El nuevo aumento del boleto del transporte público de pasajeros (TUP) de Rosario, que llegó a los 99 pesos, puso en discusión la potestad que tiene el Intendente de la ciudad para realizar aumentos de forma directa sin pasar por el Concejo. Resulta que en 2019 el Palacio Vasallo aprobó una ordenanza (10.031) que faculta al jefe de la Municipalidad a modificar la tarifa del TUP con cuatro ventanas disponibles: febrero, mayo, agosto y noviembre.

Ante un contexto inflacionario desmedido y aumentos consecutivos del servicio, la concejala peronista Silvana Teisa propone rediscutir los “superpoderes” que tiene Pablo Javkin para incrementar el boleto sin intervención del Concejo.

Tenés que leer

Aumenta el colectivo urbano en las ciudades de Santa Fe, Rosario y Córdoba

El reciente aumento aplicado desde el municipio, que rige desde este lunes, en esta ocasión correspondiente al 16,47%, llevó el boleto a un costo de 99 pesos. Se da a casi seis meses después del último ajuste en el sector.

Nerina Manganelli, secretaria de Movilidad, declaró públicamente que la suba viene de la mano con el contexto inflacionario del país y aclaró: "Esto impacta directamente en los insumos que nosotros trabajamos para operar el servicio. Casi vamos un 100% de inflación, en el último mes hemos recibido más del 25% de incremento en cubiertas, el combustible aumenta mes a mes y día a día como todo lo que estamos viendo y sufriendo en este momento".

Silvana Teisa entiende que, en torno al sistema de colectivos en la ciudad, “se da un paso para adelante y dos para atrás”. Si bien admite que la decisión de los últimos aumentos tomada por el Ejecutivo en consonancia con los gobiernos de las ciudades de Córdoba y Santa Fe, es una maniobra para pagar los menores costos posibles, estima que se tiene que volver a debatir esta facultad.

El argumento de Teisa en su reclamo se basa en La Ley Orgánica de Municipalidades N º 2.756 que en su Capítulo III, artículo 39 reza: “Son las atribuciones y deberes de los Concejos Municipales, inciso 35 dicta: Establecer tarifas para automóviles, carruajes, tranvías, ómnibus, carros, camiones y demás vehículos que atiendan al servicio público de transporte de personas o mercaderías, pudiendo también fijar los recorridos y sitios de estacionamientos”.

En ese orden, la edila es clara en su proyecto pidiendo derogar la ordenanza 10.031 y a paso seguido proponer que la facultad vuelva al Palacio Vasallo.

Otro punto que destaca es la llega del Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE) a Rosario donde el Estado Nacional otorga el beneficio para viajar con 55% de descuento en el transporte público incluye a jubilados, pensionados, ex combatientes, trabajadoras domésticas, entre otros. Además, Teisa recordó que el Concejo es el órgano de control legislativo del gobierno municipal., órgano que sanciona y regula pautas dirigidas a mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Y, asimismo, los concejales y concejalas “somos los representantes de más cercanía con los vecinos y vecinas de la ciudad, siendo elegidos por estos, en elecciones generales”, completó.

Otro golpe al transporte
Desde hace varias semanas que la línea Q de colectivos en Rosario no está circulando. Resulta que las baterías con las que se movilizan de manera autónoma no soportan las altas temperaturas que atraviesa la ciudad, lo que provoca un recalentamiento que las apaga de forma automática.

Los colectivos de la línea Q son híbridos. Esto quiere decir que utilizan energía eléctrica como los trolebuses (ejemplo línea K), pero también poseen autonomía para realizar recorridos sin cableados eléctricos, logrando llevar el servicio a otras zonas de Rosario.

Ante esta situación, el municipio salió a comunicar los motivos por los cuales quitaron de las calles las unidades y que las rutas serán reemplazas por otros dos servicios con similar recorrido.

Aunque se hicieron averiguaciones y gestiones para conseguir los respuestos, “tanto los altos valores en el mercado, como las dificultades para importar estos productos, presentan un escenario muy complejo para la adquisición de nuevas baterías por la empresa Movi”. “Pese a que desde los equipos técnicos se implementaron distintos dispositivos mecánicos para lograr una mayor refrigeración, no lograron atenuar esta problemática”, informaron desde el Palacio de los Leones.

Si bien pareciera que el sistema de transporte no se vería afectado, sí se desató una polémica por la compra de estos coches -oriundos de Rusia-, que efectivizó la gestión socialista anterior que tenía al frente a Mónica Fein.

“Este servicio eléctrico fue puesto en funcionamiento en 2017, con unidades de la marca Trolza adquiridas en Rusia. Sin embargo, la empresa cerró en 2020, dificultando la posibilidad de un servicio técnico más eficiente”, indicaron desde la Municipalidad.

El presidente del Ente de la Movilidad de Rosario, Rogelio Biazzi, salió públicamente a explicar la delicada situación que atraviesa esta línea que, se puso en marcha en 2017, y que actualmente se encuentra fuera de servicio.

“Estos coches fueron comprados en 2017 a la empresa Trolza que está quebrada. Tienen unas baterías que, con el calor que está haciendo en estas semanas, se recalientan y se apagan. Por esto es que preferimos ser más previsibles y reforzar las otras unidades”, indicó.

El funcionario municipal insistió en que la salida de la línea Q “es provisoria”. “Los trolebuses pueden funcionar con estas baterías en otro espectro térmico de temperatura”, remarcó.