Alrededor de un fuego, decenas de tambores se reunían buscando recibir ese humo tan esperado para tensionar sus cueros y espiritualizar sus maderas. En la tarde de este sábado 12 de octubre se volvió a realizar el clásico Contrafestejo en Paraná, con un importante marco de público.

La Plaza Alvear volvió a ser el epicentro de la actividad que ya cuenta con 23 ediciones y que este año retornó a su lugar habitual: el ex barrio El Tambor. Las distintas cuerdas de candombe que participaron, la mayoría locales, pero también de otras ciudades cercanas, se encontraron, posteriormente a la ceremonia en la plaza, en la esquina de calles Buenos Aires y Garay.

Desde allí comenzaron a resonar los tambores que hicieron bailar a propios y extraños y generaron que los vecinos se asomen desde los balcones para ser parte de esta propuesta cultural. La típica esquina de la cultura afro fue el punto de inicio y, luego de una caminata lenta pero constante, todos los grupos retornaron a la Plaza Alvear, espacio neurálgico del encuentro, la fiesta, la risa y el vínculo.

Al llegar a la explanada sobre calle San Martín en su esquina con Colón, una ronda se formaba ante la llegada de cada una de las cuerdas de candombe. Entre baile y baile, el sol caía y la llamada, el momento cumbre de la jornada, comenzaba a finalizar. Al mismo tiempo, las bandas convocadas para la ocasión se preparaban para seguir llenando de música la zona céntrica de la capital provincial.

Una vez que todos los grupos realizaron su recorrido, la Plaza Alvear se llenó de Contrafestejo y otras propuestas tomaron protagonismo. En el escenario se presentaron distintos números artísticos de grupos paranaenses y la región: Cuero al viento, Salto para tras, María Guadalupe Abero y movimiento Lalita, Pal monte, La de bolsillo y Bololó fueron las encargadas de dar cierre a este Contrafestejo.