Lucía Dozo
En marzo de 1896 -apenas tres meses después de la exhibición de los hermanos Lumière en París, a fines del año anterior- en la carpa del circo Frank Brawn, cerca del cruce Alberdi, ocurrió la primera proyección pública en Argentina. Dos años más tarde, en diciembre de 1898, se inauguró en Rosario el Cinematógrafo Lumière, la primera sala argentina de cine, que funcionó en calle Rioja 1.151.
Ya en el siglo XX, hacia 1950, en la ciudad había 48 salas en actividad. Los cines funcionaban como movilizador de cada barrio rosarino ya que estaban en casi toda la geografía urbana: 20 de los 49 cines se instalaron en los barrios.
Para 2006, las salas de cine se habían minimizado a los complejos multisala o a los shoppings, pero durante el siglo XX fueron centro de atracción cultural en los que se realizaban también otras actividades artísticas.
“Entre 1949 y 1958 funcionaban 48 salas cinematográficas, tres cines parroquiales y cinco cines al aire libre. Durante esa época vendían aproximadamente 8 millones de entradas anuales, cifra verdaderamente significativa para una población de 500 mil habitantes”, recuerda el escritor Sydney Paralieu en el libro “Los cines de Rosario. Ayer y hoy”. Ahí el autor detalla cómo Rosario era la única ciudad con salas barriales de relevancia, como las del cine Real, el Ópera y el América.
El trabajo de Paralieu pone al descubierto la fascinación que el cine ejerció sobre los rosarinos desde su mismo nacimiento. En su trabajo pone de relieve cómo el cine nació como arte popular y acompañó en sus orígenes a otras disciplinas: compartió escenario con zarzuelas, espectáculos de cantantes de tango, teatro y otras actividades. Y así lo explica con una anécdota: el mismo día que se estrenó en el cine Varieté “La favorita de la legión” cantó ahí Carlos Gardel, fusionando el tango con el cine. Esas casi 50 salas fueron parte de la historia cultural de la ciudad.
Cine Lumiére
Ubicado en Vélez Sarsfield 1.027, su comienzo se remonta al 15 de agosto de 1959, cuando esta sala anexa a la Sociedad de Socorros Mutuos pasó de ser un espacio de teatro y milonga a un ámbito para proyectar películas.
La apertura del Lumiére se concretó merced a dos personas clave: Modesto Bou y Manuel Rey, quienes venían ya con experiencias como operadores de cine en el Rex y el Ópera. La primera película que proyectaron aquel día de bautismo fue La dama y el vagabundo, de Walt Disney. El apogeo y caída de las salas de barrio tuvo un destino distinto para el Lumiére; gracias a la intervención municipal, no se convirtió en garaje ni en templo religioso. La Intendencia, con la participación de los fundadores, lo transformó en un centro cultural, y Modesto y Manuel siguieron, hasta su fallecimiento, en sus puestos originarios.
Cine Atlas
En Mitre 643 abrió el cine el 15 de marzo de 1991, con la proyección de Mi pobre angelito; anteriormente era la boite Paradise. Con una sala de 520 butacas, contaba con proyectores Philips Súper de 35 mm y la habilidad de técnicos rosarinos instalando el sistema de sonido emulador del Dolby. Cerró el 13 de febrero de 1999, con la proyección de Los profesionales. En 2005, en el lugar reabrió el Centro Cultural Atlas, que conserva la marquesina original.
La Comedia
En la cortada de Ricardone y Mitre, abrió en 1894 como teatro. En 1895 los hermanos Lumière inventaron el cinematógrafo y desde ese hecho fundante la sala empezó a presentar, a partir de 1899, funciones alternadas de cine y de teatro que continuaron hasta 1941. El teatro siguió funcionando hasta 1984, luego de esa fecha se intentó habilitar como cine gracias a la rosarina DAF, que construyó una sala para proyecciones sobrevolada detrás de la platea alta.
Reabrió el 17 de julio de 1985, con el filme James Bond en la mira de los asesinos. Contaba con una sala de 700 butacas. Su cierre fue el 28 de octubre de 1998, con la proyección de Vientos de esperanza. Posteriormente, la sala fue recuperada por la Municipalidad de Rosario y actualmente funciona allí el Teatro La Comedia.
