Foto: Gentileza.
Ariel Gustavo Pennisi
La eficacia del arte de la deducción llevaron en el pasado a ganarse un nombre al detective E. Triputti (como le gusta que lo llamen, aunque Evidencio Triputti sea su nombre completo) en el mapa policial del sur santafesino. Ya supo transitar la gran metrópolis rosarina, travesía que podemos leer en la novela “Crimen en el pasaje” (Ciudad Gótica, 2013). El amor lo llevó a vivir en Venado Tuerto un fin de semana de pasión que se desvaneció ante un secuestro que supo resolver en “La ley Muia” (Baltasara Editora; 2018).
“Hinter” se presenta como la tercer novela policial de Lucrecia Mirad, convocando a nuestro ya célebre inspector a una nueva ciudad en continuidad “con la idea de recuperar las voces de las comunidades que no pertenecen a la voz omnipresente del centro”, como afirma su autora en diálogo con Mirador Provincial.
Es el turno de Casilda, la ciudad santafesina que la vio nacer y vivir gran parte de su adolescencia. Tercer caso, tercera novela, tercera ciudad santafesina. Pronto vendrán ciudades como Victoria (Entre Ríos) que convoquen los servicios detectivescos, pero no nos aventuremos por el momento.
Casilda no solo es el lugar de nacimiento de Lucrecia, sino que allí vivió hasta su adolescencia, donde gran parte de su imaginación y creatividad para convertirse en la escritora que hoy es, encontraron su causa en las leyendas urbanas que constituyen el imaginario colectivo. Ella recuerda: “Crecí con algunas historias convertidas en leyendas urbanas y no por eso dejaron de ser ciertas. Allá por los ’60 y a tres cuadras de casa, La Renga de Chabás mató a sifonazos a un prestamista”.
Lucrecia es rosarina por adopción, pero nunca se olvida de sus raíces, aquellas que conformaron su identidad de escritora. Leyendas que se enriquecen con huellas históricas que están a la vista para ser recolectadas por cualquier curioso como lo es E. Trupilli: “Si a eso agrego túneles inquietantes que se van encontrando en los subsuelos del área más antigua de la ciudad, o que el cuadro de la biblioteca Casado, mi biblioteca de la época de la escuela, luce con orgullo un cuadro de José Casado pintado por el hermano del fundador, Carlos Casado del Alisal; pintor de la corte del rey de España Alfonso Xll y cuya obra también se encuentra en el museo de Prado, España… y que está lleno de signos masones…¡Cómo no vas a escribir un policial con eso!” agrega con lógico entusiasmo sin olvidar: “Una de las primeras comisiones de fomento de Casilda, del barrio Nueva Roma tiene un remate de un águila con las alas abiertas muy asociada a los fascismos italianos y nazis…”.
Profundas raíces que marcan con una simple pregunta su amor por los policiales y su búsqueda narrativa: “¿No estás obligada a ficcionar esas historias sacadas de la vida real?”. Al preguntarle a Lucrecia Mirad que es “Hinter”, su tercera novela policial, fue contundente: “Hinter es un delirio histórico” y aclara “delirio y humor son dos de las características de mis policiales que distan bastante de entrar en la categoría de novela negra. Policiales pampeanos sería una mejor definición”.
En los procesos creativos de la autora, siempre está el estudio y la información como pilares esenciales de la historia: “Estudio y me documento para poder subvertir la realidad y componer con ella una realidad paralela, goce inmenso que tenemos todos los que escribimos”.
Al consultarle sobre la diferencia entre la constitución de la escritura testimonial o policial, ambos aspectos de la narrativa trabajados por Mirad, afirmó: “La autora de las novelas policiales no se constituye de la misma manera que las que escribe letra testimonial. Cuando me meto a construir un caso, toda mi esencia racional brilla libre y es acompañada por cierto humor negro que, tanto como la razón, nacieron conmigo. Ambos ingredientes están bajo vigilancia cuando desarrollo las otras tramas que, generalmente, tienen que ver con padecimientos de identidad/desidentidad. Una especie de Jekil y Hyde en mi cuerpo de autora”.
Próximos proyectos literarios
En alguna oportunidad, supo afirmar para Mirador Provincial en el marco de la presentación de su novela “Belga Chocolate Belga” (2021): “Escribo sobre todo novelas, aunque me inicié escribiendo cuentos. Aún lo hago y en breve los compilaré en un libro”, anticipo que sigue vigente en su próximo proyecto en ejecución “PH ácido”, lo que será su primer libro de cuentos. No implica que todo quede ahí, vendrán también la novela “Un día, la casa Azul sobre Manhattan” y una obra que la autora define como híbrida y llamará “Un día”, la misma relatará la vida en un edificio donde cada departamento es un mundo, resolviéndose con cuentos que se relacionan de forma vertical por medio del ascensor que vincula a los personajes de los distintos relatos.
