“Santa Fe es una provincia de muchísima actividad literaria, que tiene gran variedad”, asegura María Fernanda Trébol (Cooperativa Plural Creativa).
Foto:Gentileza.
Gisela Mesa [email protected]
¿Qué tienen los libros que los hacen tan especiales, tan amenos a la lectura, tan propicios al trance literario? En algunos, la escritura es una colisión de palabras, emociones, experiencias, en otros es cotidianeidad, enojo, desamor. Las palabras incomodan, enamoran, atrapan. Ellos Irrumpen en la escena literaria como una explosión de ideas donde encuentran un campo lleno de posibilidades.
El jueves 4 de agosto, Rosario será sede del Foro de Escritores Jóvenes 2022 organizado por la Plural Creativa, Cooperativa Cultural, y auspiciado por Ciudad Gótica Editorial. El mismo se desarrollará en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa. En diálogo con Mirador Provincial, los organizadores nos cuentan sobre la importancia de este foro en nuestra ciudad, de cómo ven la escena local de la escritura. Cabe mencionar que ya están recibiendo material para el Foro de Escritores Jóvenes 2022.
La Cooperativa Plural Creativa
-¿Cómo nace la idea de La Cooperativa Plural Creativa?
-Nace de un encuentro entre personas que amamos las artes y la gestión cultural. Queremos llevar adelante proyectos, y también poner a disposición de otros lo que sabemos hacer: organizar eventos, difusión, redes, edición de libros, restauración y patrimonio. El Foro de Escritores Jóvenes es nuestro primer proyecto, y ya tenemos varios en carpeta.
-¿Cómo se congenió la unión con la editorial Ciudad Gótica (CGeditorial)?
-Los miembros de CG Editorial son parte de la cooperativa. Además, el foro de escritores tiene que ver con los encuentros que venía organizando la editorial con mucho éxito.
-¿Cuál es la importancia del Foro de Escritores Jóvenes 2022? ¿Cómo se desarrollará la actividad?
-Es muy importante porque, en principio, no supone una competencia para ganar premios, sino la participación en un espacio común, y la posibilidad de dar a conocer textos entre personas jóvenes que aman escribir. La actividad tiene un capítulo digital, en el que los jóvenes deben enviar un video donde un texto propio sea leído, y luego instancias presenciales. Tenemos ya reservado el 4 de agosto para el encuentro en Rosario, y estamos trabajando para concretar otro en Venado Tuerto. En ese espacio habrá mesas de debate y de trabajo, lecturas y escritura. Además, ese encuentro dará origen a un libro, que haremos en formato digital y, si conseguimos apoyos, también será impreso. Un libro es una gran motivación para quien escribe; si es joven, más todavía.
La escritura como motor de arte
-¿Cómo se despierta en los jóvenes la vocación literaria?
-La mejor manera es que los adultos amen leer y sepan transmitir esa pasión. De la lectura, generalmente, nace la necesidad de escribir. Primero hay que entender que la escritura es un canal de expresión, una manera de construir mundos para quien escribe y para quien lee. Luego, es muy importante nutrir ese impulso con el intercambio, ya sea en talleres, grupos o en espacios como el que estamos construyendo.
Punto de vista
-¿Cómo ven el panorama de la literatura en Santa Fe?
-¡Esta es una pregunta que requeriría metros de papel! Santa Fe es una provincia de muchísima actividad literaria, que tiene gran variedad. Es la cuna de grandes maestros y maestras, tanto de la poesía como de la narrativa. Además, permanentemente se presentan libros, nacen espacios de lectura, revistas especializadas, charlas, e incluso sellos editoriales. Para lo que nosotros estamos organizando, esto es muy valioso, porque pasan cosas y los más jóvenes se contagian de eso. Queremos que ellos sigan haciendo de esta provincia un hervidero de literatura.
Hablan los autores
-¿Recuerdan el primer libro que leyeron? ¿Y la primera historia que escribieron?
