Mientras las miradas están puestas en lo que ocurrió en Río Grande del Sur, Brasil, lugar en el que las precipitaciones y el desborde de los ríos generaron inundaciones que obligaron a miles de personas a trasladarse desde sus viviendas y ocasionaron fallecimientos y desapariciones, en Argentina el agua también castiga a la gente.

La primera localidad afectada fue El Soberbio, en Misiones, que activó el protocolo de evacuaciones a principios de mayo. La situación que vivieron allí iba a repercutir en localidades correntinas y luego en Entre Ríos y en Concordia lo sabían.

El sábado 4 de mayo el intendente Francisco Azcué se reunió con el Comité de Emergencias y representantes de distintos organismos. Allí coordinaron acciones para comenzar a asistir a las personas que viven cerca de la zona ribereña, a los comerciantes y clubes de la costanera. Horas después, empezaron las evacuaciones.

Jesús, vecino de calle Carriego, se muda junto a su esposa a un vagón para escaparle a la crecida del río.Foto: Belén Fedullo

Distinta a la última

La creciente que afectó a Concordia entre octubre y diciembre fue “extraordinaria”, según los expertos. En aquel momento el agua llegó a superar los 14 metros y obligó a los evacuados a permanecer fuera de sus casas y lugares de trabajo durante más de un mes. Ahora, aseguran, será diferente.

El ingeniero Guillermo Collazos, jefe del Área de Hidrología de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, habló sobre el comportamiento del río Uruguay y trazó algunas proyecciones de cara a los próximos días.

“La creciente tiene su origen en unas lluvias muy importantes que hubo en el sur de Brasil, que por suerte no cayeron de pleno en nuestra cuenca. Podríamos decir que cerramos una parte del episodio meteorológico, un costado por decirlo así, que nos afectó a la cuenca alta y cuenca media del río Uruguay, y la creciente que se está gestando allí está en estos momentos haciendo pico por la localidad de Garruchos, así que va a ir transitando, conforme corran los días, río abajo. En este contexto, como es una cantidad de agua importante, hemos hecho un desembalse de la represa para tener un volumen de atenuación. Esa es la crecida que ahora se está dando acá, en los niveles altos que se están verificando río abajo”, explicó.

Aunque el profesional prefirió no adelantarse demasiado en el tiempo, aseguró que el impacto de esta creciente será menor. “Lo que sí podemos decir para tranquilizar a la gente, no sólo de Concordia sino del resto de las localidades que están aguas abajo, es que nosotros lo que estimamos para este episodio es que va a ser inferior, no va a ser superior al episodio que tuvimos la primavera pasada. En ese momento tuvimos un evento muy complicado con tres ondas en el mismo episodio, una cosa muy extraordinaria. Esta vez va a ser más común y creemos que va a durar menos en el tiempo. Lo más probable es que no alcance niveles tan altos como alcanzó la primavera pasada”, mencionó.

Unirse ante la adversidad

Mientras el agua llega a las viviendas y comercios, la cara parece ser la misma que en ocasiones anteriores. Las familias, que ahora tienen algo en común, se unen para evacuar las viviendas en conjunto, mientras llegan los camiones de la Municipalidad que trasladan sus pertenencias a los centros de evacuados. Algunos prefieren ir a la casa de algún familiar, otros se quedan en los vagones que Trenes Argentinos pone a disposición de quienes viven en la zona cercana a las vías.

“Es muy difícil hacer esto. Nos toca cada tanto pero ahora no nos dio un respiro y estamos de nuevo sacando todo. Cuando uno está en su casa ve que tiene poco, o eso cree, pero sacar todo lleva tiempo, cuesta dinero, y sabemos que la vuelta es peor”, dijo Jesús, vecino de calle Carriego, en diálogo con Mirador Entre Ríos mientras se mudaba con su esposa a un vagón.

Lo que aseguró el vecino ribereño es que todas las crecientes fortalecieron el vínculo con sus vecinos. “Es que pasamos por lo mismo, nos entendemos, sufrimos y hablamos el mismo idioma”, indicó.

La situación y el balance son parecidos en el Club Comunicaciones Concordia, ubicado en la costanera sur de la ciudad. Desde la institución siguieron los partes oficiales y evacuaron antes de la llegada del agua, que ya cubrió por completo la superficie que ocupan.

Juan Manuel Pérez es dirigente del club y contó a Mirador Entre Ríos cómo vivieron la nueva evacuación. “Nosotros decidimos evacuar con tiempo. Tenemos instalada una cancha de césped sintético con la que obtenemos ganancias para el club y cuando la instalamos nos advirtieron que era muy difícil desarmarla, así que la vez pasada la tapamos con silobolsas y funcionó. Ahora hicimos lo mismo esperando que pase rápido porque tuvimos pérdidas millonarias la vez anterior”, comentó.

Al igual que algunas familias, Pérez se quejó de la falta de comunicación oficial. “Nosotros nos enteramos sobre la fecha, con el río muy cerca. Creo que sería bueno que se cree algún comité oficial o algo así porque los clubes nos enteramos por la prensa o por conocidos, nadie nos informó, sabiendo que estamos en esta zona. Hablamos con otros clubes y comerciantes para ver si podemos tener un resarcimiento, estamos unidos porque todos generamos cosas buenas para Concordia”, indicó.

Más allá de la tristeza y la disconformidad, el dirigente se queda con la buena actitud de quienes forman parte de la “familia postal”. “El único balance positivo es el que hacemos con la gente. Tuvimos que pedir de un momento a otro colaboración para evacuar y lo hicimos con nuestros recursos. Convocamos a través de las redes sociales y vinieron a colaborar. Usamos la camioneta de la mamá de un chico, al otro día la camioneta de un conocido, usamos de depósito el galponcito de otra mamá, otro de un dirigente. La gente trabajó para sacar cosas y para poder tapar la cancha de césped sintético, también en la compra de los elementos que utilizamos en el trabajo. Es para valorar que somos una familia, que los chicos de todas las categorías se comprometieron y que así de unidos volveremos a salir adelante, como lo hacemos desde siempre”, concluyó.

Mientras los comunicados siguen indicando que el río crecerá y las familias e instituciones siguen evacuándose, los que pasan por la situación encuentran una luz de esperanza en los vínculos, que serán fundamentales para volver a empezar.