La obra de Lucrecia Mirad
El año 2012 encuentra a Lucrecia con la publicación de dos novelas, “Batón y Poder” (Editorial UNR), la cual es definida como folletín de barrio por la autora. En la misma una puntera política conocida como Juana Domínguez se encuentra en matrimonio con Álvaro Rojas y tiene el sueño de dedicar una plana a construir en memoria de la madre de los descamisados, Eva Perón.
Su segunda novela del año titula “Fragmentos” (Ciudad Gótica). En esta oportunidad la trama gira en torno a Dardo quien es un heredero de una familia de clase media alta y se debate entre el desamor de sus padres y su desidentidad total, dentro de ellas la identidad de género, problemáticas recurrentes en la narrativa de Mirad.
El 2013 presenta una nueva historia narrada con el sello literario de Ciudad Gótica, en este caso un policial al que llamó “Crimen en el Pasaje”. En él, evidencia a E. Triputti, un investigador privado sobreviviente de los colapsos del país. El protagonista recala en el Pasaje Francés dónde conoce a la “Banda de desclasados y perdedores” que conforman los comerciantes del lugar. Sucede un hecho que despierta la pulsión de saber del detective que buscará por todos sus medios resolver los acontecimientos. Debut literario en el género y nacimiento de su personaje E. Triputti.
“Crónica de una Resurrección” (Ciudad Gótica, 2014), es una novela con altos componentes psicológicos donde su protagonista Adela sufre un episodio que la confina a la internación en estado catatónico. Su hermana y dos primas irán a visitarla y descargarán sus pecados de familia, creyendo que se están confesando ante una Adela casi muerta, que no las escucha. Interpela al lector sobre muchos interrogantes, sobre todo el rol otorgado socialmente al padeciente. Novela profunda, humana.
El entramado psicológico policíaco de E.Triputti continúa en “La ley Muia” (Baltasara Editora; 2018), donde el protagonista va a Venado Tuerto, sumergido en un fin de semana de amor y pasión. El amor se desvanece al encontrarse con un secuestro silenciado en la ciudad. La ley Muia la expone como una artista que sabe cómo crear intriga y estimular la curiosidad del lector.
Como mencioné arriba, la construcción de identidades es un tema que atraviesa la producción de Mirad, sin dejar de lado el entramado sociopolítico que entretejen y alimentan la famosa tríada bio-psico-social que sintetizan las identidades.
La memoria ocupa un lugar importante en la autora. “Azafrán” (Editorial Planeta, 2019) es una historia dedicada a nuestras abuelas. La trama gira en torno a la emigración desde Alicante a Argentina de Antonia Casas, teniendo en cuenta su migración interna hasta su último destino. Novela atípica, exquisita, donde la protagonista se ve acompañada en toda su vida por recetas de distintos menús. Colabora en la producción de la narrativa Viviana Lepes quien aporta su conocimiento en el arte culinario.
Su primer libro publicado en el mundo pandémico es “Belga Chocolate Belga” (2021) siendo el primero con el sello de la editorial rosarina Homo Sapiens. Suma a su oasis de temáticas la enorme e inacabada problemática del deseo, la construcción del mismo desde la des-identidad. La historia se desarrolla en torno a dos hermanas conmocionadas por un hecho que las golpea. El dilema entre el recuerdo y la búsqueda de las causalidades o el olvido de lo traumático para seguir adelante las posiciona en lugares existenciales disímiles ante una misma situación vivencial.
Con su reciente “Hinter” (Baltasara Editora, 2022) Evidencio Triputti vuelve a trabajar, haciendo lo que mejor sabe, investigar. Esta vez en Casilda, ciudad natal de Lucrecia.
Bio
Lucrecia Mirad (1954) nació en Casilda, provincia de Santa Fe, y actualmente reside en la ciudad de Rosario. Es arquitecta y escritora. Tiene un extenso camino literario que se resume al día de la fecha en ocho novelas publicadas. Con la reciente novela “Hinter”, vuelve al género policial en las peripecias que conforman la tercera Historia de E. Triputti. La multifacética autora coordina y dirige el espacio de producción literaria “El laboratorio de Autor”. Además colabora en la sección Contratapa de Rosario/12. Como futuros proyectos en estado de ejecución aparecen su primer libro de cuentos “PH ácido”, su novena novela “Un día, la casa azul sobre Manhattan” y la obra “Un día”, definida como “un híbrido” por parte de la autora.
