Por Carlos Retamal
Un nuevo hecho violento perpetrado por personas que se desplazan en moto sacudió a la ciudad de Rosario en la noche de este viernes 26 de enero. Esta suerte de sicariato en la cual las balaceras pasaron a ser una costumbre dejó como saldo dos muertos.
El último episodio ocurrió en la zona de pasaje San Cayetano al 1500 bis, ubicado a unos 300 metros al noroeste del arroyo Ludueña y de avenida Sorrento, en una zona olvidada durante muchos años, que fue creciendo en construcciones precarias, terrenos tomados y urbanizándose en forma desordenada.
Unos minutos antes de las 21, varias personas se encontraban charlando en pasaje San Cayetano al 1500 bis, a pocos metros de una calle sin salida, ambas de tierra y pozos, que por las lluvias y tormentas que se abatieron sobre Rosario y la región, eran prácticamente intransitables a raíz del barrio y el agua acumulada, y también por la tenue llovizna que a esa hora se abatía sobre esa zona de la ciudad.
Ese panorama no fue impedimento para que varias personas se juntaran a charlar en el ingreso al angosto pasillo que con el correr del tiempo se fue convirtiendo en una calle.
Fuentes de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) señalaron que en un momento dos personas que se trasladaban en una moto tipo Honda CG Titán de color negra, aparecieron por el pasaje, en dirección sur-norte y al llegar hasta la altura del pasillo, detuvieron su marcha y quien iba como acompañante, un joven vestido con campera negra y vivos rojos, casco y barbijo, se bajó y fue directamente hacia donde estaba el grupo y al parecer sin mediar palabra, comenzó a disparar.
Una de las personas atacadas, identificada como Leopoldo Jacinto Medina, de 36 años, recibió varios disparos en el tórax y el abdomen y quedó tendida en el piso, en medio del pasto y el barro, en el perímetro que se corresponde al patio de una vivienda, y falleció prácticamente en el acto.
En tanto, un adolescente de 16 años, llamado Uriel Luciano Aguirre, salió corriendo hacia el norte por el pasaje San Cayetano, pero fue sorprendido por otros dos motociclistas que, desde una segunda moto, le efectuaron varios disparos prácticamente a quemarropa.
Algunos vecinos de la zona, que escucharon la estampida metálica de los disparos, salieron rápidamente de sus viviendas y, tras ver que el mayor había muerto, cargaron al joven en un auto y lo llevaron al hospital Alberdi, donde se le hicieron las primeras curaciones y luego fue derivado al Hospital de Emergencias, donde murió.
La fiscal en turno de la Unidad de Homicidios Dolosos, Georgina Pairola, dispuso que personal del Gabinete Criminalístico lleve a cabo un relevamiento de la escena del hecho, el levantamiento de rastros en una zona de difícil acceso y la toma de testimonios a vecinos del lugar y a posibles testigos del hecho, ya que en principio habrían sido varias las personas que estaban charlando en la entrada del pasillo cuando aparecieron los atacantes. Voceros señalaron que las víctimas vivían cerca del lugar del ataque y que en el lugar donde se produjo la balacera se secuestraron 6 vainas servidas calibre 380, que fueron enviadas a peritar.
Además, pidió que ambos cuerpos sean trasladados al Instituto Médico Legal (IML) para ser sometidos a autopsia y que personal de Agencia de Investigación Criminal lleve a cabo diversas medidas con el objetivo de establecer la motivación del ataque e identificar a los agresores. En base a datos relevados en forma preliminar, el hecho estaría vinculado a un ajuste de cuentas ya que la zona es de difícil acceso y mucho más tras el temporal que se extendió por casi 48 horas.
Con estas dos muertes ya son 18 los homicidios en el mes de marzo y 54 en todo 2021 en el departamento Rosario.
Ambicioso proyecto
Si bien se fueron haciendo algunas obras en forma esporádica, la zona donde se cometió el doble crimen estuvo postergada durante décadas. El lugar fue creciendo en forma desordenada, abriendo calles de tierra que conectaran avenida Sorrento con calle Génova.
Finalmente, en el marco del plan Abre que llevó adelante la gestión socialista a nivel provincial, se incluyó al barrio en uno de los planes más ambiciosos. Denominado ‘Proyecto Barrio Empalme’ o ‘Cullen y Sorrento’, y junto a la Municipalidad de Rosario, se comenzó con la planificación de una obra que incluía apertura de calles, mejora de servicios y un importante proceso social de inclusión. Para esto se expropiaron terrenos donde se ubica el asentamiento.
El ambicioso proyecto, en el cual estaba incluido el pasaje San Cayetano, preveía la adecuación y rectificación de drenajes a cielo abierto; iluminación; mejoramiento integral del sistema de agua potable; carpeta asfáltica y hasta una plazoleta con cancha de fútbol, bancos, juegos, un arenero, árboles y más de 450 m de senderos perimetrales.