Foto:Archivo.
Lucía Dozo
A fines del siglo XIX se puso en marcha en Rosario la idea de la construcción de un monumento en honor a la bandera como memoria histórica (el lugar donde actualmente se alza es donde Manuel Belgrano la izó por primera vez, el 27 de febrero de 1812) y con la intención de acompañar el crecimiento de la ciudad, proyecto que había tenido antecedentes en años previos.
El 9 de julio de 1898 se colocó la piedra fundamental del futuro monumento en la plaza Almirante Brown –actual plaza Manuel Belgrano–; se trata de la misma piedra que hoy se encuentra en la cripta. En 1910, año del centenario de la Revolución de Mayo, se destinaron fondos nacionales para la construcción de la obra y se contrató para su diseño y realización a Lola Mora. La propuesta de la artista tucumana constaba de esculturas con alegorías mitológicas y figuras históricas para representar a la nueva nación. Las piezas, de mármol de Carrara, fueron traídas desde Roma, pero el proyecto nunca logró concretarse. Hay versiones que hablan del incumplimiento del pago del contrato como una razón para ello y, también, de la mirada conservadora de la época ante los desnudos que representaban las estatuas, lo que llevó a que la Comisión Pro-Monumento, en el año 1925, decidiera pedir la rescisión del contrato de la artista y promover la construcción a partir de un nuevo proyecto.
En 1939 se emitió un decreto presidencial llamando a concurso de planos y presupuesto y al año siguiente el jurado se expidió; el premio fue para Alejandro Bustillo y Ángel Guido con los escultores Alfredo Bigatti y José Fioravanti. La inauguración oficial del Monumento Histórico Nacional a la Bandera se realizó el 20 de junio de 1957, después de catorce años de trabajo, en medio de una serie de actividades que completaron los festejos ante un público masivo.
Algunas de las esculturas del truncado proyecto de Lola Mora quedaron repartidas en distintos puntos de la ciudad y a fines del siglo XX fueron restauradas e incorporadas al pasaje Juramento. Desde 1997 están emplazadas de manera individual y con distintos frentes en ese pasaje que une el monumento con el casco histórico. En un lateral se ubican La Libertad, La Gloria, La Madre y el Hijo; del otro lado, Los Gauchos, Belgrano y la Bandera, El Soldado y el Clarín, Los Granaderos y Fray Gorriti bendiciendo la Bandera (cabe aclarar que el proyecto de Lola Mora se dividía en tres partes: la cúspide con “El espíritu de la Patria”, en el tercio superior “La Libertad” y en la base las esculturas y bajorrelieves que recordaban a Belgrano, su ejército, el pueblo y la bendición de la bandera).
Características y simbología
El monumento ocupa una superficie de 10.000 metros cuadrados. Está revestido en mármol Travertino y representa en su conjunto “la nave de la patria surcando las aguas de la eternidad hacia su futuro de grandeza”. Se destacan tres partes: la Proa, el Patio Cívico y el Propileo Triunfal de la Patria que, junto a esculturas y relieves, simbolizan los momentos históricos del país desde su nacimiento hasta su organización constitucional, pasando por “sus valores económicos, culturales, telúricos y geográficos”, según la interpretación vigente.
En cuanto a la Proa, con su torre de casi 70 metros rememora la gesta de mayo de 1810. Termina en punta hacia el río Paraná con la escultura La Patria Abanderada que guía los destinos de la nave imaginaria que avanza entre el Paraná y el océano Atlántico. En la parte posterior se encuentran la escultura La Patria de la Fraternidad y el Amor, el ingreso a la cripta de Belgrano y el acceso al mirador de la torre.
En el Patio Cívico, la gran escalinata representa el esfuerzo realizado por los patriotas en busca de la organización del Estado y comienza en el atrio, ascendiendo hasta el Propileo. Este, a su vez, simboliza a la nación jurídicamente organizada a partir de la Constitución de 1853. Entre sus columnas encierra la urna con la llama votiva, donde se guardan los restos de los granaderos que combatieron junto a José de San Martín en la batalla de San Lorenzo en 1813. El fuego arde permanentemente como homenaje a quienes dieron su vida por la patria. Debajo del Propileo se encuentra la Galería de Honor de las Banderas de América, recinto que rinde homenaje a las banderas de los países integrantes de la Organización de Estados Americanos.
