Daniel Domínguez [email protected]


No son horas sencillas para el entrenador de Central, Cristian Kily González, pese a que él se mantenga fuerte y firme en sus convicciones. Las últimas derrotas y, sobre todo, las diferencias que comenzaron a surgir con la comisión directiva llevaron al DT a un lugar incómodo. Tan incómodo que este sábado se jugará su continuidad ante Atlético Tucumán en el Gigante de Arroyito.

El Kily sabe de paradas difíciles. Esta no es la primera vez que está en la cuerda floja, pero sí es diferente. La sucesión de malos resultados y la distancia que se generó entre los máximos responsables de la institución "canalla" y el plantel, cambiaron el curso de las cosas.

Pese a esto, desde el cuerpo técnico saben que dependen de ellos mismos y cuenten con el total aval de los jugadores. Justamente, para el duelo ante el Decano, Emiliano Vecchio, el jugador bandera de esta etapa, estará en condiciones de ser de la partida.

El talentoso volante venía arrastrando distintas molestias físicas que lo privaron de estar al ciento por ciento, hecho que, incluso, lo llevó a poner en duda su continuidad más allá de diciembre. Otro de los experimentados que volverá a la titularidad este fin de semana, será el lateral derecho Damián Martínez, de buenas producciones en este 2021 con gol incluido en el clásico en el Parque Independencia (1-1).

Todo Central sabe que no hay otra opción que sumar de a tres. Enfrente estará uno de los peores equipos del campeonato y no puede perder más puntos si, de verdad, quiere clasificar a la próxima Copa Sudamericana.

Atlético Tucumán, ahora dirigido por Pablo Cholo Guiñazú, llegará a Rosario con dos derrotas consecutivas: 4-1 contra Platense y la última, 2-0 en su casa ante Racing. El Cholo asumió en la jornada 17 y por el momento no sabe lo que es ganar, ya que en sus primeras dos presentaciones empató 1-1 con Estudiantes y 2-2 con Patronato.

El registro de los tucumanos, entre la conducción de Omar De Felippe y la de Guiñazú arroja un total de 21 puntos en 20 fechas, con cinco victorias, seis empates y nueve derrotas.

Los auriazules deberán enfocarse en este encuentro, no sacar cuentas de antemano y empezar a dejar atrás días de muchas versiones internas. No son pocas las voces que se alzaron después de la derrota canalla en Florencio Varela. Y, algunas de ellas, molestaron sobremanera al entrenador.

El Kily es consciente de que el equipo no está en su mejor nivel, pero también siente que le "soltaron la mano desde arriba". Es que el presidente Rodolfo Di Pollina, el vice Ricardo Carloni y el mánager Raúl Gordillo, se llamaron a silencio en las últimas semanas y dejaron al orientador táctico defenderse solo.

Lejos de considerarlo un acto de confianza, puertas para adentro, tanto jugadores como cuerpo técnico, sienten que los dirigentes solo aparecen cuando las cosas van bien, como fue después del clásico que Central ganó por goleada ante Newell's o en la previa de los cuartos de final de la actual edición de la Sudamericana.

Las declaraciones del Magnate Vecchio, los dichos del Kily sobre los "pibes" y las críticas de los referentes no hacen más que crear un clima espeso a la espera del duelo del sábado.

Uno de los aspectos más negativos de toda esta trama es que los de Arroyito están apenas a cuatro puntos del último cupo para sacar el boleto internacional y esto no hace más que generar un gasto de energía sumamente negativo para el objetivo grupal.

Si Central vence a Atlético, encarará la recta final con otro ánimo, pese a que el fixture le presente desafíos sumamente complejos: el jueves 25 visitará a Colón en Santa Fe, el domingo 28 recibirá a River en el Gigante, para cerrar contra Lanús en el Sur del Gran Buenos Aires y ante Huracán en Rosario.

El Kily sabe lo que se juega. Confía a pleno en sus muchachos. Tiene bronca contenida y la quiere descargar consiguiendo una nueva clasificación a una competencia internacional. La decisión final, mal que le pese al DT, la terminará tomando la comisión directiva, la misma que hoy mira de reojo el partido del sábado y los contactos telefónicos de posibles sustitutos.

Esta no es la primera vez que está en la cuerda floja, pero sí es diferente. La sucesión de malos resultados y la distancia que se generó entre los máximos responsables de la institución "canalla" y el plantel, cambiaron el curso de las cosas.