Foto: gentileza Juan Merlos
Gisela Mesa | [email protected]
“Canciones Urgentes para mi tierra” es un proyecto artístico-educativo que surgió en el seno de escuelas rurales de las provincias de Córdoba y Santa Fe a partir del trabajo de Ramiro Lezcano, un docente que inició la tarea de concientizar sobre problemáticas ambientales a través de canciones que giran en torno al deterioro de nuestro ecosistema.
Mirador Provincial dialogó con Ramiro Lezcano para conocer a fondo el proyecto y su dinámica educativa desde el arte. “Los alumnos no solamente son parte de la génesis de cada obra, sino que también cantan en todas las canciones”, asegura.
Sobre cómo surge “Canciones Urgentes para mi tierra” y cuántos artistas han participado del proyecto, Lezcano cuenta: “Surge en el seno de un puñado de escuelas rurales del sudeste cordobés y suroeste santafesino, pleno corazón productivo de la Argentina. En estas escuelas no existe el cargo de profesor de música, así que los municipios de los pueblos a los que pertenecen cada escuela les brindan la posibilidad de tener música. Esto supone que mis clases no están dentro del sistema formal y no están sujetas a contenidos que bajan desde los ministerios. En ese marco de libertad, en donde la clase de música puede durar lo que dure el entusiasmo, nace este proyecto artístico-educativo-ambiental a partir de sensibilizarnos con problemáticas ambientales, en principio, de nuestro ámbito, como la fumigación en los campos lindantes con las escuelas y también la realidad de nuestros pueblos que, como las escuelas, están rodeados de campos que son fumigados”.
El artista-docente detalla que “las canciones surgen del trabajo áulico y los alumnos son los que van dejando ideas, inquietudes, opiniones, que luego son las que le dan sustento conceptual a la canción. Yo trabajo en la estructura y las músicas. Ellos no solamente son parte de la génesis de cada obra sino que también cantan en todas las canciones”.
Vuelo internacional
“En este inicio -prosigue Ramiro Lezcano- no pensábamos en un proyecto de esta magnitud, solo era una canción que utilizaríamos para que las radios de los pueblos la puedan pasar y abrir un debate sobre esta temática. Pero un niño de segundo grado de una de las escuelas, al escuchar cómo había quedado la canción me dice: “¿Profe, por qué no invitamos a cantar esta canción a ese señor que nos hizo escuchar la otra clase?”.
Habíamos escuchado el disco rojo de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés en Argentina y el señor al que el niño hacía referencia era ni más ni menos que Milanés. Los niños no conocen de imposibles; los adultos sí. Por este motivo hicimos una pancarta que decía “Pablo Ayúdanos canta con nosotros” y desde la única escuela que tenía internet (de vez en cuando) enviamos la foto de la pancarta sostenida por los niños y niñas y la canción al único Facebook que encontramos del artista. La fortuna quiso que esa publicación la vea su manager y esposa. Pablo estaba de gira en México y se comunica con nosotros y nos avisa que cuando llegue a la Habana grabaría su voz. Esto que para nosotros era un sueño hecho realidad, fue el inicio de esta utopía desde aquí, el interior del interior”.
Tras recibir el audio de Pablo Milanés y escuchar que esa canción que había nacido entre cuatro paredes de un aula en el campo había trascendido internacionalmente, les hizo pensar que debían seguir haciendo canciones que abordaran no solo las problemáticas ambientales próximas a su ámbito sino otras que puedan conocer o llegar a ellas investigando, “entendiendo que tanto unas como otras son parte del mismo flagelo: el deterioro de nuestro hábitat, nuestro planeta, nuestra única casa”, agregó Lezcano.
“Juguemos en el campo”
Se trata de la primera canción que grabó Lezcano junto a los alumnos, el inicio de este gran sueño. “Queríamos hacer nuestra ‘Marcha de la bronca’ y manifestar nuestro sentir y preocupación por todo lo que estaba trascendiendo sobre estudios de salud y estadísticos realizados en localidades cercanas a nuestras escuelas y comunidades, como Monte Maíz y Canals. Estos estudios evidenciaban una conexión directa entre múltiples enfermedades y las fumigaciones con agroquímicos. La obra late con un pulso reggae y cuenta, en sus dos versiones, con la participación de destacados artistas argentinos de nuestra música popular y también de artistas de otros países, culturas y realidades que se sensibilizaron con nuestro proyecto y sumaron su arte y compromiso. Pablo Milanés fue uno de los primeros artistas en sumarse a nuestro proyecto”, relató el artista.
