Las Jornadas dieron inicio con las palabras de apertura de la Prof. María Fernanda Pepey, responsable de la sede Uruguay; la Prof. Natalia Francisconi, directora de la Escuela de Música; y la Prof. Macarena Gómez Delgado, coordinadora técnico administrativa de las carreras de Nivel Superior. Luego de la bienvenida tuvo lugar el taller “Canciones bajo la lupa” a cargo de María Inés Velázquez y Laura Otero.
Durante cinco días, el numeroso público presente –entre los que se contaban docentes, estudiantes, egresados, músicos y demás interesados en la temática– pudo participar de 17 talleres, diez ponencias, tres conciertos, una conferencia y un espectáculo que formaron parte de un programa de actividades que reunió a diversos actores relacionados al campo de la educación musical de nuestra región.
El profesor de música Eduardo “Toto” Chas, acompañado por estudiantes pertenecientes a Banda 40, de la Escuela “Provincia de Salta”, de Villaguay, participó de la ponencia en Concepción del Uruguay, lo que ha sido reconocido por la comunidad educativa y el equipo directivo del establecimiento. “La iniciativa es una cuestión de actitud, pero también es un trabajo, desde el punto de vista de lo que pueda significar una vocación, sentimiento, pero también poder entrelazar el sentimiento de los chicos para poder entregarlo desde los instrumentos, pero hay todo un trabajo previo”, definió Chas.
El docente dialogó con Mirador Entre Ríos y mencionó que “hace un tiempo venimos haciendo esto, que decidimos llamar Banda 40; van sucediendo un montón de cosas muy lindas como consecuencia de eso, por ejemplo fuimos invitados para contar la experiencia de cómo se fue gestando, y la manera de encararlo como trabajo con los chicos, cómo es que se dio la conformación de la B-40 y cómo poder aportar con esta experiencia en ese lugar donde había un montón de profesores y estudiantes del profesorado de música. Fue una experiencia muy linda poder contarles, junto a tres chicos integrantes de la banda y mostrarles en vivo el trabajo que solemos hacer en las clases”.
ACERCAMIENTO EMOCIONAL
“Cuando se habla de métodos de enseñanza, particularmente de la música, desde el punto de vista de la educación, para que los chicos se vayan formando, lo que me pasó es que uno desde el primer momento empieza a dar importancia al individuo, al chico, involucrarse con el chico desde lo emocional, de lo que le va pasando y viendo todo el tiempo cómo lo va fortaleciendo. Esto les provoca que vayan creyendo en ellos para tener una mejor autoestima a la hora de encarar cualquier tipo de actividad. Eso es ser parte de la B-40, sentir la sensación de poder estar y el plus de poder empezar a creer que es algo importante, porque se muestran los resultados del conjunto”, agregó.
Remarca ser “agradecido de haber podido crear este grupo y también del acompañamiento de todo el equipo de la escuela, porque hay muchas cosas que se hacen con la banda en las cuales se necesita el acompañamiento de los colegas y directivos, por quienes me siento muy acompañado. Podemos ver cómo se compenetran los chicos, cuando le toca ingresar a alguien con el instrumento, el resto lo está siguiendo con la mirada, inclusive acompañando a la vez con el instrumento que le toca ejecutar, eso quiere decir que hay una conexión muy especial y eso lo hablo mucho con el grupo, el respeto hay que tener porque la música es la que nos da la posibilidad de hacer todas estas cosas y debemos hacerlo con responsabilidad”.
El docente mencionó que “después de la ponencia, se acercó un profesor a destacar la soltura de los chicos subiendo a un escenario con un ambiente totalmente extraño para ellos, con personas a las que no conocían y tocaron sin esa carga de nerviosismo que surge la mayoría de las veces y la verdad que eso se fue logrando por la misma preparación que uno va haciendo con la banda, el haber gestionado tantas veces un escenario en el que nos inviten a tocar, participando en festivales, a los chicos los fue preparando casi inconscientemente y eso me trae además, tranquilidad para mí”.
“Para obtener resultados –aseguró– está la confianza que se genera en el grupo y el amor por la música. Yo soy un apasionado y ellos también deben percibir eso y las promesas que uno les hace y las cumple, entonces empiezan a creer que es posible cuando se buscan objetivos, un sueño a alcanzar, se trabaja en pos de eso y lo consiguen. Si les digo vamos a realizar un concierto en noviembre saben que va a pasar y están dispuestos. La verdad que es impresionante cómo han evolucionado”, destacó.
CRECIMIENTO
El docente habló de la experiencia definiendo que lo hizo crecer muchísimo “en lo personal y en lo musical, como docente. Sucede por ejemplo al observar a los chicos adaptarse a eso porque también están percibiendo lo que hace su compañerito al lado y se dejan llevar. Me parece que es el resultado positivo que tiene, el saber que todo funciona mejor cuando nos unimos”.
“Otro aspecto es lo que sucede en la sociedad cuando alguien se equivoca a veces, lo que aparenta ser chiste se transforma en burla, pero acá pasa totalmente lo contrario, trato de transmitirles que el error es algo que va a estar siempre en nosotros a la hora de hacer música, va a sonar una nota mal, nos vamos a perder en un ritmo, pero sobre eso vamos aprendiendo. Pasa que nos equivocamos, nos podemos reír o acompañamos al compañero, le explicamos y seguimos avanzando, eso nos hace crecer a todos y aprender a ser empáticos. También sucede cuando les cuesta un poquito más alguna introducción es normal ayudarse entre ellos”, contó.
“Cuando visito otros lugares llevando mi proyecto musical, comenzamos a hablar de varios temas y termino hablando de la Banda 40, es porque siento un orgullo tan grande por todas las cosas que me han pasado y siento la necesidad de contarlo”, concluyó.
ORGULLO
Chas comentó con orgullo que “días pasados hice el informe que se presenta en la escuela de cómo avanzan los alumnos en la materia y suelo poner que los chicos de la B-40 cumplen el rol que les toca a la perfección, porque muchas veces hay que estar en silencio y escuchar a quien está tocando otro instrumento, me da un placer tremendo y un orgullo que lo disfruto muchísimo. No me cuesta a mí dar clases ni estar con la banda, inclusive estoy esperando esos momentos y los chicos también, porque no surge como algo forzado”.