Espejo de agua es un proyecto compuesto por esgrafiados, dibujos y esculturas que evocan la historia del fallido Monumento a la Bandera creado por Lola Mora en 1903. “Estas esculturas siempre formaron parte de mi imaginario, ya que desde chiquita me traían a pasear y un paso obligado era el monumento, después me mudé acá y siempre lo seguí frecuentando. Cuando vi las imágenes del boceto del monumento de Lola por primera vez no lo podía creer y sentí que tenía que hacer algo con eso. Me quedé pensando en que hubiera sido si se hubiese emplazado y que veríamos hoy”, dice la artista sobre el proyecto, luego añade “Quería retomar ese hecho desde una perspectiva contemporánea. Me interesaba evocarlo, traer algo de ese espíritu a la actualidad. Elegí el yeso como material ya que en la escultura es un material de boceto, de prueba y mucho de este proyecto va de eso. Hay algo de lo inacabado, de esa intención de contar algo pero a su vez saber que es imposible abarcarlo. Así mismo, trabajé con dibujo, esgrafiado y talla directa y por otro lado retomé una técnica que ya vengo explorando desde el año pasado que son los grafitis de hierro”.
Lola Mora
Hace unos años que en mi obra vengo investigando sobre artistas de la ciudad, entonces era un poco seguir esa línea: retomar algo de mi territorio, de los lugares que habito, recuperar esas obras o imágenes que me han marcado a lo largo de mi vida.
Este es un proyecto que vengo pensando desde el 2019, me llevo muchos años saber qué hacer y cómo llevarlo a cabo. Mucho del trabajo para poder materializarlo fue a partir de las charlas con mi curadora, de compartir ideas y hacer pruebas hasta ir encontrando la forma.
Recuerdo que a comienzos del año pasado estaba conversando con Euge Calvo y le dije que tenía ganas de hacer algo a partir del monumento de Lola y ella me preguntó si había dibujado algo y le dije que aún no. Yo me sabía toda la historia, había leído libros, artículos, notas, rastreado hasta el más mínimo detalle pero aún no tenía una imagen. A la semana de esa conversación, algo se movió en mí y tenía hecho la mayoría de los dibujos para el friso que hoy se puede ver.
-¿Quiénes participaron del proyecto?
-La primera persona que convoqué para trabajar fue Eva Grinstein, con ella trabajamos todo el proceso de la exposición. Fue de gran ayuda el contacto con el archivo del MHNB, donde me recibieron con mucha predisposición y me brindaron todo el material posible en relación a Lola. Las piezas de hierro las trabajé con mi hermano Iván que es un herrero de lujo y estuvo en todos los detalles para copiar los trazos de mi caligrafía. Asimismo, muchos amigos artistas colaboraron técnicamente y conceptualmente, sin ellos todo hubiese sido más difícil y aburrido. Además debo destacar el apoyo del equipo del museo, sobre todo del área de Conservación que se desempeña con gran profesionalismo y del área de Diseño con quienes hicimos una publicación para la muestra.
-¿Qué obstáculos o desafíos afrontaron con la curadora?
-La verdad es que la relación con Eva fue muy fluida y nos entendimos muy bien desde el principio. Nosotras no nos conocíamos personalmente, un día la crucé en una feria y me presenté, le dije que admiraba su trabajo y que me gustaría hacer algo con ella en algún momento. Así que cuando me convocaron unos años después para realizar esta exposición no dudé en invitarla y finalmente dijo que sí. Creo que resultó siendo una experiencia muy grata para ambas. Eva me acompañó en todo desde Buenos Aires, me alentó a escribir y tuvo una escucha, una confianza y un respeto muy grande hacia mi trabajo que hizo que yo pueda sentirme muy cómoda y desarrolle todo lo que hoy pueden ver.
“Ineptos oficiales marmoleros”
La primer frase que uno ve al ingresar a la sala es “Ineptos oficiales marmoleros” y corresponde al dictamen que emite la Comisión de Bellas Artes al rechazar la obra de Lola alegando que no constituía una obra de arte en su concepción, sino que parecía una artesanía, algo realizado por ineptos oficiales marmoleros. Imaginé que esa liga de trabajadores grafiteaban el museo, planteando su descontento, poniendo en valor su arte y oficio.
Las demás frases que rodean las salas corresponden a la única entrevista que dió Lola Mora en 1903 en su visita a la ciudad de Rosario, en el diario La época. Allí la describieron de la siguiente manera: “Nos la imaginábamos de otro físico: alta, gruesa, echada para atrás con varonil arrogancia, ceremoniosa y poseuse, prejuzgando candorosamente que una mujer que hace estatuas y fuentes y domina bloques de mármol, debía tener una encarnadura más o menos monumental, en armonía con su vigoroso oficio; pero cuando nos vimos ante una persona menuda, nerviosa, vivaz, poquita cosa en apariencia, de aire nonchalant, tirando a bohemio desenfadado, a pesar del prejuicio no se nos ocurrió preguntarle por la patrona. Allí estaba la artista.” Me parecía potente usar esas frases que de alguna manera sonaban despectivas para señalar la fuerza de su obra.
-¿Por qué el título de la exposición?
-El título de la exposición remite al lugar en el que hoy se encuentran ubicadas las esculturas de Lola Mora en Rosario: sobre un “espejo de agua” (así denominado por los creadores del proyecto ganador del Pasaje Juramento). Me parecía lindo retomar algo de su historia y a su vez, este título me remitía mucho al espíritu de mi proyecto. En un espejo de agua el reflejo no es claro, las cosas se distorsionan, se mezclan o confunden. Además de la historia, que no es lineal y que está llena de microrrelatos, ficciones y verdades siento que el proyecto tiene mucho de espejarme en la figura de Lola.
-¿Qué otros proyectos tenés en mente para éste 2024?
-A partir del 20 de septiembre estaré participando del Premio Klemm en Buenos Aires y realizaré una exposición a fines de noviembre en un espacio llamado “Taller la ciudad” coordinado por Ines Beninca y Jimena Lozada.
Otras exposiciones
En el Museo Castagnino se pueden visitar las otras muestras: Fernando Fader, el idólatra de la luz; Norberto Puzzolo: volver a los 17 y otras obras, hasta el 17 de noviembre.
Bio
Nació en Villa Constitución (Santa Fe, Argentina), en 1992. Se formó en la Escuela de Bellas Artes de la UNR, es Licenciada y Profesora. Es artista y se desempeña como docente en instituciones y de manera independiente. En 2017 mientras hacía una pasantía en el Museo de Cs. Naturales Dr. Ángel Gallardo con algunxs compañerxs creó una residencia para artistas de todo el país en Rosario. Recibió una Beca de Creación del FNA (2018) y la Beca Entre Todos de la Municipalidad de Rosario (2019). Recibió la distinción “Mejor promedio” en la carrera de Profesorado en Bellas Artes de la UNR (2016). Sus obras forman parte de diferentes colecciones públicas y privadas. Vive y trabaja en Rosario
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