Historia personal
-Contanos de tu infancia y que te llevó a ejercer la docencia.
-Mi infancia transcurre desde la segunda mitad de la década del ‘70 en San Marcos Sud, pueblo del sudeste cordobés, en donde nací y vivo actualmente. Esos primeros años fueron de familia trabajadora, casa antigua con un tocadiscos y muchos vinilos que iban desde Vox Dei a Los Olimareños, Silvio Rodríguez, Abba y The Beatles. Estos últimos fueron los que, de algún modo, hicieron que quisiera aprender a tocar un instrumento para reproducir esas melodías que me habían cautivado. Así comencé con la Flauta Dulce, Luego la guitarra, ya un poco más grande, en mi preadolescencia comencé a frecuentar la Banda Municipal, en donde aprendí a tocar trombón y así naturalmente aparece nuestra primera banda de rock, la primera banda de rock del pueblo desde que existe. Una banda con la cual tocábamos covers de rock nacional y fue, de algún modo, la plataforma que me ayudó a conocer los pormenores y el encanto de esos universos de 3 minutos que son las canciones. Tiempos en los que se escuchaba un disco de principio a fin, comprendiendo que todas esas canciones eran parte constitutiva de una obra en un tiempo y espacio determinado, y condicionada por su contexto.
“Luego comencé a estudiar en el profesorado de la ciudad de Bell Ville y al cabo de cuatro años me recibí de profesor de Filosofía, Psicología y Ciencias de la Educación, lo cual me llevó a tratar de conciliar mis dos grandes pasiones, la música y la docencia. Así fui desarrollando proyectos que tuvieran a la música en particular y al arte en general como productores de múltiples aprendizajes.
-¿A tu entender, qué principales diferencias existen entre las escuelas rurales y las de ciudad?
-Las escuelas rurales en las que trabajo y las que visito tienen características singulares que las hacen diferentes entre sí pero también muchos puntos en común. La ruralidad ofrece otro tiempo existencial en el cual se desarrollan las clases, el contacto con la naturaleza, la muy poca contaminación visual y sonora predisponen un espacio en el cual puedo sentarme bajo de un árbol con mis alumnos a escuchar un disco de principio a fin sin ser interrumpidos por ningún otro estímulo más que la música y algún que otro canto de aves. Estas escuelas tienen menos alumnos que las escuelas urbanas y eso permite un contacto más personal y dedicado con el alumno.
El proceso de construir música
-¿Cómo trabajaste este proyecto musical con tus alumnos?
-La dinámica de trabajo es que la génesis de las canciones surjan en el aula, por inquietudes que traen los alumnos o por el trabajo de investigación que realizamos sobre alguna problemática ambiental. Comenzamos a escribir ideas para la letra, muchas de esas palabras e ideas son parte de las letras de las obras. Las músicas las hago yo atendiendo a lo que la letra me sugiere. En el disco doble que ya editamos hay una multiplicidad de géneros y estilos: de zamba a blues, de carnavalito a hard rock, de vidala a chacarera, etc. Luego cuando tenemos el demo de la canción llevo el estudio móvil de grabación a las escuelas para que los niños y niñas graben sus voces en la parte asignada para ellos. A continuación escuchamos y empezamos a pensar a qué músicos invitar a tocar y a cantar la canción. Antes de invitar a cada artista con los niños, buscamos información sobre ellos, escuchamos su música, y de este modo saben a quiénes invitan y por qué.
