Las acciones se sucedieron el miércoles 23 de octubre, cuando a las 12.28 recibieron el llamado telefónico desde la mencionada planta informando sobre una persona descompensada dentro de un silo. De inmediato se desplazó la unidad de rescate H7 con cinco integrantes, seguidos por la unidad de logística H6 con un servidor a cargo de las operaciones.
Al llegar al lugar comienzan a cumplir el protocolo y realizan la comprobación de los datos obtenidos previamente desde dicha planta. Proceden a realizar un primer contacto con tres rescatistas, realizando una evaluación global y simultánea, mientras se inmoviliza a la persona afectada mediante uso de cuello y tabla rakis.
Posteriormente procedieron a la extracción con la utilización de un sistema de poleas y cuerdas, dando por finalizado el rescate con un defusing por parte de los integrantes de la planta.
Se explicó que el defusing (desactivar en español) consiste en que después de cada incidente crítico, como un siniestro vial en el que presencian “cosas terribles”, se reúne a la dotación que asistió a esa emergencia y se habla de lo sucedido. Hay cinco preguntas pautadas: qué pasó, qué hice bien, qué puedo mejorar, qué necesito para continuar y un agradecimiento al equipo participante de las maniobras. Esto se hace porque el bombero debe irse a su casa libre de esa carga emocional extra para poder asistir al próximo toque de sirena, que puede ser en poco tiempo.
Desde la comisión de Bomberos Voluntarios destacaron “la predisposición de la empresa por hacer partícipes al cuerpo activo del cuartel en estos eventos cuyos resultados son muy fructíferos, ya que les permite evaluar los tiempos de respuesta y el desarrollo del personal en eventuales rescates en espacios confinados”.