Un acuerdo entre Vicentin y el sindicato de Aceiteros procura rehabilitar la actividad de las plantas de San Lorenzo, Ricardone y Avellaneda, que quedaron paralizadas por medidas de fuerza y afectaron el ingreso de granos días atrás, hasta que el ministerio de Trabajo de la Nación decretó la conciliación obligatoria.

Los directivos de la firma concursada y los delegados gremiales acordaron despejar el escenario por tres meses, en los cuales el nivel salarial se mantendrá estable para los bolsillos de los trabajadores, aunque la empresa dejará de pagar cargas más allá del salario mínimo, vital y móvil, con excepción de los aportes para trabajadores de 60 años o más, para no afectar el proceso jubilatorio.

El ministerio de Trabajo de la Nación será el encargado de ratificar el Procedimiento Preventivo de Crisis en base a las pautas alcanzadas entre el cuerpo de delegados del sindicato de Aceiteros y la empresa.

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Según el sindicato, el pago de la gratificación anual extraordinaria -se abonó sólo la mitad- se completará dividiendo el saldo en una mitad a pagar el 5 de febrero y el resto en dos partes iguales el 21 del mes próximo y el 5 de marzo.

La empresa espera restablecer de esta manera la confianza de los dadores de granos a procesar (la firma trabaja a fasón para terceros), circuito que había quedado afectado este mes, mermando la actividad y el flujo operativo (y con él la capacidad de pago a los trabajadores) en febrero. Vicentin espera regularizar su dinámica en marzo.

La empresa concursada sigue esperando que la Corte resuelva sobre el acuerdo con los acreedores, homologado por la Cámara de Reconquista. Para la directiva de la firma, el hecho supondría regularizar la actividad “al día siguiente” con el ingreso de los inversores ACA, Vitrerra y Bunge, para hacerse cargo de las operaciones.