Erwin Cocha: -Al hacer memoria y volver a mis años de infancia donde comenzaron a aparecer mis primeras lecturas, me es un poco difícil determinar cual estuvo antes que otra. Sí puedo dar cuenta de que los primeros libros que leí siguieron la línea de género de las historias con las que mi madre me enseñó a leer e inculcó en mí el goce y placer por la lectura. Fueron las clásicas novelas de Julio Verne con las que aprendí a leer y seguí apegado a ellas durante un largo tiempo de esos tempranos años. La vuelta al mundo en ochenta días y 20.000 leguas de viaje submarino son las historias que más recuerdo de mi niñez, cuando daba mis primeros pasos como lector. Lo que sí recuerdo bien es la primera historia que escribí. Fue cuando tenía 10 años, eran vacaciones de invierno y yo me encontraba en casa de mis abuelos, y al ser vacaciones tenía bastante tiempo libre. Por esas fechas a mí me habían regalado un cuadernito para poder dibujar y en él plasmaba escenas de aventuras o sueños que tenía. Sin embargo, comencé a sentir que necesitaba contar más, expresarme más allá de lo que un dibujo podía mostrar. Así, en esa tarde de vacaciones, escribí mi primer cuento. La historia se basa en el mundo de un videojuego que jugaba y tomaba personajes de él, la historia era una de aventuras donde el personaje principal tiene que ir a una isla en busca de tesoros, pero es atrapado por la tribu del lugar.
Camila Pérez: -Recuerdo lo que sentí las primeras veces que escribí o el porqué, lo que sentía al leer. Donde cada libro era una historia por vivir, la imaginación me tele transportaba a aquellos sucesos. No recuerdo con exactitud cuál fue el primer libro que leí, pero recuerdo lo que me hacía sentir enojo, ira, amor, felicidad, odio, pérdida, miedo, tristeza, alegría. Las combinaciones perfectas para reconocer a esa edad que estás viva. La primera historia que escribí… más que la “primera historia” que escribí, hablaría de aquellos primeros textos que surgieron. En donde las páginas me brindaban la posibilidad del desahogamiento y liberación.
La escritura fue en donde deposité todo mi ser, no fue una historia. La primer cosa que escribí fue un sentir que tenía que redirigir de mi mente a hacia ningún lugar o hacia aquel lugar en donde nadie me iba a juzgar y dejar expresar sin más.
A mi edad desde pequeña, la escritura era mi liberación hacia al mundo. Recuerdo que mi inocencia me hacía pensar que el mundo no era malo, pero aún así tenía la coraza y la firmeza de elegir que mi confianza solo la merecían ese lápiz y papel que no me dejaban caer.
-¿Qué obstáculos les tocó sortear a lo largo de su carrera?
Erwin Cocha: -Cuando me refiero a los obstáculos que me tocó atravesar a lo largo de mi carrera los suelo dividir en dos etapas. Primero en una parte anterior a publicar mi primer libro, y otra cuando ya había dado mis primeros pasos en esta rama del arte. Cuando empecé a tomarme en serio el camino de la escritura yo tenía 16 años. Ya venía escribiendo algunas historias y en general, escribir relatos es algo que hago desde los 10. Sin embargo, sentí que había llegado el momento de hacerlo en serio. Por cuestiones de edad yo todavía seguía en el colegio secundario. Era una técnica que, al margen de que no era lo mío, no me dejaba mucho tiempo para dedicarme a lo que en realidad me gustaba. Cuando llegué al penúltimo año, en principio sin el apoyo de mis padres, yo solo tuve que encontrar la manera de cambiarme de escuela, hablando con directivos de mi colegio, viendo de qué manera me podían ayudar, a la vez que hacía campaña en mi casa porque aceptaran lo que realmente me hacía feliz. Fue un proceso de idas y venidas, de tire y afloje, con la escuela y con mis padres, ellos no querían que dejara la técnica y buscaban orillarme a que estudiara ingeniería civil, una carrera que no era la que quería para mi vida. Cuando los logré convencer y pude cambiarme de colegio, llegó el punto donde tenía el camino libre para poder escribir mi primer libro, aunque no fue tan así. Yo no contaba con una computadora y el celular que tenía en esa época era uno muy básico. No tenía ningún dispositivo en el cual poder escribir, sin embargo, eso no me detuvo y todo mi primer libro lo hice a mano, escribiendo día y noche de todo un verano. Con los meses pude tener una computadora y pasé todo mi manuscrito en formato digital. Todo se encaminó para bien, de hecho, apenas terminé de transcribir La casa de la calle Liniers, empecé con Sueños color zafiro. Llegó la pandemia y eso me trajo los problemas que todos tuvimos que atravesar como sociedad, sin embargo, mi situación empeoró de verdad cuando a principios del año pasado sufrí una cadena de hechos que me hicieron tocar fondo. Entre esas cosas está la pérdida de un familiar. Pero sabía que, si quería ver Sueños color zafiro publicado, debía secarme las lágrimas y seguir trabajando, sacando fuerzas de donde no las tenía, y así fue. Personas de mi entorno más íntimo, quienes saben la historia completa, me preguntan cómo hice para salir adelante solo. He de ser sincero, hasta el día de hoy no tengo una respuesta a eso, creo que me ayudó mucho aferrarme a la idea de terminar mi libro y pensar que el futuro iba a ser mejor, que por suerte así fue.
