unidades, producto de nueve victorias, cinco empates y once derrotas. Con 39 goles a favor y 41 en contra, siendo el tercer equipo más goleado, junto a Lanús y Atlético Tucumán. Quedó a más de veinte puntos del campeón, River, pero a solo diez de los últimos lugares.
En lo que respecta a la tabla acumulada, esa que lo dejó a las puertas de la Sudamericana, los de Arroyito finalizaron en la posición 15, con 50 unidades. Ganó 14 partidos, empató 8 y perdió 16, sobre 38 partidos jugados.
Más allá que el DT afirmó que el objetivo de copas lo puso él para motivar a sus dirigidos y así exigirles un "poco más", lo cierto es que el hecho de no conseguir el boleto es un paso atrás.
En las últimas temporadas Central se acostumbró a ser partener. Perdió los partidos "lógicos", ganó algunos que tenía que ganar, pero no dio la talla en los momentos que tenía que dar el salto.
Esta goleada ante Huracán sin dudas significará el final de varios integrantes del plantel, pero también la revisión de un entrenador que, más allá del amor que siente por la institución, deberá hacer una fuerte autocrítica sobre sus planteos tácticos.
Más adelante llegará el momento de pensar en incorporaciones, de promover más juveniles y de trazar nuevos objetivos. Lo cierto es que Huracán se sumará a la lista de juegos en los que el Kily debía dar algo distinto y no lo logró, como contra Platense o Boca Unidos por Copa Argentina.
Los dirigentes le dieron la confianza y dejaron que el entrenador se juegue el todo por el todo en la última fecha. El tiro les salió por la culata y ahora las miradas de reojo abundan por la sede de calle Mitre.
Muchos se preguntan si no fue apresurada la renovación, otros afirman que el Kily sigue siendo la mejor opción. Una vez más, la última palabra la tendrá el entrenador. Deberá reponerse rápido y pensar ¿y ahora qué?
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En Perú todos los medios informan que el rosarino Mariano Soso rescindió su contrato con Alianza Lima para asumir en la “Lepra” en las próximas horas. El equipo “rojinegro” será dirigido por uno de los coordinadores de divisiones inferiores este miércoles, desde las 17, en la reanudación del campeonato.
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