En una casa en los márgenes de la ciudad de Santa Fe en el año 2003, tres hermanas, Sarah, María y Estela observan cómo la inundación va tomando sus vidas. En medio del drama afloran interrogantes sobre la violencia, y el dilema es terminante: su madre no quiere abandonar la casa. La decisión es huir y abandonarla o quedarse y morir. Mientras tanto, el desborde avanza hasta que pierden todo, incluso, la cabeza.
En “La hija sin cabeza” el elenco de mujeres propone sumergirse en esta tragicomedia que no escapa a los conflictos de la actualidad, en un mundo en el que las catástrofes con inundaciones como la de Bahía Blanca son cada vez más frecuentes.
La obra está inspirada en poetas como Estela Figueroa (santafesina que trabajó en su poesía la inundación de Santa Fe del 2003), María Negroni y Sarah Kane, entre otras mujeres que de alguna manera han escrito sobre el desborde, la maternidad, la locura y el amor.
“La hija sin cabeza, crónica poética de una inundación” se podrá ver todos los sábados de abril a las 21 en Teatro de La Manzana (San Juan 1950).
En esta historia, la naturaleza es como las madres, imprevisibles y llenas de leyes al mismo tiempo. Las tres hermanas buscan sobrevivir a través de la poesía y el desborde con actuaciones hilarantes y dramáticas, entre el dolor, la parodia y las pasiones.
La madre sabe que una de sus hijas perdió la cabeza, pero no recuerda quién y hacia el final de la obra ese misterio que hilvana los cuatro actos se esclarece: la pérdida a veces, es una cuestión de supervivencia.
Las hijas son frutos de los desamores de su madre, y ellas solo pueden rescatar de la inminente catástrofe los vestidos de novia que alguna vez usó la madre como esperanzas y los recuerdos de esos cuentos de amor como un puente humanizante entre la fantasía y la realidad.
La actriz y autora de esta historia, Paula Luraschi, dio algunas precisiones a Mirador en torno de su creación que ahora estrena y se podrá ver durante todo el mes en La Manzana. “Pensamos que es un tema muy actual, ya que son cada vez más usuales estas catástrofes naturales como la de Bahía Blanca recientemente. Buscamos metaforizar el desastre natural como un desborde del agua así como de las violencias en nuestro país, principalmente las violencias de género actuales”.
La obra está inspirada en poetas como Estela Figueroa (santafesina que trabajó en su poesía la inundación de Santa Fe del 2003), María Negroni y Sarah Kane.Foto: Gentileza.
Entonces pensaron en torno de la paradoja que tienen las hermanas, si irse y abandonar a su madre o quedarse y ahogarse: “La obra no busca juzgar o culpabilizar a alguien de la inundación sino mostrarla como espejo de la realidad que es terrible pero que puede tener humor”.
Consultada sobre cómo nació la idea, si bien ella estuvo a cargo de la dramaturgia, recordó que todo nació en el Profesorado de Teatro y Títeres N° 5029, para un trabajo del Taller de actuación 3 a cargo de la profesora Cristina Carozza: “Trabajamos con vestidos de novia, y ella nos propuso trabajar con algún poeta que nos interese. Entonces elegimos la antología poética de Estela Figueroa, El hada que no invitaron. Ahí descubrimos algunos de sus poemas en torno de la inundación de Santa Fe en 2003 que nos inspiraron. Investigamos sobre esa inundación que fue trágica, con 158 muertos y sin resolución judicial”.
Recordó sobre este grupo compuesto de mujeres: “Nos conocimos con las demás actrices en la carrera profesorado. Cristina venía trabajando la metáfora del agua, ya que venía de dirigir la obra Nadadoras, y Luciana es una directora que viene trabajando mucho desde lo tragicómico las diferentes feminidades y con muchos personajes femeninos, desde lo bizarro, lo grotesco, lo extravagante, asi como el humor en pleno sufrimiento”.
Ficha técnica
En escena: Sol Falcón, Paula Luraschi, Ornella Rossi
Dramaturgia: Paula Luraschi
Dirección: Luciana Di Pietro
Supervisión de dramaturgia y escena: Cristina Carozza
Asistencia de dirección y técnica: Virginia Esparza