Del acto participaron autoridades locales, ex detenidos, familiares de detenidos y desaparecidos y vecinos.

Norma Méndez, hermana de Orlando René Méndez, desaparecido durante la dictadura cívico militar, enfatizó en el motivo de la convocatoria diciendo: “Como todos los años nos reunimos para mantener viva la memoria y en repudio de lo que ocurrió ese nefasto 24 de marzo de 1976 cuando un golpe cívico militar se apoderó del país y comenzó una terrible represión indiscriminada contra gran parte de la ciudadanía. Así es que fueron víctimas militantes populares opositores al gobierno de turno y a lo que ya se estaba gestando en toda Latinoamérica en las fuerzas armadas adiestradas en el Plan Cóndor. No solo secuestraron jóvenes sino también adultos, ancianos y lo peor niños que aún hoy continúan desaparecidos. Acá no hubo una guerra como todavía algunos dicen, acá hubo terrorismo de Estado donde las fuerzas armadas utilizando las armas, las instalaciones militares, vehículos y cárceles de propiedad del Estado secuestraron, torturaron, asesinaron, desaparecieron y expulsaron al exilio a gran cantidad de personas”, enfatizó.

A continuación, dijo: “En varias oportunidades he hecho uso de la palabra en este acto que se realiza en esta fecha, pero nunca he contado en un acto público el caso de mi familia porque siempre, como corresponde, el reclamo es por todos los que han sido víctimas de estos atropellos. Cuando estaba siendo un borrador de lo que iba a hablar pensé que tal vez una que ha vivido muy cerca el horror si cuenta lo que ha pasado en su familia quizás se toma más conciencia de lo sucedido. A grandes rasgos, muy resumido, porque, sino, estaríamos horas acá, les cuento que el 21 de octubre de 1976 secuestran en la ciudad de Buenos Aires, creemos que en la calle, a mi hermano Orlando René “Toto” Méndez que iba con su hijita de 11 meses, él no apareció nunca y a la hijita la encontramos después de varios días en la Casa Cuna de la ciudad de Buenos Aires, luego de recorrer cuantos lugares nos indicaran”.

DURO RELATO

“El 27 de diciembre de 1978 secuestran en la ciudad de Buenos Aires, en el departamento que vivía con su hija que ya tenía tres añitos, a la esposa de mi hermano, Leticia Oliva. Durante el oscuro procedimiento gritan, golpean y le pegan a Leticia, le vendan los ojos y se la llevan junto con todas las cosas de mayor valor que encontraron, todo esto delante de la nena. Siempre decíamos en mi familia que dentro de todo lo que sufrimos tuvimos la suerte, que otros no tuvieron, de recuperar la nena las dos veces”.

En su relato mencionó que “en el año 2005, 29 años después del secuestro de mi hermano nos enteramos por investigaciones realizadas por el Equipo Argentino de Antropología Forense que el mismo día del secuestro “Toto” llegó muerto a la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada), allí funcionaba una de las tantas cárceles clandestinas que había en el país. Hasta ahora no se han podido localizar sus restos. En el año 2015, a 39 años del secuestro de Leticia también gracias al trabajo silencioso del equipo de antropología forense nos enteramos que el cuerpo de Leticia apareció en Punta Indio provincia de Buenos Aires en la costa del Río de la Plata más o menos a los dos meses de su secuestro y estamos seguros que fue víctima de los macabros vuelos de la muerte, donde desde los helicópteros de la Armada tiraban gente viva al mar o al Río de la Plata”.

También detalló que su cuñada “fue sepultada como NN en el cementerio de Magdalena provincia de Buenos Aires y hasta ahora no hemos podido reunirnos con sus restos. Los antropólogos siguen buscando y excavando en distintas parcelas de dicho cementerio, por eso el duelo por los desaparecidos no tiene fin, por eso a los responsables de lo sucedido ni olvido ni perdón, solo justicia y memoria para que Nunca Más ocurra un golpe de estado en nuestro país, que no nos tergiversen los hechos ocurridos para que las generaciones venideras sepan la verdad de la historia”, finalizó.

En la continuidad del acto se pidió a los presentes un minuto de silencio como muestra de respeto a las personas desaparecidas y sus familias. También se colocó un arreglo floral al pie del monolito que recuerda a los desaparecidos de nuestro país.

Luego dio comienzo la intervención poética y artística, actividad colectiva y participativa con mosaiquismo con el lema “Elaboraremos 30.000 pañuelos por la memoria”, con la organización de la Dirección de Derechos Humanos, Genero y Diversidad.