Para que el cambio surtiera efecto, Ricardo Lunari se propuso romper con todo lo anterior que había sucedido en Newell’s. Desde un primer momento, intentó transformar el pesimismo en energía positiva. Y dentro de esa propuesta revulsiva, el entrenador que todavía tiene colgado el cartel de interino, trató de meterles en la cabeza a sus jugadores que era posible ser protagonistas de los partidos.
La cosa salió bastante bien en el debut contra Tigre, aunque el propio DT admitió que sufrieron mucho para sostener el triunfo: “Les pedí a mis colaboradores que no me muestren más las llegadas del rival porque nos iban a empatar”, bromeó Lunari después del 1 a 0 sanador para la “Lepra”. Pero en el partido de este viernes ante Deportivo Riestra, el equipo rosarino sufrió el síndrome de la “manta corta” y padeció los efectos colaterales de intentar ser más ofensivo.
En el loco encuentro jugado el viernes en Villa Soldati, que terminó 3 a 3, el equipo de Lunari se cubrió la cabeza con una potencia ofensiva pocas veces vista este año, pero le quedaron los pies al desnudo. Los de arriba, liderados por la clase de Ever Banega más la juventud de Mateo Silvetti y Tomás Pérez, hicieron un partido casi perfecto -al menos para lo que se venía viendo en la “Lepra”-. Los de abajo, en cambio, contribuyeron para que el local rescatara un punto cuando ya tenía todo perdido.
Toda la defensa de Newell’s, incluido el arquero Ramiro Macagno, hicieron todo lo posible para que el equipo dirigido por el “Ogro” Cristian Fabbiani remontara primero un 0-2 con un hombre menos y para que en el final Riestra se quedara con un empate luego de que el pibe Silvetti había estampado el tercero, en una tarde que será inolvidable para él.
“Tuvimos el partido dos veces en la mano, es una lástima. Nos dolió a todos, fue tremendo”, se sinceró Ricardo Lunari luego del choque en cancha de Riestra, que Newell’s tuvo dos veces en las manos y al final se le escapó. “El equipo jugó mejor que contra Tigre, pero no pudimos concretar en la red las opciones que tuvimos. Por cómo se dio el partido, duele muchísimo”, admitió.
“No queríamos sufrir de contragolpe, el partido quizás se hizo aburrido y no encontrábamos los caminos. Cuando llegó el tercer gol pensamos que ya estaba, pero cuando las cosas no están del todo bien, esto pasa”, analizó el técnico “rojinegro”. A Newell’s todavía le pesa el lastre de los malos ciclos de Mauricio Larriera y el “Gallego” Méndez, y no será sencillo sacarse de encima toda esa carga negativa de meses.
Para el técnico oriundo de San José de la Esquina fue “un empate con sabor a poco”. Lunari también explicó que en la semana estuvieron trabajando porque no vieron “el bloque defensivo tan firme contra Tigre, a pesar de la victoria”. Luego de repasar el empate del viernes en Buenos Aires, seguramente al DT se le reforzará esa sensación: “Con poco nos hicieron tres goles y eso es preocupante. Pero queremos valorar el esfuerzo que está haciendo el grupo para sacar adelante esta situación difícil”, cerró.
El plantel de Newell’s tendrá varios días de descanso hasta volver a saltar a un terreno de juego. Será el próximo sábado, desde las 17.30, ante Lanús en el Coloso Marcelo Bielsa. El “Granate” está en semifinales de la Copa Sudamericana y habrá que ver qué equipo lleva a Rosario para afrontar esa nueva fecha de la Liga Profesional.