La Junta de Seguridad en el Transporte (JST) informó este lunes que “finalizó la investigación del accidente” aéreo que se cobró la vida de dos hermanos santafesinos, la tarde del 1° de enero de 2020, en el aeródromo de la ciudad de Esperanza. Lo hizo a través de su cuenta de “X” @JSTsucesos y reveló datos clave que permiten descifrar los motivos del siniestro.
Hernán (45) y Yael (31) Marcos, piloto y pasajera respectivamente, “despegaron del aeródromo de la localidad de Esperanza a las 19:50 horas, para realizar un vuelo privado de recreación. Luego de aproximadamente cinco minutos, durante la ejecución de una maniobra a baja altura, la aeronave impactó contra el terreno”. “Como consecuencia del suceso, la aeronave resultó destruida y sus ocupantes fallecieron”, resume el órgano de control nacional.
La aeronave Sonerai II LS, matrícula LV-X393, fue construida por su dueño, Hernán Marcos, quien resultó víctima junto a su hermana Yael en 2020.Foto: Archivo
Pasaron más de cuatro años de aquella tragedia que devastó a una familia de santafesinos, cuyos miembros fueron testigos directo de la caída de la aeronave Sonerai II LS, matrícula LV-X393, ocurrida “en un lote ubicado a 250 metros de la Ruta Provincial 70 y a 390 metros de la cabecera de pista 15 del aeródromo (AD) de Esperanza”.
Los declarantes recuerdan que “la superficie del terreno estaba blanda por lluvias recientes y cubierta con rastrojos de soja”. Y que si bien la asistencia fue inmediata -trabajaron los bomberos de Esperanza-, no hubo nada por hacer para salvarles la vida a los ocupantes.
“Los resultados de este Informe de Seguridad Operacional no condicionan ni prejuzgan investigaciones paralelas de índole administrativa o judicial que pudieran ser iniciadas por otros organismos u organizaciones con relación al presente suceso”, aclararon desde la JST.
Motor y hélice
A raíz de lo ocurrido, este lunes la Dirección Nacional de Investigación de Sucesos Aeronáuticos hizo público el expediente titulado: Accidente - pérdida de control en vuelo. “El informe presenta cuestiones de seguridad operacional relacionadas con el marco normativo para la acrobacia aérea y la operación de aeronaves experimentales”, destaca.
Si bien la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) confirma que el piloto “cumplía la reglamentación vigente al momento del suceso” -con licencia habilitante hasta el 30/11/2021- “no contaba con la habilitación para vuelo acrobático”. “La experiencia de vuelo del piloto no pudo ser comprobada de manera fehaciente”, amplía el informe oficial.
Y aunque “la aeronave había sido certificada en conformidad con la reglamentación vigente” el 16 de diciembre de 2019, “al momento del accidente se encontró que presentaba una alteración mayor producto del reemplazo del motor y la hélice, y la modificación no había sido informada ante la ANAC” lo cual “invalidaba el certificado de aeronavegabilidad”.
Acrobacia y accidentes
Según constan en el expediente, la “información meteorológica” resulta “no relevante” a la hora de analizar su incidencia en el suceso. En tanto, fueron los testigos quienes “coincidieron en que la aeronave ascendía, luego se invirtió y, al intentar recuperarse, no logró ganar suficiente altura para salir de la maniobra que estaba ejecutando”.
En cuanto al uso de la aeronave LV-X393, la investigación estableció que “participaba regularmente en festivales aéreos, donde realizaba maniobras acrobáticas” y que tuvo dos accidentes en 2011 en Esperanza y en 2014 en Gualeguay (Entre Ríos) donde sufrió daños de importancia.
Finalmente el órgano de control concluye que “no hubo fallas técnicas antes del impacto, pero una alteración mayor en el motor y la hélice probablemente afectó sus características de vuelo”.
Supervisión deficiente
Por otra parte, la JST señala que “a pesar de las defensas existentes en la aviación, la investigación muestra que no fueron efectivas para abordar las deficiencias de seguridad operacional”.
El apartado “Aspectos institucionales”, la Junta colige que la aeronave con asiento en el Aeródromo de Esperanza durante más de una década -fue fabricado en 2009- “realizó vuelos acrobáticos, participó en encuentros deportivos y festivales aéreos en diversos aeródromos del país”.
“Estos hallazgos sugieren posibles deficiencias en la supervisión de las actividades y en el cumplimiento de las regulaciones por parte de los jefes de aeródromo, quienes ostentan la autoridad sobre la dirección, coordinación y funcionamiento interno del aeródromo, siendo designados para este fin por la ANAC”, completa el documento.
Motor
El informe de la JST señala que el avión estaba diseñado para ser utilizado con motores VW, y no se recomendaba el uso de motores Continental, Lycoming, Rotax, y otros. Sin embargo, el LV-X393 fue equipado desde su construcción con un motor Continental C-85, y posteriormente, antes del accidente, se instaló un motor Lycoming O-320. El motor Lycoming era aproximadamente 102 libras (46 kg) más pesado que el Continental, lo que resultó en un aumento del peso vacío de la aeronave de alrededor del 15%, concentrado principalmente en la parte delantera de la aeronave.
Experimentales
Las matrículas denominadas experimentales son asignadas a aeronaves que pueden presentar diferentes condiciones, el caso más común es el de las aeronaves fabricadas por aficionados constructores. Estos tienen la libertad de desarrollar su propio diseño o construir una aeronave basada en diseños existentes. Estos diseños no cuentan con una aprobación previa de la ANAC, ya que sería difícil establecer estándares para las diferentes configuraciones creadas por los diseñadores, fabricantes de kits y constructores aficionados.