Foto:Gentileza: Daniel Carballido.
Ariel Gustavo Pennisi
Mariana Sánchez y Alesandra Roczniak son las directoras encargadas de adaptar el texto del gran dramaturgo cordobés Arístides Vargas. Luego de un encuentro con el autor y con la incorporación de una pareja de actores (Sandra Mesa y Javier Ojeda), iniciaron durante el mes de agosto la segunda temporada de La muchacha de los libros usados, donde subieron a las tablas del Espacio Dorado del Centro Cultural de La Toma. Durante el mes de septiembre continúan con sus funciones los domingos 4, 11 y 18 a las 20 horas en el Teatro La Escalera (9 de Julio 324, Rosario).
En un mundo hostil y planificado, ella buscará su libertad
La muchacha de los libros usados está compuesta por 15 escenas por las que desfilan libros y relatos que narran a su vez el recorrido personal de la protagonista y sus intentos por subvertir el destino que le asignaron como mujer-mercancía. Afirman sus directoras, “en ocasiones un mismo personaje es encarnado por actores y actrices de distintas edades, como un gesto para pensar que la violencia de género no afecta a un solo tipo de mujer: son muchas quienes han padecido y padecen abusos, también las que se animan a decir basta y escribir otra historia”.
El actor Ariel Kalainis afirma: “es un drama con una temática bastante compleja y muy fuerte. Muy conmovedora para el público que nos dice que sale muy intervenido en el cuerpo por sus emociones. Por suerte con la poética que tiene Arístides al contar estas historias, se van mechado algunas cuestiones medias locas, aparentemente salidas del tema pero que funcionan de corte a este drama con situaciones cómicas” Susana Colosimo señala que encarnar los personajes de la obra los llevó a salir de la zona de confort, “ya que es una puesta donde el conflicto es permanente y que a su vez descubre aspectos de su pasado que afectan a su presente y marcan la forma en que van a enfrentar el futuro. Los personajes tienen características y comportamientos particulares, muy significativos incluidos en sus silencios. Durante toda la obra sufren cambios interiores lo que los transforma en personajes complejos, ricos en sus matices y emociones”.
Alesandra Roczniak y Mariana Sánchez son las encargadas de la adaptación del texto de Arístides Vargas, nos adentran en la historia al contarnos que La Muchacha describe poéticamente el sometimiento de su vida como mercancía, revelando la dureza vivida en el cuartel dentro de un gran número de libros que relata en el transcurso de la obra.
En el contante “anote, anotó, escriba esto”, que continuamente pronuncia al escribiente, refleja su mirada en la vejez de aquel pasado remoto de sus 14 años.
La propuesta estética intenta cruzar la vida de esta Muchacha con su historia de desamor y crueldad desde el seno familiar, con una puesta en escena que se centra en una caja negra que contiene los objetos indispensables y accesorios necesarios para la construcción de los personajes. La oscuridad e iluminación junto a efectos sonoros y el trabajo de seis actores con diferentes roles conforman la historia.
“Entre los objetos significativos de la obra se encontraran los libros distribuidos en el espacio (metáfora de aquella libertad anhelada); el cuchillo que afila el padre durante la venta; las plumas (en clara representación del hambre que gobierna al padre); accesorios como collares, delantales, paño rojo; que “funcionan como engranajes articulados de distintos dispositivos”, señalaron las realizadoras.
Sobre la decisión de elegir distintos actores para interpretar a lo largo de la obra un mismo personaje afirmaron: “dividir el personaje de la muchacha-mercancía y el del coronel-comprador en tres actrices y tres actores de distintas edades se realiza para mostrar que el personaje muchacha-hija no representa a una sola mujer sino a tantas que hayan padecido o padecen el abuso, la violencia y el descaro al punto de sentirse un objeto, luego que un comprador-marido, varón, coronel con poder, realiza la compra frente a otro vendedor-padre, varón, machista, sin ningún remordimiento”.
La profundidad del espíritu poético de la obra solo se logra con un gran labor del elenco, donde los actores recorren los personajes que intervienen en la historia de la muchacha desarrollando, con el vestuario y los accesorios, la búsqueda y construcción de los mismos sin dejar de lado la irrupción cíclica en el juego del lenguaje, “ese diálogo sordo -olvido del otro- que imponen un código de la incoherencia, originando la alternancia de dos planos en el discurso poético”, como explicaron sus directoras.
Un poco de historia
“La muchacha de los libros usados” es estrenada por primera vez en la ciudad de Rosario en 2021 y vuelve con su segunda temporada de la mano de un elenco de actores rosarinos dirigidos por Alesandra Roczniak y Mariana Sánchez. La trama de la obra gira en torno a la venta de una niña a un coronel, transacción acordada por su propia familia a los fines de consumar un casamiento. La búsqueda de la libertad en un contexto hostil y de represión patriarcal. Fue escrita por el gran dramaturgo argentino residente en Ecuador Arístides Vargas, fundador de uno de los grupos más prestigiosos de América Latina, Malayerba.
