Ignacio Pueyo


Para alguien que ama a su tierra y a su gente, es difícil olvidarse de sus raíces. De hecho, el fútbol es un deporte que hace que muchas personas puedan conocer el mundo, y trabajar en sitios tal vez impensados para cualquier individuo.

Gustavo Siviero es una de esas personas que, pese a haberse ido hace más de 15 años del país, no se olvida de sus raíces. Allá por 2005 colgó los botines en Colón de Santa Fe, mismo equipo que lo vio nacer futbolísticamente a fines de los ’80, y se puso el buzo de técnico en el viejo continente. Luego de varios pasos por Mallorca, Murcia, Hércules, entre muchos otros, hace poco más de un año recaló en un club que se encontraba en Tercera División de España, el joven e ignoto Intercity, equipo fundado en 2017.

—Son un club que llama la atención, porque en cinco años de vida han logrado tres ascensos, ¿cómo es la institución?
—Es verdad. Es una institución un poco particular, con una gestión muy particular, a tal punto que es el primer club en España que cotiza en bolsa, a pesar de estar en la categoría que está. La intención de los propietarios siempre fue crecer año a año, ahora se está consiguiendo. Es un club que está en la cuarta categoría, pero tiene el manejo de un club profesional. A nosotros no nos falta nada, salvo que al ser un club nuevo todavía no tenemos instalaciones propias, así que estamos un poco de prestados en otros lugares. Pero la intención es hacer una ciudad deportiva y hacerse con un estadio para tener sede propia. El club llama la atención porque es nuevo, se creó en 2017 y a partir de ahí en cuatro años consiguió tres ascensos. Es un crecimiento enorme y esperemos que esto siga.

—¿Ser un club que cotiza en bolsa a ustedes les modifica algo a nivel deportivo?
—No, a nosotros no, porque la estructura sigue siendo la misma. Pero quienes están cerca del club pasan a formar parte de él, porque al ser accionista tenés una parte del club. Eso en cierta medida a nosotros nos favorece porque tiene que haber mucha transparencia en la gestión. Cuando hay una empresa, o en este caso un club, que cotiza en el mercado, tiene que tener todas sus cuentas al día, todas sus cuentas de manera transparente, al servicio de cualquier accionista que quiera saber qué se está haciendo. Eso hace que haya una gestión muy ordenada, que hace que nosotros por ejemplo no tengamos que pasar por los avatares que pasa cualquier otro club, en cuanto a tardanzas de cobros, problemas, retrasos. Todo eso a nosotros no nos afecta para nada, al contrario, nos ayuda.

El Intercity está emplazado en San Juan de Alicante, una pequeña localidad lindante con Alicante, que podríamos decir que se encuentra dentro de su conurbano. El club comenzó a competir en 2017 en Primera Regional, que vendrían a ser como nuestras ligas regionales. En su primer torneo logró el ascenso a Regional Preferente y al año siguiente logró el ascenso a Tercera División de España, la cuarta categoría del fútbol español. A fines de 2020, el club oficializó a Gustavo Siviero como nuevo entrenador.

El 23 de mayo de 2021, en la final por el ascenso, el Intercity se impuso 1 a 0 al Elche Ilicitano (filial del famoso Elche) con gol del rosarino Martín Bellotti. El hecho de que un jugador argentino le haya dado el gol del ascenso, sumado al trabajo de un entrenador también argentino, no es casualidad. El club cuenta con gran cantidad de jugadores nacidos, no solo en nuestro país, sino también en nuestra provincia.

“Nosotros ya teníamos a Martín Belotti, a Alan Luque, que es de la zona de Reconquista. Y este año sumamos a Enzo Cabrera, que incluso había debutado en Primera División con Newell’s, a Leonel Ferroni, que también salió de Newell’s, pero estuvo jugando en San Martín de San Juan antes de venir aquí. Y ahora incorporamos a Maxi Rivero, que es un chico que salió de Newell’s y estuvo en Godoy Cruz, ahora estaba en Las Parejas. Somos bastantes, más el entrenador, que hace varios años que se vino”, cuenta entre risas Siviero.

Sin embargo, debido al desorden generado en las distintas categorías del fútbol español a partir de la pandemia (con muchos ascensos y ningún descenso), luego de la última temporada se realizó una reestructuración de todo el sistema de ligas. El entrenador explica esto con lujo de detalles: “Antes entre la Tercera y la Segunda estaba la Segunda B, pero ahora entre ellas están la Primera RFEF y la Segunda RFEF. Entonces, nosotros ascendimos desde Tercera, deberíamos haber ascendido a la Segunda B, al escalón previo de Segunda, pero ahora nos metieron un escalón más. Si ahora ascendemos lo vamos a hacer a Primera RFEF. Estamos a la misma distancia que estábamos antes. Pero es cierto que no estamos más en Tercera, porque la Tercera no sigue existiendo”.

