Lucía Dozo
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La mejor época para observar aves es la primavera, en las primeras horas de la mañana, señalan los aficionados y los expertos. Es el tiempo de la nidificación y la conquista donde se intensifican los cantos, colores y movimientos de las distintas especies.

En Rosario hay distintas opciones a la hora de embarcarse en esta actividad centrada en la contemplación y el estudio de las aves silvestres. El avistaje se basa en el reconocimiento de las distintas especies de aves por su taxonomía, teniendo en cuenta el plumaje o el canto, entre otros factores. Muchos se limitan a crear listas que muestran la cantidad de aves que concurren a un área particular, otros realizan y mantienen el listado de todas las especies que vieron en su vida.

Cada uno puede adentrarse en la temática y adaptar esta afición a su manera. Algunas personas se contentan simplemente con disfrutar y enriquecer más los paseos en un entorno natural, mientras que otras se especializan en la parte científica que conlleva el estudio de las aves, la ornitología.

En la ciudad, el programa Ideatur coordinado por el Ente Turístico Rosario y la Secretaría de Turismo Municipal otorga ayuda a nuevos emprendimientos turísticos que ponen en valor los atractivos de Rosario. Así nació la agencia Paraná Birding, que se dedica a la organización de salidas de avistaje de aves en la ciudad y a orillas del río Paraná.

Actualmente, Paraná Birding ofrece dos tipos de salidas guiadas, llamadas Aves Urbanas y Aves del Pimpollal. La primera dura una hora y media y se desarrolla en la zona del Parque Urquiza, cerca del Monumento Nacional a la Bandera. Es un sitio perfecto para conocer las aves de la ciudad. El recorrido combina la observación de aves con la identificación de algunas especies de árboles nativos. Es una actividad apta para todo público. La segunda es una salida de cinco horas por el delta rosarino del Paraná, una jornada para apreciar la gran diversidad de especies de aves de la región.

Paraná Birding fue creado por César Giarduz, guía de observación de aves del Parque Nacional Pre Delta que buscó crear un "distendido safari fotográfico guiado". Para contacto, enviar mail a [email protected].

Del bosque en la ciudad
Los COA son grupos de socios y socias de Aves Argentinas (estos últimos coordinan en todo el país la Red Nacional de Clubes de Observadores de Aves) que trabajan por la conservación de las aves y sus ambientes, realizando en sus respectivas localidades todo tipo de actividades orientadas a la observación de aves y la educación ambiental. Organizan también encuentros locales, regionales y nacionales junto a otros clubes.

En Rosario, COA Federal funciona como una entidad sin fines de lucro que tiene por actividad principal la observación de aves silvestres en libertad. COA desarrolla gran parte de su trabajo en el Bosque de los Constituyentes, predio municipal situado Tarragona y Los Glaciares, en la zona noroeste de Rosario. Se encuentra abierto al público los días sábados, domingos y feriados, entre las 8 y las 18, con entrada libre y gratuita. Allí pueden emprenderse paseos por senderos naturales, encontrarse con aves de diversas especies y visitar el vivero de especies nativas, donde se reproducen 72 especies de árboles.

El bosque es el espacio verde más grande de Rosario (de sus 280 hectáreas solo 20 son de acceso al público); está bordeado por el arroyo Ludueña y alberga más de 40.000 árboles de diversas especies y una pequeña laguna artificial con plantas acuáticas, ranas y caracoles. También hay caballos, llamas -que fueron llevadas al bosque cuando cerró el antiguo zoológico de la ciudad-, tortugas, además de patos, gansos, garzas y otras aves silvestres.

"Este parque es un lugar ideal para iniciarse en la observación de aves silvestres en libertad ya que hemos encontrado una gran variedad de ellas, es de fácil acceso", explican desde COA.

Desde 2012, el COA Federal Rosario está realizando un inventario no sistemático de todas las aves que están presentes en el parque municipal.

