La esquina de Corrientes y Córdoba vista desde abajo en una imagen singular.
Foto:Gentileza.
La ciudad de Rosario presenta variados sitios de interés en relación con su patrimonio urbanístico, cultural e histórico. El Día Mundial de las Ciudades, que se celebró el 31 de octubre, habilitó exposiciones en el Centro Cultural Parque España en torno al espacio “En común”, que desde el CCPE definieron como propicio “para pensarnos en torno a la ciudad y las formas de convivir en ella”.
Este año el encuentro se planteó a partir de dos muestras que, desde la arquitectura, invitan a reflexionar sobre el desafío que significa concebir el tejido urbano como un proyecto común.
Se trata de “Tenemos algo en común” de los arquitectos de Rosario Gerardo Caballero y Paola Gallino, y “Microprocesos, coreografía de la integración urbana” de la arquitecta venezolana Elisa Silva. Las dos exposiciones se centran en pensar cómo se construye la ciudad como espacio colectivo y lugar de conexiones vivas entre sus habitantes, a partir de la metáfora de una gran casa llena de habitaciones: barrios, viviendas, parques y esquinas, donde lo común pone en relación la escala de lo individual con lo colectivo.
En el caso de “Tenemos algo en común”, la muestra propone una selección de proyectos de vivienda colectiva tendidos “sobre la mesa” de una casa, como símbolo de lo compartido entre sus habitantes. En “Microprocesos, coreografía de la integración urbana” se parte de conexiones ciudadanas realizadas en los barrios periféricos en Caracas. Estas prácticas urbanas llamadas “microprocesos” han producido –según se señala desde el espacio– “un gran reservorio de metodologías y experiencias, que incluyeron celebraciones, paseos, bailes, conciertos, exposiciones, manifiestos, juegos, mapeos y nuevas formas de pensar la ciudad más integrada y completa”.
Estas muestras se inauguraron el mes pasado en el marco de la última Noche de Museos Abiertos de la Quinta Quincena del Arte de Rosario y pueden visitarse, con entrada gratuita, hasta el 17 de diciembre, de martes a sábados de 16 a 20 en el CCPE (calle Sarmiento y el río).
Semana del Patrimonio y Open House
Recientemente (del 7 al 12 de noviembre) se celebró la vigésima edición de la Semana del Patrimonio, bajo el lema “No se valora lo que no se conoce”. Se puso el foco de interés en templos de gran valor histórico y patrimonial: la Iglesia Anglicana San Bartolomé (ubicada en Paraguay y Urquiza), la Congregación Evangélica Alemana de Rosario (en Bv. Oroño y San Lorenzo) y la Iglesia Evangélica Metodista Primera (en Salta 2219).
El evento fue organizado por el Colegio de Arquitectos Distrito 2 y la comisión de Preservación del Patrimonio de esa entidad, con el objetivo de difundir y poner en valor obras destacadas de la arquitectura rosarina. También participaron de la organización el Rotary Club Rosario, Cedodal Rosario (Asociación Civil de Documentación de Arte y Arquitectura Latinoamericana Rosario) y las tres iglesias incluidas en el recorrido. Hubo visitas guiadas, conciertos, conferencias, proyección de video y otras actividades con entrada libre y gratuita.
En cuanto al Open House, se trata de un festival anual que se celebra en Rosario desde 2018; surgió en Londres y hoy está presente en más de cincuenta ciudades del mundo. Este año, durante el 10 y el 11 de septiembre, se realizó la quinta edición en la que, igual que en ediciones anteriores, se abrieron las puertas de diversos edificios de gran valor arquitectónico, cultural e histórico, que habitualmente se encuentran cerrados al público, para que toda la comunidad pueda conocerlos de manera gratuita. La propuesta estuvo acompañada con
intervenciones lumínicas en varios edificios reconocidos y de carácter público.
Áreas de Protección Histórica
La ciudad cuenta con Áreas de Protección Histórica (APH) que incluyen edificios que poseen valor cultural y patrimonial, y además presentan particulares condiciones de construcción. El proceso de relevamiento, catalogación y confección del inventario de inmuebles fue llevado a cabo, a través de diversos convenios, por la Municipalidad y la Facultad de Arquitectura de la UNR. Actualmente hay más de cuarenta APH, protegidas a través de normas que encuadran las modificaciones edilicias y funcionales, y que a su vez contemplan la
posibilidad de incorporar nuevas construcciones. Al tratarse de un patrimonio muy heterogéneo, lo que se intenta es armonizarlo y preservarlo, sin que esto signifique “congelarlo” –según se informa– sino, por el contrario, permitir que se reutilice o cambie de función.
