En la localidad de Monje, departamento San Jerónimo, se da una situación muy particular con sus fiestas patronales, ya que si bien el santo de devoción inicial local, incluso el pueblo era llamado así en sus comienzos, era San Julián, por una cuestión de usos y costumbres, se fue transmitiendo el 8 de diciembre como día de las Fiestas Patronales, en honor a la jornada en la que se venera a la Virgen María pero teniendo en cuenta que la otra devoción local es por la advocación mariana de Nuestra Señora del Valle.
Precisamente, este fin de semana el pueblo estuvo de fiesta y lo hizo con costumbres locales. Su presidenta comunal, Susana Gobbo, explicó que “como todos los años se hizo una convocatoria a las instituciones locales, con distintas ofertas gastronómicas, talleres comunales desarrollados en el año con distintos programas, emprendedores, artesanos, la idea era convocar a la comunidad y poner en valor el trabajo a veces silencioso y anónimo de mucha gente: cooperadoras escolares, clubes, que trabajan y sostienen las entidades”.
Reconocimiento al emprendimiento de costura Tallercito. Donaron sábanas al hogar de ancianos, que hicieron con sus propias manosFoto: Gentileza
Al bar centenario
Por eso “con esa idea y con ese perfil venimos haciendo estos encuentros, siempre se hace algún reconocimiento. En este caso lo hicimos a Don Héctor Pérez, un vecino, dueño del Boliche de Pérez, en zona rural de Monje, cumplió 100 años en manos de la misma familia. Le hicimos un reconocimiento público por cuidar con tanto mimo la tradición y esa cultura rural del fiado en la libreta, la confianza y el buen trato. Eso nos gusta resaltar y nos hace bien reconocer”.
En el contenido, entre sábado 7 y domingo 8 hubo espectáculos a cargo de Marcos Gómez, Agustine, Maxi Alzugaray y Gaboto Canta, artistas y bailarines folclóricos locales, atracciones culinarias y feria, todo en el predio del ferrocarril.
Hubo música en el escenario montado en el predio del ferrocarril de la localidad.Foto: Gentileza
Los orígenes de Monje
Si bien será materia de otra nota, Monje recuperó hace días restos arqueológicos que confirman aún más que estas tierras fueron habitadas por las comunidades originarias Chaná Timbúes. Posteriormente se armaron reducciones y encomiendas.
La historia indica que fue la familia Alzugaray la que donó los terrenos el 18 de noviembre de 1884 para la construcción de la estación ferroviaria y para el trazado urbano de la localidad, que en principio tomó el nombre de San Julián. Esto teniendo en cuenta el criterio de Julio Roca de expandir y asentar colonias agrícolas, con el incentivo de eximición de impuestos a cambio de donaciones. Fue la época en la que comenzó a tomar fuerza la denominada “propiedad privada”.
Reconocimiento al emprendimiento de costura Tallercito. Donaron sábanas al hogar de ancianos, que hicieron con sus propias manosFoto: Gentileza
Como fundadores se reconocen a Pedro y Nicanor Alzugaray en 1885. El 15 de junio de 1891 se inauguró la estación del ferrocarril que unía Santa Fe con Rosario, que adoptó el nombre a partir del arroyo Monje, cercano al pueblo.
Por otra parte, el 18 de octubre de 1904 se creó la Comisión de Fomento de Estación Monje. El 13 de febrero de 1911 culminaron los trámites de aprobación definitiva de los planos del flamante pueblo, solicitada por Nicanor Alzugaray y su hermana Martina Alzugaray de Gómez. El 12 de julio del mismo año se empezaron a firmar las primeras escrituras, por las cuales los Alzugaray otorgaron títulos de propiedad a la mayoría de los primeros habitantes del actual Monje. Recién en 1970 la localidad y la estación adoptaron el nombre definitivo de Monje, de acuerdo a lo investigado por el Portal de la Memoria Gringa, de la UNL.