Cine El Cairo
En 1913, en calle San Lorenzo estaba el Royal Cinematographe. Reformado, reabrió en 1915 como Royal Palace. Su cierre se produjo en 1916. La sala El Cairo se inauguró el 8 de mayo de 1945 con el filme Privilegio de mujer, con Charles Boyer e Irene Dunne. La decoración art déco de la sala fue obra del escultor rosarino Pedro Cresta y colaboradores: ofrece su pantalla con la exuberante imaginación del artista, que concibe relieves de palmeras, frutos y demás motivos naturalistas, hasta ondas marinas iluminadas con neón. Estrenó la pantalla panorámica el 24 de agosto de 1955. En 1970 el cine pasó a la empresa SER, de Emilio Cogliatti. Incorporó refrigeración, nuevo cielorraso, proyectores y 700 butacas en abril de 1977; el Cinemascope llegó el 26 de marzo de 1985.
Actualmente, es El Cairo Cine Público. Su edificio forma parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad y su tradición cinematográfica es parte del acervo cultural de la provincia y del país.
Madre Cabrini
Abrió en 1967 en avenida Pellegrini 669, en una sala de 400 butacas, equipada con material traído de Italia y linternas de proyección a lámpara. Al principio fue administrada por la comisión de padres del colegio Madre Cabrini. Poseía sonido estéreo surround, aire acondicionado y calefacción. Era la única sala en su estilo fuera del circuito comercial. Constituida como una de las más tradicionales salas de Rosario, funcionaba en el colegio homónimo, aunque poseía una entrada autónoma. En un principio, la sala era un salón de actos con proyector perteneciente al colegio, que la utilizaba para la proyección de películas patrióticas y religiosas, y para recolectar dinero con la venta de entradas para los viajes de egresados. En la década de 1970 se concesionó y se abrió al público. En 2018 cerró sus puertas.
Cine Monumental
En 1910, en la esquina de San Luis y San Martín, existía el Café San Martín que ofrecía funciones de cine. Al tiempo, se reformó: en 1930 incorporó nuevo equipo sonoro y en 1934 pasó a llamarse Cine San Martín. Con la construcción del actual edificio se llamó Cine Monumental y se inauguró el 19 de diciembre de 1935.
Tenía equipos Kalee 11 y sonido A.E.G. Se distinguía por dar una matinée infantil en episodios los sábados y domingos. En 1942 la sala fue comprada por la SER (Sociedad Exhibidora Rosarina). En mayo de 1955 incorporó la pantalla panorámica, con programa doble que combinaba un título estadounidense, La heroica cuadrilla, y uno en castellano, Ríase de la crisis, con el actor español Miguel Ligero Rodríguez. No era cine-teatro, pero pasaron por su escenario Niní Marshall, Juan Carlos Thorry, Francisco Canaro, Pepe Arias y Blanquita Amaro.
Estrenó el sistema Cinemascope el 10 de noviembre de 1955 con El manto sagrado, con sonido magnético a cuatro bandas. Los nuevos proyectores eran Micron 30. Fue la primera sala con cinemascope en la ciudad, pues días antes el cine Radar había intentado reproducir cinemascope, pero las funciones no fueron óptimas.
Solo funcionó un día y luego del cierre se reformó parte del edificio (con un proyecto del arquitecto Alberto Prebisch), reabriendo nuevamente en mayo de 1957. En 1968 incorporó aire acondicionado. El cine funcionó hasta el 31 de octubre de 1996, cuando cerró para construir el complejo con 4 salas, que sería el primero de la ciudad de Rosario y que se habilitó el 21 de agosto de 1997. En la actualidad funciona el renovado Nuevo Monumental.
Cine Arteón
En 1965 se creó un grupo de arte productor de obras teatrales y cortos cinematográficos llamado Arteón. El grupo artístico costeaba sus actividades realizando cortos publicitarios en película 35 mm color, proyectados en las funciones de los cines locales. El puntapié inicial en la instrucción audiovisual comenzó en 1969, también de la mano de Arteón. Fue el 27 de octubre de 1972 cuando la sala sufrió un ataque incendiario que consumió no solamente el auditorio, sino también filmes, archivos y papeles de administración. La sala fue reinaugurada el 15 de agosto de 1974. Desde 2019, pandemia mediante, Arteón fue el último de los cines que abrió tras el aislamiento sanitario, el 7 de octubre pasado de 2021. Este 2022, tras negociaciones privadas que llevaron dos años, el grupo de gestión cultural Arteón no seguirá cumpliendo funciones de exhibidora, pero sí continuará con la producción de cine y teatro. Se pierde así una de las salas que fue ícono del cine en la ciudad.