Camila Pérez: -Más que obstáculos creo que fueron retos en donde gracias a eso llegué a entender que siempre hay una solución para todo, que siempre hay alguien que la puede estar pasando peor y que solo la muerte es aquello que no tiene solución. Toda mi vida viví en el mismo barrio en donde se lucha día a día para tener un plato que comer, pero también donde la alegría está en las familias cuando están unidas, en donde la alegría es aquella que se te brinda al darle al otro que lo necesita. Hoy por hoy mi mayor alegría es mi pareja, es mi familia quienes no me han dejado caer.
Sergio Gioacchini (Editorial Ciudad Gótica)
-¿Podrías explicarnos cuándo y cómo se despertó en vos la vocación literaria?
-La pregunta es interesante, porque yo no sé si la vocación literaria se despertó alguna vez o siempre estuvo presente. Parece que uno mira de una forma y lo interpreta de una manera particular. A mí me tocó expresarme a través de las palabras, mi forma de metáfora de la existencia y la realidad tomó el perfil de la escritura, de la poesía, sobre todo. Otros lo hacen de otra manera, ya sea con la música o la autorevelación en el color y las formas, o con el amasado de una torta o una pasta, el blend de un vino o la confección de la huerta o el jardín. Lo importante es la intención y transformarse en un vehículo que canaliza el mundo y lo transforma en metonimia, una cosa, objeto, actividad en un símbolo, un mensaje.
-¿Qué es lo que experimentás a la hora de editar a los escritores?
-Siento mucho placer cuando leo a los escritores que me alcanzan sus textos, su manera de comprender el entorno, su vida, y lo transforman en algo muy sutil y poderoso como es la palabra que, a medida que nombra lo va creando, le da sentido a cierto caos aparente en la cotidianeidad de la percepción. Luego existe el proceso físico de la edición que es un acto diferente de comunicación, donde se viabilizan esos saberes, conocimientos, arte. Y poder ser un instrumento para compartirlo siempre es un gran honor y una especie de redención, de liberación, de rescate.
-¿Cuáles crees que son los principales obstáculos a los que se enfrenta un escritor al intentar escribir su primera novela?
-Hay dos procesos que no deberían confundirse. El acto de creación, la demiurgia, es una, es sublime, es conexión con los centros más preciosos que poseemos en nuestra interioridad, que da origen a nuevas historias, a nuevas maneras de ver y comprender, a entrechocar ideas, pensamientos, palabras que conforman una obra que se pretende única, original. El otro proceso, el de la edición, es una segunda instancia. Es la intención hacia la difusión, la generosa cesión del acto privado en un gesto público hacia ser lo más masivo posible para hacer efectivo lo que se quiere decir, los descubrimientos, las proezas y eficacias con las que nos construimos como artistas de la poesía, la ficción o la teoría.
-¿Qué expectativas hay con el Foro de Escritores Jóvenes?
-Todo el trabajo que hacemos con los jóvenes es la posibilidad de expresarse, de desarrollar ese perfil comunicacional y de contacto, que parece haberse modificado, trastocado con las nuevas tecnologías atravesadas por la pandemia generada. Ahora, todo invento una vez que se inventó no puede ser desinventado. Así con la energía atómica, por ejemplo, entonces hay que ver qué se puede hacer con él. La nueva telaraña global de la digitalidad, que encierra y a la vez libera el contacto y la estrechez de la comunicación misma, que es tan humana como animal en su perfil presencial, nos da herramientas positivas y negativas. Lo importante es saber cuál de ellas son la que debemos elegir. O preferimos marearnos con noticias, novedades, ya sean generales, o meras curiosidades; o nos ponemos a construir y comunicar a través de ellas. Nosotros damos una alternativa a esta situación. Poder comunicarse desde el alma y el corazón a través de la poesía o el relato corto con otros pares, generando así redes de contención y de pluralidad, para compartir experiencias y creaciones. Este es un acto positivo, de mucho impacto social, personal, interioridad que se despliega, se hace un pájaro volador que busca ramas precisas donde cantar con toda la voz en la garganta.