Las áreas delimitadas representan diferentes momentos históricos y de desarrollo de múltiples actividades: por un lado, están las que se definen en torno a un edificio o grupo de edificios de fuerte carácter institucional como iglesias, centros educativos, sedes gubernamentales o enclaves productivos, ya sean industriales, portuarios o ferroviarios. Otras son las que se diferencian por presentar una conformación morfológica homogénea (por ejemplo, por ser parte de un proyecto general como financiamiento bancario o iniciativa pública o privada) y, por otro lado, están aquellas que denotan los orígenes de la ciudad, como las bajadas portuarias, el entorno fundacional y los barrios históricos. Finalmente, están las que –con alguna o varias de las características anteriores– se determinan dentro de un área de reserva o integran proyectos estratégicos. A modo de ejemplo, en la zona de Pichincha se protege un tramo homogéneo de residencias de dos plantas
en donde se encuentra la Casa del Estudiante, que fue la primera institución del país en albergar a estudiantes universitarios. Otro caso es el conjunto Barrio Parque, proyectado entre 1924 y 1929 como barrio obrero, que testimonia una búsqueda tipológica que, por su carácter y resolución arquitectónica, se destaca entre otras experiencias de la época.
En el área central de la ciudad (comprendida entre bulevar Oroño, avenida Pellegrini y el río Paraná) se encuentran localizadas once APH. En esta zona y también en el primer anillo perimetral –comprendido entre avenida 27 de Febrero, Vera Mujica y avenida del Valle– existen mil trescientos edificios protegidos de la demolición. Por fuera del centro de la ciudad, los distritos que registran una mayor presencia de inmuebles de valor patrimonial son el Norte y el Sur. Este relevamiento es dinámico, por lo cual se elaboró, además, un catálogo de construcciones que esperan ingresar en el sistema de protección y están ubicadas en el segundo anillo perimetral (es decir, entre bulevar Seguí, vías del Ferrocarril Belgrano y Marull) y los cordones perimetrales Norte, Noroeste, Oeste y Sur-Suroeste de Rosario.
Este año el encuentro se planteó a partir de dos muestras que, desde la arquitectura, invitan a reflexionar sobre el desafío que significa concebir el tejido urbano como un proyecto común.
Se trata de “Tenemos algo en común” de los arquitectos de Rosario Gerardo Caballero y Paola Gallino, y “Microprocesos, coreografía de la integración urbana” de la arquitecta venezolana Elisa Silva. Las dos exposiciones se centran en pensar cómo se construye la ciudad como espacio colectivo y lugar de conexiones vivas entre sus habitantes, a partir de la metáfora de una gran casa llena de habitaciones: barrios, viviendas, parques y esquinas, donde lo común pone en relación la escala de lo individual con lo colectivo.
En el caso de “Tenemos algo en común”, la muestra propone una selección de proyectos de vivienda colectiva tendidos “sobre la mesa” de una casa, como símbolo de lo compartido entre sus habitantes. En “Microprocesos, coreografía de la integración urbana” se parte de conexiones ciudadanas realizadas en los barrios periféricos en Caracas. Estas prácticas urbanas llamadas “microprocesos” han producido –según se señala desde el espacio– “un gran reservorio de metodologías y experiencias, que incluyeron celebraciones, paseos, bailes, conciertos, exposiciones, manifiestos, juegos, mapeos y nuevas formas de pensar la ciudad más integrada y completa”.
Estas muestras se inauguraron el mes pasado en el marco de la última Noche de Museos Abiertos de la Quinta Quincena del Arte de Rosario y pueden visitarse, con entrada gratuita, hasta el 17 de diciembre, de martes a sábados de 16 a 20 en el CCPE (calle Sarmiento y el río).