La categoría que ahora integra el Intercity, la Segunda RFEF (la sigla es por Real Federación Española de Fútbol), está compuesta por cinco grupos de 18 equipos cada una. En todas estas modificaciones, también se modificó, para mejor, el sistema de ascensos. “Por ejemplo, yo antes había dirigido un equipo de Segunda B, el Atlético Baleares, nosotros quedamos campeones de grupo y no ascendimos. Era uno de los pocos campeonatos del mundo en que eras campeón y no ascendías. Eso se cambió, por ejemplo ahora los primeros de cada grupo ascienden directo, lo cual me parece una cosa lógica. Luego los segundos, terceros, cuartos y quintos juegan un playoff para elegir los otros ascensos. De Segunda RFEF a Primera RFEF hay diez ascensos. Entonces eso le da posibilidad a un montón de equipos, y hace bastante entusiasta la competición, porque sino los equipos enseguida bajan los brazos, y los proyectos se acaban”, relata Siviero.

Actualmente, jugada más de la mitad de la temporada, el Intercity viene manteniéndose entre los primeros puestos, llegando incluso a liderar la tabla de posiciones en algunas fechas. El futuro augura un buen porvenir para el equipo comandado por Gustavo Siviero.

Un viaje a sus inicios
La carrera de Siviero en España es sumamente rica, como futbolista y como entrenador. Sin embargo, antes de todo eso hubo mucho esfuerzo y muchos años de pelearla en su Laguna Paiva natal y también en Colón de Santa Fe, antes de su prolífica carrera como futbolista en Argentina.

—¿Qué recuerdos tenés de tus inicios en el fútbol santafesino?
—Me acuerdo de todo, la verdad. Yo empecé en Paiva, en categoría de novena. Participábamos de la Liga Santafesina con el club Estrella de Talleres. Después el club se desafilió de esa liga y empezamos a participar de la Liga Esperancina.

Además, Siviero comenta cómo llegó a Colón: “Con 17 años, un amigo que lamentablemente ya falleció, consiguió una prueba en Colón, y me invitó a mí, porque él no quería ir solo. Yo lo acompañé, aunque no tenía pensado ir a prueba a ningún lado. Fui, y con tanta suerte que me fichó Colón con 17 años. En esa época estaban Carlos Zuliani, el Patón Aguirre.” De hecho, el entrenador aún guarda una estrecha relación con quienes fueron sus mentores en Colón, Carlos “el Gringo” Zuliani y Oscar “el Patón” Aguirre.

Luego de un fugaz paso por reserva y primera de Liga de Colón, categorías donde fue campeón, rápidamente comenzó a integrar el plantel de Primera División en el año 1989, que militaba en la B Nacional.

—Tu paso por Colón en inferiores fue bastante rápido, en poco tiempo ya estabas en primera.
—Sí, fue mejor de lo que yo pensaba. Yo te soy sincero, cuando llegué a Colón, yo venía del pueblo, de Paiva, de entrenar de la manera que entrenábamos. Llegué a Colón y me tocó una pretemporada que yo pensé que me iba a morir. Con Raúl Della Croce entrenábamos al ritmo de un equipo profesional. Yo llegaba a Paiva de vuelta y ni comía, del cansancio que tenía. Me tiraba en la cama y dormía tres horas seguidas porque estaba reventado. Yo pensaba que no iba a jugar, aparte por los jugadores que había.

Sin embargo, a base de esfuerzo y entrenamiento el momento llegó. Después de un partido de Liga Santafesina, en cancha de Gimnasia, y observados por el cuerpo técnico de primera, Siviero fue citado a entrenar con el plantel superior junto a Gabriel Tavisi y Juanjo Ferrer.

“Colón tenía muchos problemas económicos, entonces no podía incorporar muchos jugadores, había que apelar a los jugadores del club, y por esa situación tuvimos la suerte de debutar. Debutamos el mismo día con Juanjo Ferrer, contra Atlético Rafaela en cancha de Colón, y a partir de ahí ya seguimos” explica el ex jugador sabalero, que además cuenta que al menos una vez al año vuelve a Paiva a visitar a sus familiares, y que se levanta todas las mañanas leyendo El Litoral a través de internet, junto con otros medios de nuestro país.

—¿Algún día te gustaría tener la oportunidad de dirigir en el fútbol argentino?
—Sí, yo estoy abierto a todas las opciones y posibilidades. Entiendo que no es fácil, porque son muchos años acá. Es difícil también apostar por un entrenador que lleva mucho tiempo fuera. Si bien es cierto que yo estoy muy pendiente de lo que pasa allá, entiendo que siempre se inclinen por entrenadores que están más sumergidos en el medio. Pero desde que soy entrenador siempre los mayores desafíos son a los que uno apunta, y el campeonato argentino, al que considero uno de los torneos más difíciles que hay en el mundo, estaría bueno tener la posibilidad de probarme y ver si estoy preparado o no. Pero al final uno no entrena donde quiere, sino donde puede, y hoy mi presente está acá. Estoy bien, estoy contento, feliz, trabajando muy a gusto. Tengo la suerte de estar al frente de un grupo excelente de futbolistas, de colaboradores que me hacen disfrutar muchísimo de la profesión. El futuro uno no lo puede controlar, se intenta hacer lo mejor en el día a día, y después se verá qué ocurre.