Foto:Gentileza.
Gisela Mesa [email protected]
Hernán Benedetto nació el 4 de junio de 1973 en la ciudad de Rosario. Su desarrollo deportivo recorrió distintas disciplinas, pero fue el fútbol, el deporte que siempre lo acompañó. Culminó el secundario con orientación docente y comenzó su búsqueda estudiando medicina, psicología, música y luego se recibió de profesor de Educación Física en el Instituto Superior de Educación Física de Rosario (ISEF 18) donde por fin encontró su vocación articulando saberes.
Escribió y publicó: “10 cuentos que no son cuentos” (2017) con el que participó en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (2018), “Crónicas enanas, el otro lado del Futbol” (2019), “De Porte Amateur” (2020), y “Confesiones de un daltónico y otros cuentos” (2021).
En conversación con Mirador Provincial, el “Pulga” nos cuenta de sus comienzos y cómo se prepara para su presentación del libro frente a una de las emblemáticos lugares que tiene Rosario, La Florida junto al río Paraná.
-¿Cuándo comenzó esa curiosa y atrapante pasión por la escritura?
-Lo que más recuerdo es que me resultaba más atrapante que curioso, era la abstracción y el placer que me producían las redacciones escolares en la primaria.
-¿Qué recordás de tu infancia y del barrio donde creciste?
-De mi infancia recuerdo mucho juego. Juego en todos lados. En la vereda, en la plaza, en los clubes, en la casa de mis amigos. Siempre fui muy del movimiento, pero también, enmarcado dentro de un barrio (Tablada) tan activo desde lo cultural, fueron también esas actividades, el teatro y la biblioteca, aunque en menor medida, algo que recuerdo de una manera extraña y de algo que, en ese entonces, no sé por qué, me parecía inconciliable.
-Resignificar cosas del pasado, volver a la memoria y volverlo palabras no es una tarea fácil… ¿cómo fue el proceso de “Confesiones de un daltónico y otros cuentos”?
-El proceso de “Confesiones de un daltónico y otros cuentos” fue sentido. Verdadero y poco exigente a lo que recursos literarios refiere. Con un lenguaje claro, rescatando la picardía de lo cotidiano y haciendo entre un ejercicio de la memoria y una crítica tanto del pasado como del presente me senté a sentir. A escribir. A vislumbrar un futuro mejor.
-“Un gol no se festeja solo” podrías explayarte en esta frase tan particular, teniendo en cuenta que los argentinos somos futboleros, eternos apasionados por este deporte.
-Claro que sí. Podríamos decir que el gol es la culminación pongámosle exitosa, de una jugada que tiene que ver directamente con lo grupal. Más allá del nombre o del jugador que haga un gol o que publique un libro, al lado, hay un equipo, historias, juego y sobre todo amor que merece ser abrazado y colectivizado simplemente porque son parte. Eso para mí, es un festejo de gol y nunca, se festeja solo.
-¿Cómo fue el proceso de aprendizaje desde aquel primer libro a este último?
-No lo sé muy bien, quizás, poder esperar un poco más. No soy de dejar descansando mucho los textos y en este caso, me tomé un poco, tampoco mucho (risas) más de tiempo.
-¿Sos consciente que hay una transformación en vos de futbolista a investigador o recolector de datos a escritor?
-En su momento, sobre todo desde la adolescencia y hasta los 21 años aproximadamente (que fue hasta donde jugué al fútbol en Newell´s y sin debutar en primera) me daba cuenta que algo extraño me pasaba. Comencé a estudiar distintas cosas (medicina, psicología, música) pero no sabía bien qué buscaba. Me recibí luego de profesor de Educación Física. En ese camino continué, y gracias a la escritura, profundicé de alguna manera mi mirada crítica y por qué no también divertida, del deporte en general.
-¿Qué podés adelantarnos de lo que se va encontrar la gente este sábado 5 de marzo a las 19 en La Florida?
-El sábado la gente se va a encontrar con una carta de opciones a mi entender genial, al lado del río, para disfrutar de un recital de cuentos, tragos y presentación del libro. Los espero para festejar y para recordar juntos, que los goles, nunca, se gritan solo.