“En esta temporada cambiamos de salas, hubo incorporaciones en el elenco -los actores Sandra Mesa y Javier Ojeda- y modificaciones en la puesta relacionadas más que nada con lo espacial”, anticipa Roczniak y Sánchez agrega que “ahora los actores permanecen en escena todo el tiempo y a partir de ahí se desarrolla la trama. Hay más proximidad entre ellos”. Las directoras recuerdan que comenzaron a ensayar a principios de 2020 y por la situación sanitaria debieron introducir cambios. “Estamos volviendo a las ideas iniciales, previas a la pandemia, considerando la mirada de otros colegas que vieron la obra el año pasado y la del propio autor, con quien nos encontramos personalmente”,
explica la dupla.
Sandra Mesa relata, “El año pasado vi como espectadora la obra en una de las funciones que el grupo hizo en La Nave, y nunca imaginé que unos meses después estaría del otro lado, lo que sinceramente es un orgullo y una alegría. Siempre valoré la calidez y paciencia del grupo para conmigo y con Javier, los dos nuevos integrantes de este trabajo, lo que rápidamente nos hizo sentir como si hubiéramos estado en el grupo desde siempre y agrega “personalmente fue un desafío estar a la altura de la gran labor que tenían hecha, y todos trabajamos para reacomodarnos mutuamente y también en relación a los cambios en la puesta”.
Señala Sandra sobre el texto de Aristides Vargas que es difícil y bellísimo, explicando “ su dramaturgia parte de situaciones y hechos reales pero transforma todo ello en un texto poético al que nosotros ponemos cuerpos y emociones”.
Encuentro con Arístides
Exiliado en Ecuador, el argentino Arístides Vargas (1955- ) desarrolló una poética propia que dio lugar a destacadas obras como “Jardín de pulpos”, “La edad de la ciruela”, “Donde el viento hace buñuelos” y “Nuestra Señora de las nubes” transformándose con el tiempo en un referente de la dramaturgia latinoamericana. La temática de su dramaturgia gira en torno a la memoria, el desarraigo y la marginalidad. Obras con destellos de humor, amargura y esperanzas en un mundo mejor.
Rememora Alesandra Roczniak: “Habíamos estado en contacto con él de manera remota y fue muy emocionante y enriquecedor encontrarnos en junio en Rosario, cuando vino a dictar talleres de dramaturgia y actuación”, y agrega, “nos dijo que eligió contar la historia de esta muchacha a partir de los libros y valora que sea tomada por nuevos elencos porque cada uno aporta su propia mirada a la problemática de la mujer, del poder, de la familia, del dinero”.
Mariana Sánchez subraya: “Arístides es muy generoso con sus saberes, así que intercambiamos criterios. Tuvimos la posibilidad de compartir, es un maestro”, sin dejar de destacar la mirada crítica de Vargas la cual viene acompañada de “su capacidad de presentar planteos que llevan a la reflexión junto a un manejo poético del humor y la ironía, lo que genera distensión en algunos casos”, Roczniak complementa el pensamiento y afirma que la obra “resuena en muchas otras vidas, lo que genera proyección en el público”.
Sinopsis
El texto “La muchacha de los libros usados” del célebre dramaturgo cordobés Arístides Vargas, nos plantea la radiografía de un espacio de opresión en el que vive una muchacha vendida por su padre a un coronel. El comprador-marido somete a la joven a un espacio castrador donde una situación esperada será la puerta de entrada a la violencia sobre su cuerpo adolescente. Los libros como camino y posibilidad de fuga serán el nexo para lograr la salvación de esta mujer-mercancía. Por medio del juego, el olvido y el poder, esa situación de venta casi “normal” coloca a los personajes en un tiempo fuera del espacio. La puesta en escena se desarrolla en un recorrido de líneas rectas y figuras que los personajes recorren en el tiempo de forma triangular, rectangular y cuadrada.