Semana del Patrimonio y Open House
Recientemente (del 7 al 12 de noviembre) se celebró la vigésima edición de la Semana del Patrimonio, bajo el lema “No se valora lo que no se conoce”. Se puso el foco de interés en templos de gran valor histórico y patrimonial: la Iglesia Anglicana San Bartolomé (ubicada en Paraguay y Urquiza), la Congregación Evangélica Alemana de Rosario (en Bv. Oroño y San Lorenzo) y la Iglesia Evangélica Metodista Primera (en Salta 2219).
El evento fue organizado por el Colegio de Arquitectos Distrito 2 y la comisión de Preservación del Patrimonio de esa entidad, con el objetivo de difundir y poner en valor obras destacadas de la arquitectura rosarina. También participaron de la organización el Rotary Club Rosario, Cedodal Rosario (Asociación Civil de Documentación de Arte y Arquitectura Latinoamericana Rosario) y las tres iglesias incluidas en el recorrido. Hubo visitas guiadas, conciertos, conferencias, proyección de video y otras actividades con entrada libre y gratuita.
En cuanto al Open House, se trata de un festival anual que se celebra en Rosario desde 2018; surgió en Londres y hoy está presente en más de cincuenta ciudades del mundo. Este año, durante el 10 y el 11 de septiembre, se realizó la quinta edición en la que, igual que en ediciones anteriores, se abrieron las puertas de diversos edificios de gran valor arquitectónico, cultural e histórico, que habitualmente se encuentran cerrados al público, para que toda la comunidad pueda conocerlos de manera gratuita. La propuesta estuvo acompañada con
intervenciones lumínicas en varios edificios reconocidos y de carácter público.
Áreas de Protección Histórica
La ciudad cuenta con Áreas de Protección Histórica (APH) que incluyen edificios que poseen valor cultural y patrimonial, y además presentan particulares condiciones de construcción. El proceso de relevamiento, catalogación y confección del inventario de inmuebles fue llevado a cabo, a través de diversos convenios, por la Municipalidad y la Facultad de Arquitectura de la UNR. Actualmente hay más de cuarenta APH, protegidas a través de normas que encuadran las modificaciones edilicias y funcionales, y que a su vez contemplan la
posibilidad de incorporar nuevas construcciones. Al tratarse de un patrimonio muy heterogéneo, lo que se intenta es armonizarlo y preservarlo, sin que esto signifique “congelarlo” –según se informa– sino, por el contrario, permitir que se reutilice o cambie de función.
Las áreas delimitadas representan diferentes momentos históricos y de desarrollo de múltiples actividades: por un lado, están las que se definen en torno a un edificio o grupo de edificios de fuerte carácter institucional como iglesias, centros educativos, sedes gubernamentales o enclaves productivos, ya sean industriales, portuarios o ferroviarios. Otras son las que se diferencian por presentar una conformación morfológica homogénea (por ejemplo, por ser parte de un proyecto general como financiamiento bancario o iniciativa pública o privada) y, por otro lado, están aquellas que denotan los orígenes de la ciudad, como las bajadas portuarias, el entorno fundacional y los barrios históricos. Finalmente, están las que –con alguna o varias de las características anteriores– se determinan dentro de un área de reserva o integran proyectos estratégicos. A modo de ejemplo, en la zona de Pichincha se protege un tramo homogéneo de residencias de dos plantas
en donde se encuentra la Casa del Estudiante, que fue la primera institución del país en albergar a estudiantes universitarios. Otro caso es el conjunto Barrio Parque, proyectado entre 1924 y 1929 como barrio obrero, que testimonia una búsqueda tipológica que, por su carácter y resolución arquitectónica, se destaca entre otras experiencias de la época.
En el área central de la ciudad (comprendida entre bulevar Oroño, avenida Pellegrini y el río Paraná) se encuentran localizadas once APH. En esta zona y también en el primer anillo perimetral –comprendido entre avenida 27 de Febrero, Vera Mujica y avenida del Valle– existen mil trescientos edificios protegidos de la demolición. Por fuera del centro de la ciudad, los distritos que registran una mayor presencia de inmuebles de valor patrimonial son el Norte y el Sur. Este relevamiento es dinámico, por lo cual se elaboró, además, un catálogo de construcciones que esperan ingresar en el sistema de protección y están ubicadas en el segundo anillo perimetral (es decir, entre bulevar Seguí, vías del Ferrocarril Belgrano y Marull) y los cordones perimetrales Norte, Noroeste, Oeste y Sur-Suroeste de Rosario.
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La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
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