La imponente procesión con la imagen de la Virgen, transportada en el tradicional sulky, fue encabezada por el arzobispo de Paraná, monseñor Juan Alberto Puiggari, acompañado por los párrocos de la Inmaculada, Fabián Minigutti; y de Santa Rosa, Marcelo Bravo; además de sacerdotes, Boy Scouts, delegaciones escolares portando las banderas de Argentina, Entre Ríos, Papal y de Villaguay.
Con la presencia de miles de villaguayenses se desplazó por las calles aledañas al templo y fue recibida con los honores entre canciones y pañuelos para dar paso a la celebración central de la misa.
Durante la homilía, el obispo se refirió a este gran acontecimiento cristiano y Mariano: “Querido Padre Fabián, queridos hermanos sacerdotes y queridos hermanos: hoy, para todos nosotros es un día de fiesta, un doble motivo de alegría, la fiesta patronal y la fiesta de la Virgen. Esta fiesta de María Inmaculada Concepción es una fiesta de las más queridas por el pueblo argentino. Hoy, según el calendario litúrgico tendría que ser el segundo domingo de adviento. Se celebra en todas partes del mundo, el segundo domingo de adviento. En la Argentina, la Santa Sede, el Papa nos da un privilegio que podamos celebrar hoy la fiesta de la Virgen, debido no solo a la gran devoción que hay en Argentina sino en América. A partir de la aparición de la Virgen de Guadalupe, en los comienzos en México, nuestra patria quedó marcada por el amor a la Virgen y en el entorno de tantas fiestas lindas de nuestra madre, esta es una fiesta muy particular”.
El obispo pintó en palabras una semblanza de la Virgen María y recordó que “Jesús vuelve a nacer en la próxima Navidad no en el pesebre de Belén sino donde haya un corazón bien dispuesto, como en Belén; humilde, pobre, sencillo ahí va a nacer y la Virgen nos habla de la venida de Jesús porque con este festejo también festejamos el comienzo de la redención, cuando Dios, para que Jesús encarnara, preparó la mujer más maravillosa y más bella que es María”.
“La primera palabra que le dijo el Ángel a María, fue “no temas porque Dios te pide algo grande, porque Dios está contigo y después su hijo le va a decir: “he vencido al mundo, no tengan miedo. Yo quisiera que hoy en el corazón de ustedes queridos hermanos, resuene esta palabra: No tengan miedo. Hay muchas circunstancias que nos preocupan hoy, el mundo de hoy, la Argentina de hoy, cosas tal vez personales, enfermedades, conflictos familiares, un mundo que se está deshaciendo porque está lejos de Dios y la virgen hoy, que seguramente esas palabras se han grabado en su corazón, nos está diciendo lo que le dijo el Ángel: ‘No temas, no tengas miedo, Dios está contigo’, Dios es un pan de providente, que cuida a los lirios del campo, y alimenta a los pájaros del cielo, como no va a cuidar a sus hijos a quien tanto ama y por los cuales, entregó a su hijo Jesús a la muerte por nuestra salvación”.
ACUDIR A LA ORACIÓN
El prelado hizo también mención sobre que “tenemos que acudir a la oración, como lo han visto en la novena, hay tantas formas de oración, magníficas como la eucaristía, espléndidas como el rezo del rosario, la oración al santísimo, pero también se incluye la jaculatoria, la oración de la mañana, la oración de la noche, la jaculatoria es mientras voy al trabajo, y ofrecen el trabajo, en mirar a la Virgen, manifestar un acto de amor”.
En la misma línea agregó: “Hay tantas maneras de rezar, si queremos ser santos tenemos que rezar, si queremos servir al hermano, tenemos que rezar, todo lo otro es una utopía, es una filantropía humana que termina deshaciéndose, es construir sobre cimiento de barro. Jesús nos dice; alaba al sabio que construye sobre roca y critica al necio que construye sobre arena, si queremos una vida fácil, sin esfuerzo, si construimos en arena, se va a destruir en la primera tormenta. Todos en la vida tenemos tormentas, entonces necesitamos la solidez del Cristo, que se fundamente en nuestra vida y agradecerlo en la oración. Que la Virgen María, en esta fiesta de La Inmaculada, nos entusiasme con la santidad de cada día, que nos entusiasme con el camino de oración, que llena el alma, toda oración elevada al padre y más si es por medio de María, llega al corazón de Dios, no cae en la tierra”.
Luego del oficio religioso se procedió a la entrega de presentes a monseñor Puiggari en sus 48 años de la ordenación sacerdotal.
Otro momento muy especial esperado fue la bendición del nuevo vitral de la capilla de Adoración a cargo del monseñor Puiggari, con la presencia del renombrado artista francés vitralista Stepahne Philippe Descours, lo que fue un momento muy emotivo por este logro de gran valor artístico y espiritual.
Estuvieron presentes los donantes Chantal y Jacques Badin, hubo palabras de la mujer, quien comentó la importancia de la puesta en valor de la catedral de Notre Dame (Nuestra Dama) en Francia, “resucitará en París luego del incendio de 2019”. Chantal mencionó “las miles de intervenciones en milagros de la Virgen, 70 reconocidos por la Iglesia Católica”.