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Careció de gol

Los penales eliminaron a Colón de la Copa Argentina

El equipo santafesino cayó ante San Martín de Tucumán, en Rafaela. Debió ganarlo en los 90 sin necesidad de llegar a la definición desde los doce pasos. En un partido muy parejo, contó con más situaciones claras que el rival. En los penales, repitió lo de los 90 minutos: la falta de gol.

13-02-2025 | 8:27 |

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Colón se despide de la Copa Argentina 2025. Foto: Gustavo Conti


Llegar a los penales fue lo peor que le pudo haber pasado a Colón. Si bien no fue un amplio dominador, porque el partido fue extremadamente parejo, generó las situaciones más claras y se quedó con las manos vacías por esa falta de gol que este equipo desnuda, al menos en este arranque de temporada.

Colón ha jugado tres partidos de pretemporada y dos oficiales, y apenas marcó Gigliotti contra el Albion en Uruguay. El 0 a 0 de los 90 minutos, más allá de que la paridad fue el común denominador, terminó favoreciendo a San Martín y castigando a Colón por la falta de aprovechamiento de las ocasiones que tuvo para convertir.

Cuando entró Gigliotti, el equipo encontró más profundidad. El tuvo una buena que pudo tapar Sand (figura de San Martín), pero luego, con gran jerarquía, se vistió de “asistidor” para dejarlo a Agustín Giménez en dos ocasiones mano a mano con el arquero de San Martín.

Ni los penales atajados de Marcos Díaz pudieron salvar a Colón.Foto: Gustavo Conti

 

No tuvo gol. Y eso, en esta clase de partidos, es lapidario. Después, lo mismo se vio en la definición desde los doce pasos: Colón erró tres de los cuatro que pateó. La ineficacia frente al arco rival fue su pecado.

No hubo mucho que discutir con el 0 a 0 del primer tiempo. Partido equilibrado, algo mejor Colón en el comienzo y parejo después. La idea del Pata fue sumar volantes para que el equipo encuentre juego.

Costó mucho

Y le costó a Colón, sobre todo porque la prestación que hicieron Bernardi (tirado del medio a la izquierda) y Soñora (del medio hacia la derecha) no fue lo suficientemente desequilibrante. Forneris se paró de “5” tapón e hizo bien todo lo que se le pide a un volante de contención: tuvo quite, presencia y buen primer pase.

Más arriba, esa trilogía que formaron Talpone-Bernardi-Soñora no tuvo la claridad suficiente y el equipo encontró un poco de profundidad por el lado del pibe Conrado Ibarra, que tuvo algunas proyecciones interesantes por izquierda, aunque no contínuas.

La primera jugada clara la tuvo San Martín, armada por el movedizo Cuevas por izquierda, que entre tres defensores metió un buen pase para Pino, quien remató y se encontró con una buena tapada de Marcos Díaz, perfectamente ubicado junto al primer palo.

La segunda la tuvo Colón, pelotazo largo para la subida de Facundo Sánchez por derecha, cabezazo hacia adentro y Sanguina terminó pifiando el remate de primera, desperdiciando la chance.

Fueron esas jugadas y nada más. Ninguno de los dos tuvo suficiente profundidad y eso también justifica el 0 a 0 de ese primer tiempo. Colón tuvo apenas un par de complicaciones a las espaldas de Negro e Ibarra con la subida de Murillo, hasta que lograron taparlo. Y punto.

Bien Ortiz, sólido y siempre ubicado en el lugar correcto para sacar todo lo que andaba dando vueltas por las inmediaciones del área de Marcos Díaz.

Modificó en el segundo tiempo toda la estructura ofensiva el Pata Pereyra. Iban apenas 12 minutos cuando metió a Gigliotti, Agustín Giménez y Barreto por Sanguina, Bernardi y Soñora.

Con Gigliotti cambió todo

Apuntó a tener la profundidad que había carecido en el primer tiempo. Y casi lo logra porque en la primera que tuvo, Gigliotti buscó una pelota larga de Thaller y le “quemó” las manos a Sand. Fue la jugada que sacudió el arranque de un segundo tiempo plagado de imprecisiones y poco juego.

Los dos siguieron sin profundidad, autocontrolándose, con un “triunfo por nocaut” de las defensas sobre los ataques. Debió salir acalambrado la figura de Colón (Forneris) y el Pata quiso darle proyección al equipo por derecha con la entrada de Jourdan.

Colón tenía más claridad y llegada por izquierda con Ibarra, pero le faltaba lo mismo por derecha. Y en un partido trabado y con pocas situaciones de gol, Colón tuvo una clarita cuando maniobró muy bien Gigliotti, metió el pase al medio y apareció el pibe Agustín Giménez desde una posición inmejorable, pero rematando desviado por encima del cuerpo de Sand.

 

El oportunismo y la contundencia que a Colón le faltó para marcar el gol de la victoria, tan necesarios en un partido extremadamente cerrado.

La última chance la tuvo Colón. Otra vez Gigliotti, vestido de “asistidor”, lo dejó mano a mano otra vez al pibe Giménez, pero esta vez terminó ahogando Sand el grito de gol. Con esa jugada del final, Colón dejó la mejor impresión para quedarse con el partido en los 90 minutos y evitar de esa manera la lotería de los penales.

Estos partidos que se presentan de esta manera, tan cerrados y parejos, con pocas situaciones y ardorosamente disputados, se definen por detalles.

Colón tuvo más situaciones, pero hay una máxima del fútbol que dice que “los goles no se merecen, los goles se hacen”. Y a este Colón se le nota que algo más le falta a la hora de ser contundente en lo más importante que tiene el fútbol, que es el gol.

En los penales se ratificó el concepto: la falta de gol. Colón marró tres de los cuatro que ejecutó y no alcanzó a patear el quinto. Pudo y debió ganarlo en los 90. Le faltó punch. En los 90 minutos y también en los penales.


COLÓN
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Autor:

Enrique Cruz

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