Josefina Tonello es chajariense, ingeniera en alimentos egresada de la UNER sede Concordia. Actualmente reside en Dinamarca, desde donde continúa trabajando remoto para una fábrica de jugos cítricos de la región, mientras busca abrirse paso profesionalmente en Europa. Recientemente participó del Salón Internacional de la Alimentación, SIAl 2024, en París, Francia, una de las muestras más grandes del mundo.
En diálogo con este medio señaló que es “una satisfacción y una oportunidad muy grande. Ver de primera mano una feria de ese tamaño”. El Salón Internacional de la Alimentación es un lugar donde las empresas van a comprar y vender sus productos a nivel internacional: las dos más grandes son SIAl, los años pares, en Francia; y otra, los años impares, en Alemania, que recibe el nombre de Anuga. “Son eventos muy grandes, con convocatoria de empresas e industrias de todo el mundo, las que asisten con el fin de hacer negocios y contactos”.
Durante las jornadas de trabajo en Francia, Josefina estuvo acompañada de dos representantes de la fábrica de jugos de Mocoretá, Corrientes, para la que trabaja como asesora externa y en la certificación de estándares de calidad. En su rol de ingeniera en alimentos se encargaba de explicar en las reuniones los estándares de calidad que manejan, además de colaborar en la traducción en algunas reuniones.
En su caso particular contó que la fábrica de Mocoretá fue fundamentalmente buscando expandir su cartera de clientes para exportar. “Hubo mucho trabajo previo de conectarse con las empresas, acordar reunión para las fechas del evento, es el trabajo pre-feria. Después, ahí, hicimos los encuentros, y ahora queda el post feria, que depende de lo que se acordó en las reuniones”.
En líneas generales, los países europeos exigen muchas normas de calidad para ingresar productos alimenticios, mientras que para otras industrias tienen menos requisitos.
VARIEDAD Y RAREZAS
Al ser consultada por los tipos de productos que se podía encontrar, señaló una diferencia según la historia social de cada país. “Por lo general, los países que sufrieron crisis y hambre, son los que más aprendieron a sacar provecho de lo que tenían disponible. En el caso de Argentina, pasó décadas comiendo carnes, pan y algunas frutas y verduras, porque era lo que abundaba, entonces no generamos la costumbre de comer nuestras frutas nativas, la riqueza de nuestro litoral marítimo, y sería muy bueno, primero por la crisis actual, donde hay chicos y adultos mal nutridos, además de los beneficios que tiene comer de origen diversificado”, explicó la ingeniera en alimentos. A su vez, añadió que, según se calcula “todo lo que comemos viene de apenas unos veinte productos, cuando debería venir de muchos más de orígenes biológicos”.
También contó que, para su asombro, encontró aguas saborizadas de frutas como guayabas, que es un producto de América, pero realizado en países asiáticos. O una bebida energizante a base de yerba mate, elaborada en Francia. “En la feria uno descubre tanto el avance de la globalización como lo que falta. Se descubren alimentos desconocidos para nosotros, por ejemplo, bebidas con ‘burbujas’ como de gelatina, que adentro tienen más líquido, jugos de fruta en cápsulas como de café, ‘latitas’ de plástico”, entre otros.
LO QUE VIENE
Ante la pregunta de las nuevas tendencias en cuanto a la industria de la alimentación, la ingeniera Josefina Tonello dijo que pudo ver que lo que se viene es que el mercado europeo “está apuntando a las energías limpias, carbono neutral, con mirada ecológica en la producción. Es muy interesante ver cuáles son las tendencias del mercado. Se viene (sobre todo en Europa) el tema del carbono neutral, energías renovables, plásticos reciclados, economía circular, comercio justo, y otras cosas tendientes a la protección ambiental”.
Finalmente señaló que para la fábrica de jugos de Mocoretá fue una experiencia con saldo positivo, era la primera vez que estaban presentes en un evento de estas características y se consiguió la información que se buscaba, contactos y aprendizajes.