¿Qué tienen los libros que los hacen tan especiales, tan amenos a la lectura, tan propicios al trance literario? En algunos, la escritura es una colisión de palabras, emociones, experiencias, en otros es cotidianeidad, enojo, desamor. Las palabras incomodan, enamoran, atrapan. Ellos Irrumpen en la escena literaria como una explosión de ideas donde encuentran un campo lleno de posibilidades.
El jueves 4 de agosto, Rosario será sede del Foro de Escritores Jóvenes 2022 organizado por la Plural Creativa, Cooperativa Cultural, y auspiciado por Ciudad Gótica Editorial. El mismo se desarrollará en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa. En diálogo con Mirador Provincial, los organizadores nos cuentan sobre la importancia de este foro en nuestra ciudad, de cómo ven la escena local de la escritura. Cabe mencionar que ya están recibiendo material para el Foro de Escritores Jóvenes 2022.
La Cooperativa Plural Creativa
-¿Cómo nace la idea de La Cooperativa Plural Creativa?
-Nace de un encuentro entre personas que amamos las artes y la gestión cultural. Queremos llevar adelante proyectos, y también poner a disposición de otros lo que sabemos hacer: organizar eventos, difusión, redes, edición de libros, restauración y patrimonio. El Foro de Escritores Jóvenes es nuestro primer proyecto, y ya tenemos varios en carpeta.
-¿Cómo se congenió la unión con la editorial Ciudad Gótica (CGeditorial)?
-Los miembros de CG Editorial son parte de la cooperativa. Además, el foro de escritores tiene que ver con los encuentros que venía organizando la editorial con mucho éxito.
-¿Cuál es la importancia del Foro de Escritores Jóvenes 2022? ¿Cómo se desarrollará la actividad?
-Es muy importante porque, en principio, no supone una competencia para ganar premios, sino la participación en un espacio común, y la posibilidad de dar a conocer textos entre personas jóvenes que aman escribir. La actividad tiene un capítulo digital, en el que los jóvenes deben enviar un video donde un texto propio sea leído, y luego instancias presenciales. Tenemos ya reservado el 4 de agosto para el encuentro en Rosario, y estamos trabajando para concretar otro en Venado Tuerto. En ese espacio habrá mesas de debate y de trabajo, lecturas y escritura. Además, ese encuentro dará origen a un libro, que haremos en formato digital y, si conseguimos apoyos, también será impreso. Un libro es una gran motivación para quien escribe; si es joven, más todavía.
La escritura como motor de arte
-¿Cómo se despierta en los jóvenes la vocación literaria?
-La mejor manera es que los adultos amen leer y sepan transmitir esa pasión. De la lectura, generalmente, nace la necesidad de escribir. Primero hay que entender que la escritura es un canal de expresión, una manera de construir mundos para quien escribe y para quien lee. Luego, es muy importante nutrir ese impulso con el intercambio, ya sea en talleres, grupos o en espacios como el que estamos construyendo.
Punto de vista
-¿Cómo ven el panorama de la literatura en Santa Fe?
-¡Esta es una pregunta que requeriría metros de papel! Santa Fe es una provincia de muchísima actividad literaria, que tiene gran variedad. Es la cuna de grandes maestros y maestras, tanto de la poesía como de la narrativa. Además, permanentemente se presentan libros, nacen espacios de lectura, revistas especializadas, charlas, e incluso sellos editoriales. Para lo que nosotros estamos organizando, esto es muy valioso, porque pasan cosas y los más jóvenes se contagian de eso. Queremos que ellos sigan haciendo de esta provincia un hervidero de literatura.
Hablan los autores
-¿Recuerdan el primer libro que leyeron? ¿Y la primera historia que escribieron?