Presente: la puesta en valor
Recientemente, dos empresas resultaron oferentes en la licitación que tiene como objetivo reacondicionar y poner en valor al Monumento (son DyScon S.A., de Rosario, y Cocivial, de San Nicolás), a partir de un pliego conjunto presentado por la Municipalidad de Rosario, la Provincia de Santa Fe y el gobierno nacional. Al tratarse de un monumento histórico, la empresa contratista deberá cumplir con el riguroso protocolo de restauración establecido por la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos.
Las obras –según figura en los pliegos– se centrarán en el Propileo (se desarmarán las ánforas debido a que han sido afectadas por la humedad) y, en cuanto a la llama votiva, deberá trasladarse en una sola pieza hasta el taller y allí desarmarse para la limpieza de cada una de sus partes. Se realizará también la limpieza de los mármoles. Además, la restauración del basamento de la torre y del ascensor; se proyecta un nuevo controlador de velocidad para el dispositivo y también reemplazar el cableado actual por uno nuevo con certificado antillama. En el mirador se cambiará la reja perimetral y se restaurarán los telescopios; la
carpintería será renovada.
Se pondrán en valor la fuente de proa con su sistema eléctrico que actualmente no funciona, el mástil principal y los pasajes laterales, en los que se efectuarán tareas de impermeabilización. En lo que respecta a las esculturas de piedra, no serán removidas de su ubicación pero sí se someterán a tareas de limpieza y puesta en condiciones. Se retirarán las estatuas de bronce que serán enviadas a un taller especializado para su restauración. La Sala de las Banderas será climatizada y se instalarán rampas accesibles.
Visitas
Considerado el primer ensayo en Latinoamérica del renacimiento de la arquitectura monumental, el Monumento a la Bandera que se ubica en el Parque Nacional a la Bandera, sobre las barrancas del río Paraná, forma un eje cívico con la plaza 25 de Mayo, en el área más antigua de Rosario. La obra puede visitarse en estos días y horarios: la Galería de Honor de las Banderas de América, los lunes de 13 a 19 y de martes a domingo, de 9 a 19. La cripta de Belgrano, de lunes a viernes de 10 a 12 y de 15 a 19, y los sábados, domingos y feriados de 9 a 19. El ascenso al mirador puede realizarse de lunes a viernes de 10 a 12 y de 15 a 19. Más información en http://www.monumentoalabandera.gob.ar.
A fines del siglo XIX se puso en marcha en Rosario la idea de la construcción de un monumento en honor a la bandera como memoria histórica (el lugar donde actualmente se alza es donde Manuel Belgrano la izó por primera vez, el 27 de febrero de 1812) y con la intención de acompañar el crecimiento de la ciudad, proyecto que había tenido antecedentes en años previos.
El 9 de julio de 1898 se colocó la piedra fundamental del futuro monumento en la plaza Almirante Brown –actual plaza Manuel Belgrano–; se trata de la misma piedra que hoy se encuentra en la cripta. En 1910, año del centenario de la Revolución de Mayo, se destinaron fondos nacionales para la construcción de la obra y se contrató para su diseño y realización a Lola Mora. La propuesta de la artista tucumana constaba de esculturas con alegorías mitológicas y figuras históricas para representar a la nueva nación. Las piezas, de mármol de Carrara, fueron traídas desde Roma, pero el proyecto nunca logró concretarse. Hay versiones que hablan del incumplimiento del pago del contrato como una razón para ello y, también, de la mirada conservadora de la época ante los desnudos que representaban las estatuas, lo que llevó a que la Comisión Pro-Monumento, en el año 1925, decidiera pedir la rescisión del contrato de la artista y promover la construcción a partir de un nuevo proyecto.
En 1939 se emitió un decreto presidencial llamando a concurso de planos y presupuesto y al año siguiente el jurado se expidió; el premio fue para Alejandro Bustillo y Ángel Guido con los escultores Alfredo Bigatti y José Fioravanti. La inauguración oficial del Monumento Histórico Nacional a la Bandera se realizó el 20 de junio de 1957, después de catorce años de trabajo, en medio de una serie de actividades que completaron los festejos ante un público masivo.
Algunas de las esculturas del truncado proyecto de Lola Mora quedaron repartidas en distintos puntos de la ciudad y a fines del siglo XX fueron restauradas e incorporadas al pasaje Juramento. Desde 1997 están emplazadas de manera individual y con distintos frentes en ese pasaje que une el monumento con el casco histórico. En un lateral se ubican La Libertad, La Gloria, La Madre y el Hijo; del otro lado, Los Gauchos, Belgrano y la Bandera, El Soldado y el Clarín, Los Granaderos y Fray Gorriti bendiciendo la Bandera (cabe aclarar que el proyecto de Lola Mora se dividía en tres partes: la cúspide con “El espíritu de la Patria”, en el tercio superior “La Libertad” y en la base las esculturas y bajorrelieves que recordaban a Belgrano, su ejército, el pueblo y la bendición de la bandera).
