IGNACIO ETCHART
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En un texto titulado “La violación en grupo que aconteció en Palermo días pasados tiene una sola víctima: la mujer”, la diputada victoriense por la UCR, Gracia Jaroslavsky, rechazó posturas interpretativas que adjudiquen la injerencia de una “cultura machista”, en referencia a la violación grupal realizada por seis jóvenes entre 20 y 24 años a una chica de 20 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“La cultura machista imperante en nuestra civilización no es por sí sola la responsable de tales aberraciones”, sostuvo en su escrito. “El no tener registro de que hay un otro que se ha de respetar no tiene que ver solamente con la matriz cultural machista. Hay que tener cuidado con la generalización que decir esto encubre. Considerar que un violador es una víctima de un proceso cultural machista, tanto como considerar que es un enfermo mental, es a mi juicio reduccionista”, destacó la legisladora.

“La falta de compasión no tiene su raíz en la cultura machista. No saber dónde está el bien y dónde el mal tiene ver con un delito, no con una sociedad patriarcal. El violador en particular, dentro de todos los delitos contra la mujer y sobre los cuales tampoco podemos generalizar sus causas pero sí sus consecuencias, no debe ser amparado o justificado como un emergente de nuestras sociedades machistas”, argumenta en su escrito.

“¿Es importante cambiar el paradigma de la supremacía del hombre por sobre la mujer? Sí, absolutamente sí. ¿Es importante instaurar la política de género como una política de estado? Sí, absolutamente sí. ¿Es importante reformar la educación pública incorporando todas las herramientas posibles, incluida la educación emocional para cambiar el paradigma? Sí, absolutamente sí. ¿Es necesario adecuar la legislación? Sí, absolutamente sí. ¿Es necesario condenar sin salvoconducto ni atenuante a un violador? Sí, absolutamente sí”, reflexiona luego.

“Es importante entender que las causas que llevan a un hombre a violar a una mujer son producto de una multiplicidad de factores que pueden estar juntos o ser excluyentes. La raíz no es la cultura machista dominante”, sostiene el escrito.

“Las drogas, el alcohol, la insatisfacción crónica, el futuro incierto y la falta de compromiso, en un mundo convulsionado como el que vivimos, engendra todo tipo de violencias, destrucción y muerte. Pero también es fundamental entender que el delito de violación denunciado por una mujer no debe tener atenuante alguno”, menciona más adelante. “Requiere severidad y rapidez en el accionar judicial. Requiere, a mi juicio, una condena social plena y rigurosa. Requiere que entendamos que hay una responsabilidad individual y un compromiso social que no se subvierte a una sociedad machista”, remarca después.

“Sostengo que se trata de una problemática compleja que debe quedar a salvo de frases hechas, de lugares comunes, de algunos efímeros caracteres en Twitter y de propaganda ideologizada o simplemente conmemorativa”, concluye el escrito de Jaroslavsky.