A Newell’s no le ha ido bien en los clásicos de la ciudad en los últimos tiempos y es algo que se puede comprobar fácilmente en las estadísticas. En los últimos 12 años, desde que Central regresó de la segunda categoría, apenas pudo ganar dos veces y ambas fueron de visitante. O sea que en el Parque de la Independencia, donde se disputará el duelo de este domingo, la “Lepra” no festeja una victoria clásica desde el año 2008. Sin embargo, en todo ese largo período nunca llegó al derby rosarino tan mal como en esta oportunidad. El equipo dirigido por Mariano Soso no encuentra el rumbo, perdió cuatro de los cinco partidos que jugó en este nuevo torneo y la relación de los hinchas con el plantel está totalmente rota. Ni que hablar con la dirigencia, que a esta altura es la principal apuntada como responsable del desastroso andar “rojinegro”. En ese ambiente espeso e inestable llega Newell’s al determinante partido de este domingo a las cinco de la tarde.

Si este miércoles no estalló todo por los aires después de la derrota de local ante Defensa y Justicia, fue precisamente porque en cuatro días se juega el clásico ante Central. De todos modos, hubo incidentes durante y después del partido, que marcan el nivel de alerta que tienen que activar las autoridades del club y las fuerzas de seguridad para el próximo domingo. Los organismos provinciales de seguridad en espectáculos deportivos organizaron una conferencia de prensa para contar cómo reforzarán las custodias policiales, con el antecedente de lo ocurrido este miércoles en el estadio y en las inmediaciones del Parque de la Independencia.

Tenés que leer

Ocho personas demoradas por los incidentes en el estadio de Newell’s

Newell’s no tiene rumbo táctico, futbolístico, estratégico ni anímico. Pero tampoco pega una. En el segundo tiempo del partido ante Defensa ingresó el paraguayo Carlos González, flamante refuerzo “leproso”, y en la primera que tocó metió una notable media vuelta en el área y clavó la pelota en el ángulo. Pero el VAR anuló la conquista por un off side casi imperceptible. El gol de la visita, que encendió la mecha de la violencia en el “Coloso”, fue a los 47 minutos del segundo tiempo.

El fútbol muchas veces suele dar sorpresas y a eso apela Newell’s en este inminente clásico. Se vienen tres días en los cuales el técnico Mariano Soso deberá enfocar a sus jugadores en el partido, abstraerse del hostil clima externo y salir a jugar el encuentro como si no hubiera mañana. Porque la realidad es esa: al técnico se le acabará el crédito en caso de un nuevo resultado adverso y el ciclo institucional que comanda el presidente Ignacio Astore quedará totalmente debilitado. En cambio, una victoria en el clásico serviría para calmar los ánimos y para que los hinchas puedan zambullirse en un festejo grande después de mucho tiempo.

En cuanto al equipo, es probable que Soso apele a los jugadores de mayor experiencia para jugar este partido, que será dirigido por el árbitro Fernando Echenique. Los zagueros que llegaron como refuerzos, Luciano Lollo y Víctor Cuesta, podrían jugar juntos por primera vez en la última línea “leprosa”. Ever Banega, que ante Defensa fue al banco e ingresó en el entretiempo, frente a Central estará desde el arranque. Y en el centro del ataque será por primera vez titular el paraguayo Carlos González. Todos ellos respaldados por el arquero Keylor Navas, que es el futbolista de mayor experiencia y jerarquía en el plantel.

“Es una oportunidad para saber de qué estamos hechos nosotros. Buscaremos imponer nuestra propia historia, más allá de lo que haya pasado en años anteriores”, apuntó el DT “rojinegro” Mariano Soso de cara al duelo con Central que se viene.

Soso describió que “es un momento de muchas frustraciones acumuladas, este deporte te pone a prueba, te coloca en un lugar que es saber de lo que uno está hecho, y cuando digo uno hablo de lo colectivo”. Acerca de las críticas de los hinchas, expresó: “La manifestación del hincha y las expresiones populares de ver un Newell’s en otro lugar y con otro juego, se expresa, hay que poder convivir con eso”.

Está claro que el clásico le llega a Newell’s en su peor momento. Un presente convulsionado, en el que todos deberán estar muy atentos para que esta situación no exceda lo deportivo y no se traslade a otros ámbitos de la ciudad, como la convivencia y la seguridad pública. Pero también es un partido de fútbol que puede desoír todos los pronósticos y darle al club la calma que ha perdido en el camino.