Características y simbología
El monumento ocupa una superficie de 10.000 metros cuadrados. Está revestido en mármol Travertino y representa en su conjunto “la nave de la patria surcando las aguas de la eternidad hacia su futuro de grandeza”. Se destacan tres partes: la Proa, el Patio Cívico y el Propileo Triunfal de la Patria que, junto a esculturas y relieves, simbolizan los momentos históricos del país desde su nacimiento hasta su organización constitucional, pasando por “sus valores económicos, culturales, telúricos y geográficos”, según la interpretación vigente.
En cuanto a la Proa, con su torre de casi 70 metros rememora la gesta de mayo de 1810. Termina en punta hacia el río Paraná con la escultura La Patria Abanderada que guía los destinos de la nave imaginaria que avanza entre el Paraná y el océano Atlántico. En la parte posterior se encuentran la escultura La Patria de la Fraternidad y el Amor, el ingreso a la cripta de Belgrano y el acceso al mirador de la torre.
En el Patio Cívico, la gran escalinata representa el esfuerzo realizado por los patriotas en busca de la organización del Estado y comienza en el atrio, ascendiendo hasta el Propileo. Este, a su vez, simboliza a la nación jurídicamente organizada a partir de la Constitución de 1853. Entre sus columnas encierra la urna con la llama votiva, donde se guardan los restos de los granaderos que combatieron junto a José de San Martín en la batalla de San Lorenzo en 1813. El fuego arde permanentemente como homenaje a quienes dieron su vida por la patria. Debajo del Propileo se encuentra la Galería de Honor de las Banderas de América, recinto que rinde homenaje a las banderas de los países integrantes de la Organización de Estados Americanos.
Presente: la puesta en valor
Recientemente, dos empresas resultaron oferentes en la licitación que tiene como objetivo reacondicionar y poner en valor al Monumento (son DyScon S.A., de Rosario, y Cocivial, de San Nicolás), a partir de un pliego conjunto presentado por la Municipalidad de Rosario, la Provincia de Santa Fe y el gobierno nacional. Al tratarse de un monumento histórico, la empresa contratista deberá cumplir con el riguroso protocolo de restauración establecido por la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos.
Las obras –según figura en los pliegos– se centrarán en el Propileo (se desarmarán las ánforas debido a que han sido afectadas por la humedad) y, en cuanto a la llama votiva, deberá trasladarse en una sola pieza hasta el taller y allí desarmarse para la limpieza de cada una de sus partes. Se realizará también la limpieza de los mármoles. Además, la restauración del basamento de la torre y del ascensor; se proyecta un nuevo controlador de velocidad para el dispositivo y también reemplazar el cableado actual por uno nuevo con certificado antillama. En el mirador se cambiará la reja perimetral y se restaurarán los telescopios; la
carpintería será renovada.
Se pondrán en valor la fuente de proa con su sistema eléctrico que actualmente no funciona, el mástil principal y los pasajes laterales, en los que se efectuarán tareas de impermeabilización. En lo que respecta a las esculturas de piedra, no serán removidas de su ubicación pero sí se someterán a tareas de limpieza y puesta en condiciones. Se retirarán las estatuas de bronce que serán enviadas a un taller especializado para su restauración. La Sala de las Banderas será climatizada y se instalarán rampas accesibles.
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Considerado el primer ensayo en Latinoamérica del renacimiento de la arquitectura monumental, el Monumento a la Bandera que se ubica en el Parque Nacional a la Bandera, sobre las barrancas del río Paraná, forma un eje cívico con la plaza 25 de Mayo, en el área más antigua de Rosario. La obra puede visitarse en estos días y horarios: la Galería de Honor de las Banderas de América, los lunes de 13 a 19 y de martes a domingo, de 9 a 19. La cripta de Belgrano, de lunes a viernes de 10 a 12 y de 15 a 19, y los sábados, domingos y feriados de 9 a 19. El ascenso al mirador puede realizarse de lunes a viernes de 10 a 12 y de 15 a 19. Más información en http://www.monumentoalabandera.gob.ar.
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La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
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