Erwin Cocha: -Al hacer memoria y volver a mis años de infancia donde comenzaron a aparecer mis primeras lecturas, me es un poco difícil determinar cual estuvo antes que otra. Sí puedo dar cuenta de que los primeros libros que leí siguieron la línea de género de las historias con las que mi madre me enseñó a leer e inculcó en mí el goce y placer por la lectura. Fueron las clásicas novelas de Julio Verne con las que aprendí a leer y seguí apegado a ellas durante un largo tiempo de esos tempranos años. La vuelta al mundo en ochenta días y 20.000 leguas de viaje submarino son las historias que más recuerdo de mi niñez, cuando daba mis primeros pasos como lector. Lo que sí recuerdo bien es la primera historia que escribí. Fue cuando tenía 10 años, eran vacaciones de invierno y yo me encontraba en casa de mis abuelos, y al ser vacaciones tenía bastante tiempo libre. Por esas fechas a mí me habían regalado un cuadernito para poder dibujar y en él plasmaba escenas de aventuras o sueños que tenía. Sin embargo, comencé a sentir que necesitaba contar más, expresarme más allá de lo que un dibujo podía mostrar. Así, en esa tarde de vacaciones, escribí mi primer cuento. La historia se basa en el mundo de un videojuego que jugaba y tomaba personajes de él, la historia era una de aventuras donde el personaje principal tiene que ir a una isla en busca de tesoros, pero es atrapado por la tribu del lugar.
Camila Pérez: -Recuerdo lo que sentí las primeras veces que escribí o el porqué, lo que sentía al leer. Donde cada libro era una historia por vivir, la imaginación me tele transportaba a aquellos sucesos. No recuerdo con exactitud cuál fue el primer libro que leí, pero recuerdo lo que me hacía sentir enojo, ira, amor, felicidad, odio, pérdida, miedo, tristeza, alegría. Las combinaciones perfectas para reconocer a esa edad que estás viva. La primera historia que escribí… más que la “primera historia” que escribí, hablaría de aquellos primeros textos que surgieron. En donde las páginas me brindaban la posibilidad del desahogamiento y liberación.
La escritura fue en donde deposité todo mi ser, no fue una historia. La primer cosa que escribí fue un sentir que tenía que redirigir de mi mente a hacia ningún lugar o hacia aquel lugar en donde nadie me iba a juzgar y dejar expresar sin más.
A mi edad desde pequeña, la escritura era mi liberación hacia al mundo. Recuerdo que mi inocencia me hacía pensar que el mundo no era malo, pero aún así tenía la coraza y la firmeza de elegir que mi confianza solo la merecían ese lápiz y papel que no me dejaban caer.
-¿Qué obstáculos les tocó sortear a lo largo de su carrera?
Erwin Cocha: -Cuando me refiero a los obstáculos que me tocó atravesar a lo largo de mi carrera los suelo dividir en dos etapas. Primero en una parte anterior a publicar mi primer libro, y otra cuando ya había dado mis primeros pasos en esta rama del arte. Cuando empecé a tomarme en serio el camino de la escritura yo tenía 16 años. Ya venía escribiendo algunas historias y en general, escribir relatos es algo que hago desde los 10. Sin embargo, sentí que había llegado el momento de hacerlo en serio. Por cuestiones de edad yo todavía seguía en el colegio secundario. Era una técnica que, al margen de que no era lo mío, no me dejaba mucho tiempo para dedicarme a lo que en realidad me gustaba. Cuando llegué al penúltimo año, en principio sin el apoyo de mis padres, yo solo tuve que encontrar la manera de cambiarme de escuela, hablando con directivos de mi colegio, viendo de qué manera me podían ayudar, a la vez que hacía campaña en mi casa porque aceptaran lo que realmente me hacía feliz. Fue un proceso de idas y venidas, de tire y afloje, con la escuela y con mis padres, ellos no querían que dejara la técnica y buscaban orillarme a que estudiara ingeniería civil, una carrera que no era la que quería para mi vida. Cuando los logré convencer y pude cambiarme de colegio, llegó el punto donde tenía el camino libre para poder escribir mi primer libro, aunque no fue tan así. Yo no contaba con una computadora y el celular que tenía en esa época era uno muy básico. No tenía ningún dispositivo en el cual poder escribir, sin embargo, eso no me detuvo y todo mi primer libro lo hice a mano, escribiendo día y noche de todo un verano. Con los meses pude tener una computadora y pasé todo mi manuscrito en formato digital. Todo se encaminó para bien, de hecho, apenas terminé de transcribir La casa de la calle Liniers, empecé con Sueños color zafiro. Llegó la pandemia y eso me trajo los problemas que todos tuvimos que atravesar como sociedad, sin embargo, mi situación empeoró de verdad cuando a principios del año pasado sufrí una cadena de hechos que me hicieron tocar fondo. Entre esas cosas está la pérdida de un familiar. Pero sabía que, si quería ver Sueños color zafiro publicado, debía secarme las lágrimas y seguir trabajando, sacando fuerzas de donde no las tenía, y así fue. Personas de mi entorno más íntimo, quienes saben la historia completa, me preguntan cómo hice para salir adelante solo. He de ser sincero, hasta el día de hoy no tengo una respuesta a eso, creo que me ayudó mucho aferrarme a la idea de terminar mi libro y pensar que el futuro iba a ser mejor, que por suerte así fue.