La idea fundamental es poder difundir la observación de aves a todo público interesado, revalorar el lugar dado su potencial silvestre orientado a la educación ambiental, para finalmente promover una conciencia conservacionista tan necesaria como escasa en estos días.

"Nos sorprende gratamente el buen número de aves que encontramos, residentes unas, migratorias otras y muchas nidificando, sobre todo las especies acuáticas que dependen estrictamente de este medio para subsistir -señalan desde el espacio-. El proyecto nació en COA Federal Rosario con la idea de lograr, junto con la Municipalidad de Rosario, plasmar en una impresión gráfica dicho trabajo para que sea aprovechado por escuelas, visitantes o cualquier institución interesada en el tema", agregan.

Mundo Aparte
En el barrio Casiano Casas de Rosario funciona, desde hace 20 años, un refugio de animales silvestres que no pueden volver a la naturaleza por distintas lesiones o problemas de adaptabilidad que pondrían en riesgo su supervivencia. Es, también, un centro de rescate y rehabilitación de fauna silvestre herida o enferma por errores humanos: mascotismo o accidentes de tránsito. "Tratamos de recuperar a ese animal herido para que pueda volver a su ambiente natural lo antes posible y ocupe el rol que debe cumplir en el ecosistema. Ese es nuestro trabajo principal", explica Franco Peruggino, uno de sus colaboradores.

Mundo Aparte encara desde el 2020 un ambicioso proyecto: la construcción de un lago artificial para atraer aves silvestres que escapan de los incendios y la sequía en las islas del Delta del Paraná. Desde que empezaron los incendios en los humedales, centenares de aves acuáticas cruzan a diario el río Paraná, y se instalan en árboles de plazas y avenidas, piscinas, charcos y cunetas con agua.

"Las aves de laguna, que viven en las lagunas que hoy están secas por la bajante, vuelan buscando otras alternativas y necesitan cada tanto bajar a descansar, hidratarse y reponer energías. Por eso queremos brindarles un alternativa segura dentro del predio", asegura Perugino.

El proyecto se encuentra casi concretado, con el molino de viento necesario para poder llenar la laguna con energías limpias, y la semana próxima terminaría con las tareas de impermeabilización. Tendrá un metro y medio de profundidad, y unos 30 metros de largo.

"Desde Mundo Aparte rehabilitamos tahuatós a los que la gente conoce popularmente como aguiluchos, y luego los soltamos acá mismo. Así que los días que no cazan, porque tuvieron alguna dificultad, los asistimos con comida que colgamos desde los árboles. También ayudamos a caranchos, lechuzas de los campanarios y chimangos. Son aves que pueden verse desde la ciudad pero que son aves silvestres", explica Perrugino.

El espacio cuenta con visitas al público, que fueron suspendidas por la pandemia, pero que habitualmente se realizan los segundos domingos de cada mes. La ONG ya presentó los protocolos necesarios y está a la espera para poder reabrir sus puertas.

Ornitólogos por un día

Desde el área de zoología del Museo Provincial de Ciencias Naturales Dr. Ángel Gallardo se invita a participar del "Avistaje de aves desde balcones, terrazas, patios y jardines (y ventanas también)".

La iniciativa apunta a conocer más sobre las especies que conviven en la cercanía y devenir en ornitóloga u ornitólogo "por un día".

El primer paso es la observación, preferentemente por la mañana. Con cuaderno y lápiz en mano hay que mirar detenidamente las aves por un plazo no menor a 15 minutos e intentar identificarlas. Para ello, el museo compartió fichas de observación en su web: https://www.museogallardo.gob.ar/

Asimismo, se recomienda anotar el lugar, la fecha y la hora de comienzo del avistaje y de finalización. Por último, hay que volcar la información recopilada en un formulario online (también en la página del Gallardo).

Con los datos recibidos, se elaborará un mapa donde se puedan visualizar la cantidad de especies avistadas por zona y la distribución individual de cada una.