En muchas canciones se da que músicos que nunca han compartido escenario están cantando o tocando juntos en la canción como en “La tierra que soñamos”, con Diango, Victor Heredia, Carlos “La Mona” Jiménez, Banana Pueyrredón y una murga uruguaya. Armamos una cadena de más de 80 estudios en Argentina y en distintas partes del mundo en los cuales los artistas graban su participación sin ningún costo y luego nos envían los audios para que nosotros aquí los editemos y luego enviemos la canción para el proceso de mezcla final. Para esta instancia invitamos a más de 30 ingenieros de audio reconocidos por su trabajo como Portugués Da Silva, Mario Breuer, Amílcar Gilabert, Álvaro Villagra, Mario Sobrino, Fabrían “Tweety” González, etc.
Cuando ya teníamos las canciones mezcladas del primer disco, un alumno de tercer grado me consulta si el disco que pensábamos sacar no podía tener dibujos como los que yo les llevaba para escuchar. Esa idea nos pareció muy buena, así que invitamos a más de 40 ilustradores de diferentes países, culturas y realidades a ilustrar una canción cada uno, la premisa era que cada canción tenga también un soporte visual para su abordaje y resignificación. El primer artista que se sumó para ilustrar fue Rocambole, quien ilustrara muchas de las tapas de los discos de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Muchas de las canciones también cuentan con su videoclip, ya que hemos invitado también a productoras audiovisuales a sumar su arte. Estos videos están también en la página del proyecto para que, al igual que las canciones e ilustraciones, puedan ser apreciados.
Lo que viene
Ramiro Lezcano adelantó que en este 2022 tienen expectativas de poder presentar el nuevo disco de “Canciones urgentes para mi tierra”, cuyo nombre será “Mensajes de tierra adentro”. “Son 15 canciones nuevas con más de 150 artistas que se suman a los 300 del primer disco doble. Entre ellos están Ruben Blades, León Gieco, Pedro Aznar, Hugo Fattoruso, Abel Pintos, Ruben Rada, Alejandro Lerner y más. Comenzamos la filmación de un documental con la productora Cactus Cine de Buenos Aires, la cual ya ganó en una convocatoria del INCA para mostrar el proyecto en formato película-documental. También tengo pensado poder implementar una charla-taller sobre el proyecto en la cual contaría cómo se forjó este gran sueño hecho realidad, desde lo pedagógico, vivencial y emocional”, concluyó.
“Canciones Urgentes para mi tierra” es un proyecto artístico-educativo que surgió en el seno de escuelas rurales de las provincias de Córdoba y Santa Fe a partir del trabajo de Ramiro Lezcano, un docente que inició la tarea de concientizar sobre problemáticas ambientales a través de canciones que giran en torno al deterioro de nuestro ecosistema.
Mirador Provincial dialogó con Ramiro Lezcano para conocer a fondo el proyecto y su dinámica educativa desde el arte. “Los alumnos no solamente son parte de la génesis de cada obra, sino que también cantan en todas las canciones”, asegura.
Sobre cómo surge “Canciones Urgentes para mi tierra” y cuántos artistas han participado del proyecto, Lezcano cuenta: “Surge en el seno de un puñado de escuelas rurales del sudeste cordobés y suroeste santafesino, pleno corazón productivo de la Argentina. En estas escuelas no existe el cargo de profesor de música, así que los municipios de los pueblos a los que pertenecen cada escuela les brindan la posibilidad de tener música. Esto supone que mis clases no están dentro del sistema formal y no están sujetas a contenidos que bajan desde los ministerios. En ese marco de libertad, en donde la clase de música puede durar lo que dure el entusiasmo, nace este proyecto artístico-educativo-ambiental a partir de sensibilizarnos con problemáticas ambientales, en principio, de nuestro ámbito, como la fumigación en los campos lindantes con las escuelas y también la realidad de nuestros pueblos que, como las escuelas, están rodeados de campos que son fumigados”.
El artista-docente detalla que “las canciones surgen del trabajo áulico y los alumnos son los que van dejando ideas, inquietudes, opiniones, que luego son las que le dan sustento conceptual a la canción. Yo trabajo en la estructura y las músicas. Ellos no solamente son parte de la génesis de cada obra sino que también cantan en todas las canciones”.
Vuelo internacional
“En este inicio -prosigue Ramiro Lezcano- no pensábamos en un proyecto de esta magnitud, solo era una canción que utilizaríamos para que las radios de los pueblos la puedan pasar y abrir un debate sobre esta temática. Pero un niño de segundo grado de una de las escuelas, al escuchar cómo había quedado la canción me dice: “¿Profe, por qué no invitamos a cantar esta canción a ese señor que nos hizo escuchar la otra clase?”.