Ficha
Dramaturgia: Arístides Vargas
Dirección y puesta en escena: Mariana Sánchez y Alesandra Roczniak
Actúan: Susana Colosimo, Lucía Prado, Sandra Mesa, Aníbal Vescovo, Ariel Kalainis y Javier Ojeda
Edición de audio: Sergio Aquilano
Vestuario: Denisse Spinelli
Maquillaje: Mariana Sánchez
Fotografía: Daniel Carballido
Funciones: domingos 4, 11 y 18 de septiembre a las 20
Lugar: Teatro La Escalera (9 de Julio 324, Rosario)
Reservas y anticipadas: 3415628274
Instagram y Facebook: lamuchachadeloslibrosusados
Mariana Sánchez y Alesandra Roczniak son las directoras encargadas de adaptar el texto del gran dramaturgo cordobés Arístides Vargas. Luego de un encuentro con el autor y con la incorporación de una pareja de actores (Sandra Mesa y Javier Ojeda), iniciaron durante el mes de agosto la segunda temporada de La muchacha de los libros usados, donde subieron a las tablas del Espacio Dorado del Centro Cultural de La Toma. Durante el mes de septiembre continúan con sus funciones los domingos 4, 11 y 18 a las 20 horas en el Teatro La Escalera (9 de Julio 324, Rosario).
En un mundo hostil y planificado, ella buscará su libertad
La muchacha de los libros usados está compuesta por 15 escenas por las que desfilan libros y relatos que narran a su vez el recorrido personal de la protagonista y sus intentos por subvertir el destino que le asignaron como mujer-mercancía. Afirman sus directoras, “en ocasiones un mismo personaje es encarnado por actores y actrices de distintas edades, como un gesto para pensar que la violencia de género no afecta a un solo tipo de mujer: son muchas quienes han padecido y padecen abusos, también las que se animan a decir basta y escribir otra historia”.
El actor Ariel Kalainis afirma: “es un drama con una temática bastante compleja y muy fuerte. Muy conmovedora para el público que nos dice que sale muy intervenido en el cuerpo por sus emociones. Por suerte con la poética que tiene Arístides al contar estas historias, se van mechado algunas cuestiones medias locas, aparentemente salidas del tema pero que funcionan de corte a este drama con situaciones cómicas” Susana Colosimo señala que encarnar los personajes de la obra los llevó a salir de la zona de confort, “ya que es una puesta donde el conflicto es permanente y que a su vez descubre aspectos de su pasado que afectan a su presente y marcan la forma en que van a enfrentar el futuro. Los personajes tienen características y comportamientos particulares, muy significativos incluidos en sus silencios. Durante toda la obra sufren cambios interiores lo que los transforma en personajes complejos, ricos en sus matices y emociones”.
Alesandra Roczniak y Mariana Sánchez son las encargadas de la adaptación del texto de Arístides Vargas, nos adentran en la historia al contarnos que La Muchacha describe poéticamente el sometimiento de su vida como mercancía, revelando la dureza vivida en el cuartel dentro de un gran número de libros que relata en el transcurso de la obra.
En el contante “anote, anotó, escriba esto”, que continuamente pronuncia al escribiente, refleja su mirada en la vejez de aquel pasado remoto de sus 14 años.
La propuesta estética intenta cruzar la vida de esta Muchacha con su historia de desamor y crueldad desde el seno familiar, con una puesta en escena que se centra en una caja negra que contiene los objetos indispensables y accesorios necesarios para la construcción de los personajes. La oscuridad e iluminación junto a efectos sonoros y el trabajo de seis actores con diferentes roles conforman la historia.
“Entre los objetos significativos de la obra se encontraran los libros distribuidos en el espacio (metáfora de aquella libertad anhelada); el cuchillo que afila el padre durante la venta; las plumas (en clara representación del hambre que gobierna al padre); accesorios como collares, delantales, paño rojo; que “funcionan como engranajes articulados de distintos dispositivos”, señalaron las realizadoras.
Sobre la decisión de elegir distintos actores para interpretar a lo largo de la obra un mismo personaje afirmaron: “dividir el personaje de la muchacha-mercancía y el del coronel-comprador en tres actrices y tres actores de distintas edades se realiza para mostrar que el personaje muchacha-hija no representa a una sola mujer sino a tantas que hayan padecido o padecen el abuso, la violencia y el descaro al punto de sentirse un objeto, luego que un comprador-marido, varón, coronel con poder, realiza la compra frente a otro vendedor-padre, varón, machista, sin ningún remordimiento”.
La profundidad del espíritu poético de la obra solo se logra con un gran labor del elenco, donde los actores recorren los personajes que intervienen en la historia de la muchacha desarrollando, con el vestuario y los accesorios, la búsqueda y construcción de los mismos sin dejar de lado la irrupción cíclica en el juego del lenguaje, “ese diálogo sordo -olvido del otro- que imponen un código de la incoherencia, originando la alternancia de dos planos en el discurso poético”, como explicaron sus directoras.
Un poco de historia
“La muchacha de los libros usados” es estrenada por primera vez en la ciudad de Rosario en 2021 y vuelve con su segunda temporada de la mano de un elenco de actores rosarinos dirigidos por Alesandra Roczniak y Mariana Sánchez. La trama de la obra gira en torno a la venta de una niña a un coronel, transacción acordada por su propia familia a los fines de consumar un casamiento. La búsqueda de la libertad en un contexto hostil y de represión patriarcal. Fue escrita por el gran dramaturgo argentino residente en Ecuador Arístides Vargas, fundador de uno de los grupos más prestigiosos de América Latina, Malayerba.