Camila Pérez: -Más que obstáculos creo que fueron retos en donde gracias a eso llegué a entender que siempre hay una solución para todo, que siempre hay alguien que la puede estar pasando peor y que solo la muerte es aquello que no tiene solución. Toda mi vida viví en el mismo barrio en donde se lucha día a día para tener un plato que comer, pero también donde la alegría está en las familias cuando están unidas, en donde la alegría es aquella que se te brinda al darle al otro que lo necesita. Hoy por hoy mi mayor alegría es mi pareja, es mi familia quienes no me han dejado caer.
Sergio Gioacchini (Editorial Ciudad Gótica)
-¿Podrías explicarnos cuándo y cómo se despertó en vos la vocación literaria?
-La pregunta es interesante, porque yo no sé si la vocación literaria se despertó alguna vez o siempre estuvo presente. Parece que uno mira de una forma y lo interpreta de una manera particular. A mí me tocó expresarme a través de las palabras, mi forma de metáfora de la existencia y la realidad tomó el perfil de la escritura, de la poesía, sobre todo. Otros lo hacen de otra manera, ya sea con la música o la autorevelación en el color y las formas, o con el amasado de una torta o una pasta, el blend de un vino o la confección de la huerta o el jardín. Lo importante es la intención y transformarse en un vehículo que canaliza el mundo y lo transforma en metonimia, una cosa, objeto, actividad en un símbolo, un mensaje.
-¿Qué es lo que experimentás a la hora de editar a los escritores?
-Siento mucho placer cuando leo a los escritores que me alcanzan sus textos, su manera de comprender el entorno, su vida, y lo transforman en algo muy sutil y poderoso como es la palabra que, a medida que nombra lo va creando, le da sentido a cierto caos aparente en la cotidianeidad de la percepción. Luego existe el proceso físico de la edición que es un acto diferente de comunicación, donde se viabilizan esos saberes, conocimientos, arte. Y poder ser un instrumento para compartirlo siempre es un gran honor y una especie de redención, de liberación, de rescate.
-¿Cuáles crees que son los principales obstáculos a los que se enfrenta un escritor al intentar escribir su primera novela?
-Hay dos procesos que no deberían confundirse. El acto de creación, la demiurgia, es una, es sublime, es conexión con los centros más preciosos que poseemos en nuestra interioridad, que da origen a nuevas historias, a nuevas maneras de ver y comprender, a entrechocar ideas, pensamientos, palabras que conforman una obra que se pretende única, original. El otro proceso, el de la edición, es una segunda instancia. Es la intención hacia la difusión, la generosa cesión del acto privado en un gesto público hacia ser lo más masivo posible para hacer efectivo lo que se quiere decir, los descubrimientos, las proezas y eficacias con las que nos construimos como artistas de la poesía, la ficción o la teoría.
-¿Qué expectativas hay con el Foro de Escritores Jóvenes?
-Todo el trabajo que hacemos con los jóvenes es la posibilidad de expresarse, de desarrollar ese perfil comunicacional y de contacto, que parece haberse modificado, trastocado con las nuevas tecnologías atravesadas por la pandemia generada. Ahora, todo invento una vez que se inventó no puede ser desinventado. Así con la energía atómica, por ejemplo, entonces hay que ver qué se puede hacer con él. La nueva telaraña global de la digitalidad, que encierra y a la vez libera el contacto y la estrechez de la comunicación misma, que es tan humana como animal en su perfil presencial, nos da herramientas positivas y negativas. Lo importante es saber cuál de ellas son la que debemos elegir. O preferimos marearnos con noticias, novedades, ya sean generales, o meras curiosidades; o nos ponemos a construir y comunicar a través de ellas. Nosotros damos una alternativa a esta situación. Poder comunicarse desde el alma y el corazón a través de la poesía o el relato corto con otros pares, generando así redes de contención y de pluralidad, para compartir experiencias y creaciones. Este es un acto positivo, de mucho impacto social, personal, interioridad que se despliega, se hace un pájaro volador que busca ramas precisas donde cantar con toda la voz en la garganta.
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La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
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