Habíamos escuchado el disco rojo de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés en Argentina y el señor al que el niño hacía referencia era ni más ni menos que Milanés. Los niños no conocen de imposibles; los adultos sí. Por este motivo hicimos una pancarta que decía “Pablo Ayúdanos canta con nosotros” y desde la única escuela que tenía internet (de vez en cuando) enviamos la foto de la pancarta sostenida por los niños y niñas y la canción al único Facebook que encontramos del artista. La fortuna quiso que esa publicación la vea su manager y esposa. Pablo estaba de gira en México y se comunica con nosotros y nos avisa que cuando llegue a la Habana grabaría su voz. Esto que para nosotros era un sueño hecho realidad, fue el inicio de esta utopía desde aquí, el interior del interior”.
Tras recibir el audio de Pablo Milanés y escuchar que esa canción que había nacido entre cuatro paredes de un aula en el campo había trascendido internacionalmente, les hizo pensar que debían seguir haciendo canciones que abordaran no solo las problemáticas ambientales próximas a su ámbito sino otras que puedan conocer o llegar a ellas investigando, “entendiendo que tanto unas como otras son parte del mismo flagelo: el deterioro de nuestro hábitat, nuestro planeta, nuestra única casa”, agregó Lezcano.
“Juguemos en el campo”
Se trata de la primera canción que grabó Lezcano junto a los alumnos, el inicio de este gran sueño. “Queríamos hacer nuestra ‘Marcha de la bronca’ y manifestar nuestro sentir y preocupación por todo lo que estaba trascendiendo sobre estudios de salud y estadísticos realizados en localidades cercanas a nuestras escuelas y comunidades, como Monte Maíz y Canals. Estos estudios evidenciaban una conexión directa entre múltiples enfermedades y las fumigaciones con agroquímicos. La obra late con un pulso reggae y cuenta, en sus dos versiones, con la participación de destacados artistas argentinos de nuestra música popular y también de artistas de otros países, culturas y realidades que se sensibilizaron con nuestro proyecto y sumaron su arte y compromiso. Pablo Milanés fue uno de los primeros artistas en sumarse a nuestro proyecto”, relató el artista.
"Antes de invitar a cada artista con los niños, buscamos información sobre ellos, escuchamos su música, y de este modo saben a quiénes invitan y por qué".
Historia personal
-Contanos de tu infancia y que te llevó a ejercer la docencia.
-Mi infancia transcurre desde la segunda mitad de la década del ‘70 en San Marcos Sud, pueblo del sudeste cordobés, en donde nací y vivo actualmente. Esos primeros años fueron de familia trabajadora, casa antigua con un tocadiscos y muchos vinilos que iban desde Vox Dei a Los Olimareños, Silvio Rodríguez, Abba y The Beatles. Estos últimos fueron los que, de algún modo, hicieron que quisiera aprender a tocar un instrumento para reproducir esas melodías que me habían cautivado. Así comencé con la Flauta Dulce, Luego la guitarra, ya un poco más grande, en mi preadolescencia comencé a frecuentar la Banda Municipal, en donde aprendí a tocar trombón y así naturalmente aparece nuestra primera banda de rock, la primera banda de rock del pueblo desde que existe. Una banda con la cual tocábamos covers de rock nacional y fue, de algún modo, la plataforma que me ayudó a conocer los pormenores y el encanto de esos universos de 3 minutos que son las canciones. Tiempos en los que se escuchaba un disco de principio a fin, comprendiendo que todas esas canciones eran parte constitutiva de una obra en un tiempo y espacio determinado, y condicionada por su contexto.
“Luego comencé a estudiar en el profesorado de la ciudad de Bell Ville y al cabo de cuatro años me recibí de profesor de Filosofía, Psicología y Ciencias de la Educación, lo cual me llevó a tratar de conciliar mis dos grandes pasiones, la música y la docencia. Así fui desarrollando proyectos que tuvieran a la música en particular y al arte en general como productores de múltiples aprendizajes.