La eficacia del arte de la deducción llevaron en el pasado a ganarse un nombre al detective E. Triputti (como le gusta que lo llamen, aunque Evidencio Triputti sea su nombre completo) en el mapa policial del sur santafesino. Ya supo transitar la gran metrópolis rosarina, travesía que podemos leer en la novela “Crimen en el pasaje” (Ciudad Gótica, 2013). El amor lo llevó a vivir en Venado Tuerto un fin de semana de pasión que se desvaneció ante un secuestro que supo resolver en “La ley Muia” (Baltasara Editora; 2018).
“Hinter” se presenta como la tercer novela policial de Lucrecia Mirad, convocando a nuestro ya célebre inspector a una nueva ciudad en continuidad “con la idea de recuperar las voces de las comunidades que no pertenecen a la voz omnipresente del centro”, como afirma su autora en diálogo con Mirador Provincial.
Es el turno de Casilda, la ciudad santafesina que la vio nacer y vivir gran parte de su adolescencia. Tercer caso, tercera novela, tercera ciudad santafesina. Pronto vendrán ciudades como Victoria (Entre Ríos) que convoquen los servicios detectivescos, pero no nos aventuremos por el momento.
Casilda no solo es el lugar de nacimiento de Lucrecia, sino que allí vivió hasta su adolescencia, donde gran parte de su imaginación y creatividad para convertirse en la escritora que hoy es, encontraron su causa en las leyendas urbanas que constituyen el imaginario colectivo. Ella recuerda: “Crecí con algunas historias convertidas en leyendas urbanas y no por eso dejaron de ser ciertas. Allá por los ’60 y a tres cuadras de casa, La Renga de Chabás mató a sifonazos a un prestamista”.
Lucrecia es rosarina por adopción, pero nunca se olvida de sus raíces, aquellas que conformaron su identidad de escritora. Leyendas que se enriquecen con huellas históricas que están a la vista para ser recolectadas por cualquier curioso como lo es E. Trupilli: “Si a eso agrego túneles inquietantes que se van encontrando en los subsuelos del área más antigua de la ciudad, o que el cuadro de la biblioteca Casado, mi biblioteca de la época de la escuela, luce con orgullo un cuadro de José Casado pintado por el hermano del fundador, Carlos Casado del Alisal; pintor de la corte del rey de España Alfonso Xll y cuya obra también se encuentra en el museo de Prado, España… y que está lleno de signos masones…¡Cómo no vas a escribir un policial con eso!” agrega con lógico entusiasmo sin olvidar: “Una de las primeras comisiones de fomento de Casilda, del barrio Nueva Roma tiene un remate de un águila con las alas abiertas muy asociada a los fascismos italianos y nazis…”.
Profundas raíces que marcan con una simple pregunta su amor por los policiales y su búsqueda narrativa: “¿No estás obligada a ficcionar esas historias sacadas de la vida real?”. Al preguntarle a Lucrecia Mirad que es “Hinter”, su tercera novela policial, fue contundente: “Hinter es un delirio histórico” y aclara “delirio y humor son dos de las características de mis policiales que distan bastante de entrar en la categoría de novela negra. Policiales pampeanos sería una mejor definición”.
En los procesos creativos de la autora, siempre está el estudio y la información como pilares esenciales de la historia: “Estudio y me documento para poder subvertir la realidad y componer con ella una realidad paralela, goce inmenso que tenemos todos los que escribimos”.
Al consultarle sobre la diferencia entre la constitución de la escritura testimonial o policial, ambos aspectos de la narrativa trabajados por Mirad, afirmó: “La autora de las novelas policiales no se constituye de la misma manera que las que escribe letra testimonial. Cuando me meto a construir un caso, toda mi esencia racional brilla libre y es acompañada por cierto humor negro que, tanto como la razón, nacieron conmigo. Ambos ingredientes están bajo vigilancia cuando desarrollo las otras tramas que, generalmente, tienen que ver con padecimientos de identidad/desidentidad. Una especie de Jekil y Hyde en mi cuerpo de autora”.
Próximos proyectos literarios
En alguna oportunidad, supo afirmar para Mirador Provincial en el marco de la presentación de su novela “Belga Chocolate Belga” (2021): “Escribo sobre todo novelas, aunque me inicié escribiendo cuentos. Aún lo hago y en breve los compilaré en un libro”, anticipo que sigue vigente en su próximo proyecto en ejecución “PH ácido”, lo que será su primer libro de cuentos. No implica que todo quede ahí, vendrán también la novela “Un día, la casa Azul sobre Manhattan” y una obra que la autora define como híbrida y llamará “Un día”, la misma relatará la vida en un edificio donde cada departamento es un mundo, resolviéndose con cuentos que se relacionan de forma vertical por medio del ascensor que vincula a los personajes de los distintos relatos.