“En esta temporada cambiamos de salas, hubo incorporaciones en el elenco -los actores Sandra Mesa y Javier Ojeda- y modificaciones en la puesta relacionadas más que nada con lo espacial”, anticipa Roczniak y Sánchez agrega que “ahora los actores permanecen en escena todo el tiempo y a partir de ahí se desarrolla la trama. Hay más proximidad entre ellos”. Las directoras recuerdan que comenzaron a ensayar a principios de 2020 y por la situación sanitaria debieron introducir cambios. “Estamos volviendo a las ideas iniciales, previas a la pandemia, considerando la mirada de otros colegas que vieron la obra el año pasado y la del propio autor, con quien nos encontramos personalmente”,
explica la dupla.
Sandra Mesa relata, “El año pasado vi como espectadora la obra en una de las funciones que el grupo hizo en La Nave, y nunca imaginé que unos meses después estaría del otro lado, lo que sinceramente es un orgullo y una alegría. Siempre valoré la calidez y paciencia del grupo para conmigo y con Javier, los dos nuevos integrantes de este trabajo, lo que rápidamente nos hizo sentir como si hubiéramos estado en el grupo desde siempre y agrega “personalmente fue un desafío estar a la altura de la gran labor que tenían hecha, y todos trabajamos para reacomodarnos mutuamente y también en relación a los cambios en la puesta”.
Señala Sandra sobre el texto de Aristides Vargas que es difícil y bellísimo, explicando “ su dramaturgia parte de situaciones y hechos reales pero transforma todo ello en un texto poético al que nosotros ponemos cuerpos y emociones”.
Encuentro con Arístides
Exiliado en Ecuador, el argentino Arístides Vargas (1955- ) desarrolló una poética propia que dio lugar a destacadas obras como “Jardín de pulpos”, “La edad de la ciruela”, “Donde el viento hace buñuelos” y “Nuestra Señora de las nubes” transformándose con el tiempo en un referente de la dramaturgia latinoamericana. La temática de su dramaturgia gira en torno a la memoria, el desarraigo y la marginalidad. Obras con destellos de humor, amargura y esperanzas en un mundo mejor.
Rememora Alesandra Roczniak: “Habíamos estado en contacto con él de manera remota y fue muy emocionante y enriquecedor encontrarnos en junio en Rosario, cuando vino a dictar talleres de dramaturgia y actuación”, y agrega, “nos dijo que eligió contar la historia de esta muchacha a partir de los libros y valora que sea tomada por nuevos elencos porque cada uno aporta su propia mirada a la problemática de la mujer, del poder, de la familia, del dinero”.
Mariana Sánchez subraya: “Arístides es muy generoso con sus saberes, así que intercambiamos criterios. Tuvimos la posibilidad de compartir, es un maestro”, sin dejar de destacar la mirada crítica de Vargas la cual viene acompañada de “su capacidad de presentar planteos que llevan a la reflexión junto a un manejo poético del humor y la ironía, lo que genera distensión en algunos casos”, Roczniak complementa el pensamiento y afirma que la obra “resuena en muchas otras vidas, lo que genera proyección en el público”.
Sinopsis
El texto “La muchacha de los libros usados” del célebre dramaturgo cordobés Arístides Vargas, nos plantea la radiografía de un espacio de opresión en el que vive una muchacha vendida por su padre a un coronel. El comprador-marido somete a la joven a un espacio castrador donde una situación esperada será la puerta de entrada a la violencia sobre su cuerpo adolescente. Los libros como camino y posibilidad de fuga serán el nexo para lograr la salvación de esta mujer-mercancía. Por medio del juego, el olvido y el poder, esa situación de venta casi “normal” coloca a los personajes en un tiempo fuera del espacio. La puesta en escena se desarrolla en un recorrido de líneas rectas y figuras que los personajes recorren en el tiempo de forma triangular, rectangular y cuadrada.
Ficha
Dramaturgia: Arístides Vargas
Dirección y puesta en escena: Mariana Sánchez y Alesandra Roczniak
Actúan: Susana Colosimo, Lucía Prado, Sandra Mesa, Aníbal Vescovo, Ariel Kalainis y Javier Ojeda
Edición de audio: Sergio Aquilano
Vestuario: Denisse Spinelli
Maquillaje: Mariana Sánchez
Fotografía: Daniel Carballido
Funciones: domingos 4, 11 y 18 de septiembre a las 20
Lugar: Teatro La Escalera (9 de Julio 324, Rosario)
Reservas y anticipadas: 3415628274
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