Hernán Benedetto nació el 4 de junio de 1973 en la ciudad de Rosario. Su desarrollo deportivo recorrió distintas disciplinas, pero fue el fútbol, el deporte que siempre lo acompañó. Culminó el secundario con orientación docente y comenzó su búsqueda estudiando medicina, psicología, música y luego se recibió de profesor de Educación Física en el Instituto Superior de Educación Física de Rosario (ISEF 18) donde por fin encontró su vocación articulando saberes.
Escribió y publicó: “10 cuentos que no son cuentos” (2017) con el que participó en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (2018), “Crónicas enanas, el otro lado del Futbol” (2019), “De Porte Amateur” (2020), y “Confesiones de un daltónico y otros cuentos” (2021).
En conversación con Mirador Provincial, el “Pulga” nos cuenta de sus comienzos y cómo se prepara para su presentación del libro frente a una de las emblemáticos lugares que tiene Rosario, La Florida junto al río Paraná.
-¿Cuándo comenzó esa curiosa y atrapante pasión por la escritura?
-Lo que más recuerdo es que me resultaba más atrapante que curioso, era la abstracción y el placer que me producían las redacciones escolares en la primaria.
-¿Qué recordás de tu infancia y del barrio donde creciste?
-De mi infancia recuerdo mucho juego. Juego en todos lados. En la vereda, en la plaza, en los clubes, en la casa de mis amigos. Siempre fui muy del movimiento, pero también, enmarcado dentro de un barrio (Tablada) tan activo desde lo cultural, fueron también esas actividades, el teatro y la biblioteca, aunque en menor medida, algo que recuerdo de una manera extraña y de algo que, en ese entonces, no sé por qué, me parecía inconciliable.
-Resignificar cosas del pasado, volver a la memoria y volverlo palabras no es una tarea fácil… ¿cómo fue el proceso de “Confesiones de un daltónico y otros cuentos”?
-El proceso de “Confesiones de un daltónico y otros cuentos” fue sentido. Verdadero y poco exigente a lo que recursos literarios refiere. Con un lenguaje claro, rescatando la picardía de lo cotidiano y haciendo entre un ejercicio de la memoria y una crítica tanto del pasado como del presente me senté a sentir. A escribir. A vislumbrar un futuro mejor.
-“Un gol no se festeja solo” podrías explayarte en esta frase tan particular, teniendo en cuenta que los argentinos somos futboleros, eternos apasionados por este deporte.
-Claro que sí. Podríamos decir que el gol es la culminación pongámosle exitosa, de una jugada que tiene que ver directamente con lo grupal. Más allá del nombre o del jugador que haga un gol o que publique un libro, al lado, hay un equipo, historias, juego y sobre todo amor que merece ser abrazado y colectivizado simplemente porque son parte. Eso para mí, es un festejo de gol y nunca, se festeja solo.
-¿Cómo fue el proceso de aprendizaje desde aquel primer libro a este último?
-No lo sé muy bien, quizás, poder esperar un poco más. No soy de dejar descansando mucho los textos y en este caso, me tomé un poco, tampoco mucho (risas) más de tiempo.
-¿Sos consciente que hay una transformación en vos de futbolista a investigador o recolector de datos a escritor?
-En su momento, sobre todo desde la adolescencia y hasta los 21 años aproximadamente (que fue hasta donde jugué al fútbol en Newell´s y sin debutar en primera) me daba cuenta que algo extraño me pasaba. Comencé a estudiar distintas cosas (medicina, psicología, música) pero no sabía bien qué buscaba. Me recibí luego de profesor de Educación Física. En ese camino continué, y gracias a la escritura, profundicé de alguna manera mi mirada crítica y por qué no también divertida, del deporte en general.
-¿Qué podés adelantarnos de lo que se va encontrar la gente este sábado 5 de marzo a las 19 en La Florida?
-El sábado la gente se va a encontrar con una carta de opciones a mi entender genial, al lado del río, para disfrutar de un recital de cuentos, tragos y presentación del libro. Los espero para festejar y para recordar juntos, que los goles, nunca, se gritan solo.
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La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
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