La obra de Lucrecia Mirad
El año 2012 encuentra a Lucrecia con la publicación de dos novelas, “Batón y Poder” (Editorial UNR), la cual es definida como folletín de barrio por la autora. En la misma una puntera política conocida como Juana Domínguez se encuentra en matrimonio con Álvaro Rojas y tiene el sueño de dedicar una plana a construir en memoria de la madre de los descamisados, Eva Perón.
Su segunda novela del año titula “Fragmentos” (Ciudad Gótica). En esta oportunidad la trama gira en torno a Dardo quien es un heredero de una familia de clase media alta y se debate entre el desamor de sus padres y su desidentidad total, dentro de ellas la identidad de género, problemáticas recurrentes en la narrativa de Mirad.
El 2013 presenta una nueva historia narrada con el sello literario de Ciudad Gótica, en este caso un policial al que llamó “Crimen en el Pasaje”. En él, evidencia a E. Triputti, un investigador privado sobreviviente de los colapsos del país. El protagonista recala en el Pasaje Francés dónde conoce a la “Banda de desclasados y perdedores” que conforman los comerciantes del lugar. Sucede un hecho que despierta la pulsión de saber del detective que buscará por todos sus medios resolver los acontecimientos. Debut literario en el género y nacimiento de su personaje E. Triputti.
“Crónica de una Resurrección” (Ciudad Gótica, 2014), es una novela con altos componentes psicológicos donde su protagonista Adela sufre un episodio que la confina a la internación en estado catatónico. Su hermana y dos primas irán a visitarla y descargarán sus pecados de familia, creyendo que se están confesando ante una Adela casi muerta, que no las escucha. Interpela al lector sobre muchos interrogantes, sobre todo el rol otorgado socialmente al padeciente. Novela profunda, humana.
El entramado psicológico policíaco de E.Triputti continúa en “La ley Muia” (Baltasara Editora; 2018), donde el protagonista va a Venado Tuerto, sumergido en un fin de semana de amor y pasión. El amor se desvanece al encontrarse con un secuestro silenciado en la ciudad. La ley Muia la expone como una artista que sabe cómo crear intriga y estimular la curiosidad del lector.
Como mencioné arriba, la construcción de identidades es un tema que atraviesa la producción de Mirad, sin dejar de lado el entramado sociopolítico que entretejen y alimentan la famosa tríada bio-psico-social que sintetizan las identidades.
La memoria ocupa un lugar importante en la autora. “Azafrán” (Editorial Planeta, 2019) es una historia dedicada a nuestras abuelas. La trama gira en torno a la emigración desde Alicante a Argentina de Antonia Casas, teniendo en cuenta su migración interna hasta su último destino. Novela atípica, exquisita, donde la protagonista se ve acompañada en toda su vida por recetas de distintos menús. Colabora en la producción de la narrativa Viviana Lepes quien aporta su conocimiento en el arte culinario.
Su primer libro publicado en el mundo pandémico es “Belga Chocolate Belga” (2021) siendo el primero con el sello de la editorial rosarina Homo Sapiens. Suma a su oasis de temáticas la enorme e inacabada problemática del deseo, la construcción del mismo desde la des-identidad. La historia se desarrolla en torno a dos hermanas conmocionadas por un hecho que las golpea. El dilema entre el recuerdo y la búsqueda de las causalidades o el olvido de lo traumático para seguir adelante las posiciona en lugares existenciales disímiles ante una misma situación vivencial.
Con su reciente “Hinter” (Baltasara Editora, 2022) Evidencio Triputti vuelve a trabajar, haciendo lo que mejor sabe, investigar. Esta vez en Casilda, ciudad natal de Lucrecia.
Bio
Lucrecia Mirad (1954) nació en Casilda, provincia de Santa Fe, y actualmente reside en la ciudad de Rosario. Es arquitecta y escritora. Tiene un extenso camino literario que se resume al día de la fecha en ocho novelas publicadas. Con la reciente novela “Hinter”, vuelve al género policial en las peripecias que conforman la tercera Historia de E. Triputti. La multifacética autora coordina y dirige el espacio de producción literaria “El laboratorio de Autor”. Además colabora en la sección Contratapa de Rosario/12. Como futuros proyectos en estado de ejecución aparecen su primer libro de cuentos “PH ácido”, su novena novela “Un día, la casa azul sobre Manhattan” y la obra “Un día”, definida como “un híbrido” por parte de la autora.
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La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
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