El eximio artista visual y fotógrafo pop inaugura su muestra “Mundo López”, una exposición en retrospectiva que nace en una canoa desbordada de camalotes e historia argentina, y que navega entre colchones los mapas del Litoral, para conducir a cada una de las etapas del artista, con 130 obras desde sus comienzos en 1978 hasta inéditas de la actualidad. La apertura será este miércoles con presencia del artista con un recital de Mundialmente Famosas con entrada libre y gratuita.
Se trata de la primera retrospectiva completa del artista santafesino –nacido en Gálvez-, quien aseguró consultado por este medio: “La hago en Rosario porque voy donde siempre me invitan. Con Rosario nos gustamos mutuamente, hice muchas muestras acá, como la intervención de la Fiesta de Colectividades, e instalaciones en el Castagnino, y nada mejor que al lado de este río”.
Desde el Municipio le propusieron traer su muestra más reciente de fotos intervenidas, pero él respondió “que tenía hacía tiempo la idea de una instalación de una canoa junto al río. Y como el lugar es grande, me dio un ataque de hacer una gran retrospectiva de distintas épocas”, aseguró a pocas horas de la gran apertura en ese amplio galpón que mira a la costa. En la muestra se despliegan las fotografías antiguas de pequeño formato intervenidas por el artista, pinturas al óleo y acrílico y dibujos recientes, fotografías en blanco y negro de los años ‘80 y fotografías color de gran dimensión que el artista intervino en los últimos días, desde su llegada a la ciudad el año pasado, con un grupo de estudiantes avanzados en pintura de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR.
A la deriva de la historia, el cuento y la idiosincrasia
Al ingresar se observa la canoa llena de camalotes que lleva un cuerpo de un cadáver, representa el cuento A la deriva, de Horacio Quiroga, en el que un trabajador forestal es picado por una yarará y en su delirio de muerte empieza a recordar sus tiempos de trabajo y los patrones. “Esta obra representa muchas cosas: la canoa es la patria, nuestra patria tiene muchos muertos (los desaparecidos también), y los próceres, todos en una misma historia”.
La obra se completa con una colección de la revista Gente, con la tapa “Estamos ganando”, Macri asumiendo como presidente, Susana Giménez con Monzón, el Papa Juan Pablo. Y agregó que los mapas en colchones son en homenaje al artista Kuitca.
“Es mi retrospectiva más grande que hice porque tiene todos los períodos de mi obra: las fotos en blanco y negro de los años ‘80, las fotografías de pop latino de puesta en escena con fotografía teatralizada, y la pintura al óleo que es mi trabajo más reciente. Mis dibujos más recientes son desnudos con animales y colores. La niña estudiante que aún no sabe si ser montonera o del Opus Dei, que es totalmente inédito. Y dos bustos, de “Chacho Peñaloza”, un caudillo militar, y “Hector, el mártir” representante de la América profunda. En su búsqueda de trasgredir y a la vez de alegrar con colores saturados, representando siempre la idiosincrasia de esta región, Marcos López coincidió con Mirador en la aseveración de ser hijo de Andy Warhol y León Ferrari: “Soy el hijo, pero el no reconocido, y después de una noche de juerga. León es más trasgresor, a su lado soy bebé de pecho pero tengo algo de él. Tras la pandemia me salió muchos vestidos quemados, comuniones intervenidas, sadomasoquismo”.
Un guiño al querido Daniel García
En un sector sobre el final de la muestra, el artista galvense realiza un disruptivo y precioso homenaje al rosarino Daniel García, con reconocido plagio de su obra “Trance”, y relató: “Llamé a Daniel para preguntarle si lo puedo copiar y me dijo dale, hacelo. Me conmovió la muerte de su compañera y lo que él hizo con eso, mi plagio es un intento de homenaje en su duelo, en su ceremonia de no dejar pasar las cosas. Tanto Daniel como yo dejamos representado lo que vivimos en la obra”, aseguró.
Pero además al artista le interesaba poner en escena el plagio: “Justamente en el texto curatorial me preguntaba sobre mi intervención en fotografías de autor. La culpa siempre estuvo en mí, y aporto con esto a reflexionar en la sociedad, dejo la culpa de lado y me animo a intervenir con dibujos de animales exóticos en vez de mascotas, o con un cuchillo Tramontina en la foto familiar. La idea es que mis intervenciones sean representaciones, algo nuevo a las fotografías de estudio, con camellos, flamencos o serpientes”.