-¿A tu entender, qué principales diferencias existen entre las escuelas rurales y las de ciudad?
-Las escuelas rurales en las que trabajo y las que visito tienen características singulares que las hacen diferentes entre sí pero también muchos puntos en común. La ruralidad ofrece otro tiempo existencial en el cual se desarrollan las clases, el contacto con la naturaleza, la muy poca contaminación visual y sonora predisponen un espacio en el cual puedo sentarme bajo de un árbol con mis alumnos a escuchar un disco de principio a fin sin ser interrumpidos por ningún otro estímulo más que la música y algún que otro canto de aves. Estas escuelas tienen menos alumnos que las escuelas urbanas y eso permite un contacto más personal y dedicado con el alumno.
El proceso de construir música
-¿Cómo trabajaste este proyecto musical con tus alumnos?
-La dinámica de trabajo es que la génesis de las canciones surjan en el aula, por inquietudes que traen los alumnos o por el trabajo de investigación que realizamos sobre alguna problemática ambiental. Comenzamos a escribir ideas para la letra, muchas de esas palabras e ideas son parte de las letras de las obras. Las músicas las hago yo atendiendo a lo que la letra me sugiere. En el disco doble que ya editamos hay una multiplicidad de géneros y estilos: de zamba a blues, de carnavalito a hard rock, de vidala a chacarera, etc. Luego cuando tenemos el demo de la canción llevo el estudio móvil de grabación a las escuelas para que los niños y niñas graben sus voces en la parte asignada para ellos. A continuación escuchamos y empezamos a pensar a qué músicos invitar a tocar y a cantar la canción. Antes de invitar a cada artista con los niños, buscamos información sobre ellos, escuchamos su música, y de este modo saben a quiénes invitan y por qué.
En muchas canciones se da que músicos que nunca han compartido escenario están cantando o tocando juntos en la canción como en “La tierra que soñamos”, con Diango, Victor Heredia, Carlos “La Mona” Jiménez, Banana Pueyrredón y una murga uruguaya. Armamos una cadena de más de 80 estudios en Argentina y en distintas partes del mundo en los cuales los artistas graban su participación sin ningún costo y luego nos envían los audios para que nosotros aquí los editemos y luego enviemos la canción para el proceso de mezcla final. Para esta instancia invitamos a más de 30 ingenieros de audio reconocidos por su trabajo como Portugués Da Silva, Mario Breuer, Amílcar Gilabert, Álvaro Villagra, Mario Sobrino, Fabrían “Tweety” González, etc.
Cuando ya teníamos las canciones mezcladas del primer disco, un alumno de tercer grado me consulta si el disco que pensábamos sacar no podía tener dibujos como los que yo les llevaba para escuchar. Esa idea nos pareció muy buena, así que invitamos a más de 40 ilustradores de diferentes países, culturas y realidades a ilustrar una canción cada uno, la premisa era que cada canción tenga también un soporte visual para su abordaje y resignificación. El primer artista que se sumó para ilustrar fue Rocambole, quien ilustrara muchas de las tapas de los discos de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Muchas de las canciones también cuentan con su videoclip, ya que hemos invitado también a productoras audiovisuales a sumar su arte. Estos videos están también en la página del proyecto para que, al igual que las canciones e ilustraciones, puedan ser apreciados.
Lo que viene
Ramiro Lezcano adelantó que en este 2022 tienen expectativas de poder presentar el nuevo disco de “Canciones urgentes para mi tierra”, cuyo nombre será “Mensajes de tierra adentro”. “Son 15 canciones nuevas con más de 150 artistas que se suman a los 300 del primer disco doble. Entre ellos están Ruben Blades, León Gieco, Pedro Aznar, Hugo Fattoruso, Abel Pintos, Ruben Rada, Alejandro Lerner y más. Comenzamos la filmación de un documental con la productora Cactus Cine de Buenos Aires, la cual ya ganó en una convocatoria del INCA para mostrar el proyecto en formato película-documental. También tengo pensado poder implementar una charla-taller sobre el proyecto en la cual contaría cómo se forjó este gran sueño hecho realidad, desde lo pedagógico, vivencial y emocional”, concluyó.
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La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
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