Era de “gol gana”. Partido feo, cerrado y que se iba a definir por un detalle. Y ese detalle fue el penal de Tanda (mano dentro del área), que vio el VAR y que volvió a postergar a un Unión en caída libre, que no encuentra freno a ese tobogán peligroso que lo compromete seriamente en la aspiración por clasificar a la Sudamericana, en medio de este “tire y afloje” entre el DT y el presidente por la continuidad del Kily González.
Todo lo que se presumía, todo lo que se especulaba, se terminó cumpliendo. Quiénes nos imaginábamos un partido cerrado, trabado, con poca claridad, lamentablemente no nos equivocamos.
Salvo aquel muy buen pase de Rivero para Domina que terminó con el remate del delantero tatengue que tapó Cozzani, no hubo situaciones de peligro durante una primera media hora de pocos espacios y desencuentros.
La caída ante Platense vuelve a poner en dudas las clasificación de Unión a la Copa Sudamericana.Foto: Prensa Unión
La escasa -casi nula- creatividad de los dos equipos, hizo que al partido le faltara emoción. Demasiado esquemático y previsible, ni a Platense ni a Unión se le cayó alguna idea, mereciendo el cero a cero que los calificó en el primer tiempo.
La lesión de Rivero
Cuando Rivero debió salir lesionado, el Kily tenía dos alternativas de reemplazo: Verde y Roldán. Se inclinó por el que, a priori, aseguraba mayor frescura en el manejo de la pelota, para ver si a alguno se le “prendía la lamparita”. Mauro Pittón pasó a la derecha y Verde a la izquierda.
Unión tenía más la pelota, pero adolecía de profundidad. Y los dos delanteros terminaban chocando y perdiendo con los defensores rivales. Nada de Balboa y algo de Domina, que al menos mostraba más voluntad para ir al choque en las divididas.
Festival del pelotazo
La realidad es que el primer tiempo no ofreció nada interesante y terminaron aburriendo. Unión abusó del pelotazo, no hubo casi desbordes de Del Blanco por izquierda y escaso aporte de Vargas por el otro costado.
El partido se convirtió en un festival de rechazos y pelotazos que lo hicieron desordenado y muy poco atractivo, con un empate parcial y un 0 a 0 que, como se dice habitualmente, fue la justa definición para un partido que nunca despertó interés.
¿Hizo algo bueno Unión?, defenderse con orden y concentración. Enfrente, tuvo un rival que atacó poco y al que tampoco se le cayeron ideas claras. Alguna que otra proyección de Saborido por derecha, algo de Mainero y la muy poca gravitación de Ronaldo Martínez y Pellegrino arriba, bien marcados por los defensores de Unión, que no le perdieron el rastro en todo el primer tiempo.
Había que salir de esa chatura. O al menos intentarlo, pero de manera inteligente y sin caer en la trampa de enloquecerse por ir en búsqueda de la victoria, para ofrecerle a un rival muy discreto y poco ofensivo, la chance de aprovechar algún error y convertir un gol que podría ser decisivo, porque esos primeros 45 minutos dejaron la sensación de un partido para el 0 a 0 o, a lo sumo, de “gol gana”.
El segundo tiempo
Ese “infierno tan temido” –el de un error- se dio en los primeros minutos del segundo tiempo, cuando Minerva empalmó una pelota que había quedado boyando dentro del área luego de contínuos rechazos parciales, pasando cerca del palo izquierdo de Cardozo. Hasta en eso estaban empardados, porque Unión había contado con la de Domina –tapada de Cozzani- en el comienzo y Platense con este remate de Minerva que se fue afuera.
De todos modos, ese arranque del complemento fue favorable a Platense. En 10 minutos iniciales de la parte final, logró arrimar algo de peligro al arco de Cardozo y eso hizo que la gente de Platense, que había estado silenciosa durante todo el primer tiempo, se despertara y dejara escuchar los primeros gritos de aliento al local.
El Kily movió el banco y cambió el esquema. Puso a Orsini y a Tanda por Vargas y Mauro Pittón. El equipo pasó a defender con cuatro y a atacar con los dos “9” y con Domina, que se paró por derecha para volantear pero con la libertad y la obligación también de acompañar en todas las de ataque.
A Unión le costó el segundo tiempo. No fue dominado, pero se encontró con un rival que abandonó esa intrascendencia que lo había caracterizado en el primer tiempo y, con algunos cambios ordenados por la dupla Orsi-Gómez, inclinó la cancha hacia el arco de Cardozo. Y también le costó porque el nivel futbolístico del equipo no levantó. Siguió siendo muy poco claro. Y a diferencia del primer tiempo, sin manejo de la pelota.
Mano, penal para Platense y fin
Hasta que faltando un cuarto de hora (o poco menos), Espinoza fue llamado por el VAR por mano de Tanda y Pellegrino se encargó de convertir. Al mismo tiempo, el Kily sacó a Domina y a Balboa para colocar a Roldán y a Gamba. No había que equivocarse.
Y Unión no sólo que lo hizo en esa jugada que le dio la oportunidad del gol a Platense, sino que permitió que el rival se agrande luego de un primer tiempo en el que lo tuvo absolutamente controlado.
Con muy poquito, Platense se aprovechó de esta caída de un Unión impotente, que se terminó consumiendo entre sus grandes limitaciones y un simple acierto de un rival muy discreto, que encontró su premio con una mano adentro del área que vio el VAR y que dejó otra vez a Unión con las manos vacías y con un montón de dudas en cuanto a su futuro en este final de año.