De raíces latinas, espíritu indie y alma pop, la compositora y performer despliega su versátil y poderosa voz en un estribillo pegadizo con un mood bailable: "No me gusta perder el control, pero por ti haría la excepción". Sobre el reciente estreno producido en conjunto con Nahuel Barbero (hipnótica), la compositora comenta: “Desde el momento uno tomé esta canción como un desafío, pero sobre todo como un juego. Fue un intento de salir de lo conocido, de los lugares comunes que la gente espera -o creo que espera- de mí. Nahuel me ayudó a terminar de darle ese sonido fresco, nuevo, divertido y minimal que estaba buscando. Nos inspiramos en artistas como Yendry, Rosalia y Nathy Peluso para buscar el mood y los sonidos.

Es una balada en cierto punto, pero que te lleva a bailar, una mezcla entre romanticismo y coqueteo, una canción que te inspira a sentirte empoderados y deseados”.

“La Excepción” cuenta con un videoclip en el que se nos sumerge en una estética veraniega y vintage, donde los colores pastel proponen una atmósfera de ensueño y construyen un relato sencillo, refrescante y sensual que es protagonizado por la misma Martina. En conversación con Mirador Provincial la artista recorre parte de su infancia y nos habla de su nuevo single.

-¿Cómo aparece la música en tu vida?
-La música en mi vida aparece desde que me tocó nacer en una familia de músicos. Nací en el seno de una familia artística y musical. Mi tío, pianista; mi abuelo, cantor de boleros; mi papá aficionado, melómano y cantante. Nunca tuve que acercarme a la música, la música siempre estuvo ahí. Durante mis primeros años de infancia viví en la casa de mis abuelos paternos, donde mi tío tenía y tiene aún su estudio de grabación. Crecí acompañándolo, mirándolo, admirando lo que hacía. Así fue que empecé desde muy chica clases de canto, comedia musical, y guitarra, y viví mi infancia y adolescencia entre discos de Spinetta, Charly, la trova rosarina, Manzanero y por contraste, discos de música pop de mi época de los años 2000 que me encantaban.

-¿Qué músicos han sido tu influencia?
-Como decía anteriormente, lo que yo mamé en mi infancia fue mucho rock nacional: Spinetta, Charly,  Fito, Jorge Fandermole, Abonizio, Baglietto, Vitale, Manzanero, etc... Está en mi ADN de alguna manera, porque mi papá cantaba esas canciones en el bar que manejaban con mi tío mientras yo estaba en la panza de mi mama que atendía la caja;  y porque posteriormente, cuando nací, se cantaban canciones como "Oración del Remanso", "La Barca", "Qué bello abril" en la sobremesa.  Después en mi camino de exploración con la música me enamoré del rock y el pop internacional y definitivamente de las grandes cantantes de soul y de jazz. Así es que podía escuchar desde Nirvana y Led Zeppelin, hasta Britney, Cristina Aguilera, Etta James y Aretha Franklin. Luego vino mi interés por los cancionistas latinoamericanos. 

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Designio musical
-Contanos de “La excepción”, tu nuevo y refrescante single ¿Cómo se dio la génesis del mismo?
-La verdad, fue un proceso bastante espontáneo. La génesis de la canción nació como nacen todas mis canciones: jugando con la guitarra, tomando de partida alguna armonía que  me entusiasme, que sea nueva para mi. Siempre grabo notas de audio en el celular y voy registrando las ideas que me parecen atractivas para después volver sobre ellas cuando quiero ponerme a componer. Así fue que encontré la melodía del estribillo de “La excepción” guardada en una de las notas de voz y fue el puntapié para terminar de componerla. Sabía que quería hacer una canción divertida y pícara, que te invite a bailar, pero sin perder la melomanía y las riquezas melódicas. Sabía que quería hacer algo distinto a lo que venía haciendo pero sin perder mi esencia. Venía escuchando el último disco de Rosalía y a otra artista que me encanta que se llama Yendry, que mezclan y fusionan géneros de una manera muy minimalista. Quería que tuviera esa cosa latina, con una armonía medio R&B y una melodía pegadiza, pero melancólica. 

Túnel de sensaciones
-¿Cómo transitas ese proceso compositivo de las letras?
-A veces con muchas complejidades, a veces de manera muy natural. Me importa que las letras de las canciones sean hermosas, que te generen imágenes, que te produzcan sensaciones, aun cuando puedas estar hablando de algo muy superfluo y banal. Para mi las palabras tienen peso y quizás si lo decís de una manera hermosa, deja de ser banal. Busco palabras que tengan musicalidad, que queden bien en la melodía, que no se sientan forzadas. Hay canciones que tardo meses en terminar, porque siento que no vienen las palabras adecuadas, a veces salen muy rápido (evidentemente cuando tengo algo muy urgente que decir) Y trato de nutrirme de música nueva, de libros, de poetas. Me gusta lo vintage, pero también me gusta estar atenta al idioma contemporáneo, a cómo escriben los artistas más jóvenes, cómo dicen las cosas, Trato de nutrirme de muchos cauces para generar algo propio.

-¿Qué cambios hubo artísticamente y personal en vos desde que comenzaste en la música hasta el presente?
-Miles, incontables. La música no deja de enseñarme nunca y lo digo como música y como persona. Empecé muy chica, con pocas herramientas a escribir mis canciones, y fui aprendiendo de todo: desde cómo cantar mejor, y escribir mejor a cómo diseñar una gráfica para una portada, o cómo hacer un rider, o cómo vestirme. No sé, infinitas cosas, pero creo que he aprendido haciendo y equivocándome. Así he ido sabiendo qué quiero, que me gusta y qué no me gusta. Para de a poco ir descubriendo qué artista quiero ser. Pero he mutado mucho: tanto a nivel estético, como a nivel personal. Porque trato de que mis búsquedas me vayan conduciendo a lugares distintos y novedosos para mí.

-¿Te han dicho que tienes un estilo musical parecido a Meghan Trainor?
-No, pero es un gran halago. Jajajaja. ¡Me encanta Meghan!

- ¿Dónde te transporta la música cuando cantás?
-No sé, creo que depende de qué canción estoy cantando, porque cada canción tiene distinta carga emocional; pero a grandes rasgos siento que  (aunque suene cursi) definitivamente me conecta con algo profundo y espiritual. Para mí cantar es como entrar en un trance o un sueño del que no me gusta despertarme. Cantando siento que puedo ser quien soy y decir lo que siento con total libertad. Además de que lo siento como una ofrenda sincera, es como decirle al otro: "Tomá, esto soy, a esto vine, esto es lo que tengo para dar".
 
-¿Cuál dirías que es el sello personal musical de Martina Flores?
-Es difícil de decir, pero creo que por mi propia historia coexisten vertientes de distinta naturaleza, y soy esa mezcla de "lo viejo" y lo fresco, siempre con un tinte pop. Siempre hay una pizca  de melancolía en mis canciones, melodías que juegan mucho  y estribillos
pegadizos.

-¿En qué proyectos estás trabajando a futuro?
-Estoy trabajando en cerrar algunos proyectos a nivel personal: como recibirme de profe de Música y concretar una especialización de canto en el exterior. Por otro lado, con mi proyecto musical proyectando fechas para Febrero 2023 y componiendo nuevas canciones en vistas a de a poco ir divisando un nuevo disco.