Nahuel Benítez tiene 32 años. Dejó su ciudad natal cuando tenía 13, pero regresó durante 2020, en plena pandemia, por cuestiones familiares y por presiones que venía sufriendo, que lo llevaron a dejar el fútbol profesional.

Fue el goleador de inferiores en San Lorenzo, club que lo recibió y llevó a debutar en Primera División. También tuvo paso por la Selección Juvenil con la camiseta de Argentina. Luego jugó en Olimpo de Bahía Blanca, Deportivo Riestra, Estudiantes de Caseros y Talleres de Remedios de Escalada, entre otros. En ese paso por varios clubes tuvo la posibilidad de conocer a Diego Maradona, de escuchar sus consejos, disputar “picados” contra el 10 y, como buen entrerriano, ser su cebador oficial de mate.

Aunque decidió retirarse por las lesiones, el parate de pandemia y su situación familiar, pensó en seguir con la actividad desde otro plano: teniendo su propio club. Así fue que formó el Real Concordia, el porqué del nombre es sencillo, admira al Real Madrid y quería que el nombre de su ciudad figurara en todos los lugares en donde compita, porque su objetivo es llegar lejos.
Tan ambicioso es que ese proyecto que comenzó con categorías formativas en 2020 y que materializó una primera división en agosto de 2021 ya tuvo un primer fruto, nada más ni nada menos que un ascenso desde la primera B de la Liga Concordiense de Fútbol a la A.

El torneo en la segunda categoría fue excelente para el club que recién comenzó. Fue el único equipo invicto de principio a final. Cosechó 29 puntos en su zona, empató en las semifinales, pero clasificó por ventaja deportiva y Nahuel Benítez cumplió el sueño de todo jugador, convirtió el gol en el 1 a 0 de la final frente a Juventud Unida de Benito Legerén, resultado que les valió el título, la escalada de categoría y una plaza en la Copa Entre Ríos.

Convicción, experiencias y alegría

Luego de ser campeón, el delantero que es fundador, presidente y jugador de Real Concordia habló con Mirador Entre Ríos y contó cuáles son las claves del campeonato logrado y qué proyecto tiene para cumplir su deseo de “llevar al fútbol de Concordia a donde merece estar”.

“Estoy muy emocionado por haber salido campeón y por el ascenso, porque es algo que venimos planificando desde el año pasado como objetivo del club. Anteriormente habíamos trabajado para crear las categorías formativas del infanto juvenil y la etapa final era tener sub 17, reserva y primera, con la idea futbolística de que todas las categorías sean protagonistas y tengan buen juego, y eso fue lo que logramos, además de mantener el invicto y ser los que más puntos hicimos”, contó.

Con emoción, repasó lo que tuvo que hacer para llegar a la que, dice, es la primera meta. “Dejé el fútbol profesional en el año de pandemia por lesiones y por mi familia. Mi padre tenía una enfermedad terminal y decidí volver a Concordia para estar con él y sobre todo acompañar y disfrutar a mi mamá, ya que me fui a los 13 años a una pensión en Buenos Aires y quería finalizar con eso porque necesitaba estar con mi familia, sentía que había perdido esas cosas por el fútbol. Volví con una idea que tenía desde chico que era formar mi club y hoy puedo decir que lo logré y que estoy sorprendido por lo rápido que se dio el ascenso, aunque también vale contar que no fue de un día para el otro y que lo materialicé en 2020, pero en realidad es algo que sueño desde siempre y que llevó tiempo”, dijo.

El jugador destaca su paso por clubes grandes, el roce con dirigentes, técnicos y jugadores de primer nivel y asegura que eso fue de gran ayuda. “Tener experiencias con gente formada fue fundamental. Además, en el gremio de futbolistas hay distintos cursos, hay becas y yo hice asesoría deportiva, coaching, la carrera de entrenador de 3 años en Conmebol, y aproveché todo lo que el gremio daba porque creo que saber y conocer sobre gestión deportiva es importantísimo. Me reuní con presidentes de clubes, ellos me dieron ideas y fui resolviendo, decidiendo, haciendo un trabajo con el deseo y la ilusión de crecer”, detalló.

Su estadía en Concordia lo llevó a pensar en que su sueño del club propio podía ser uno que lleve el nombre de la ciudad y, por qué no, dar el paso a otras categorías con la Liga del lugar que lo vio nacer. “Algunos amigos me dijeron que lo piense, pero yo quiero imponer una unidad porque esa es la salida. Yo tengo ambiciones de que el equipo llegue al menos al Federal A, porque eso le haría bien a la ciudad, al turismo, y por eso le puse Concordia en el nombre. Me puse la idea en la cabeza de saltear los obstáculos y de generar una vista a futuro para dejarle algo a esta ciudad a la que le debo mucho, que es la ciudad que amo y que creo que más allá de lo que pasa, da muchas oportunidades”.

“Cuando arrancamos con el proyecto de primera, en agosto de 2021, teníamos una idea de juego. Hicimos amistosos contra el campeón de la B y nos dimos cuenta de que estábamos bien, pero faltaban detalles, así que corregimos, fuimos reformando, empezamos a ganar, confiamos y trabajamos mucho. No esperábamos ascender tan rápido, pero se nos dio y ahora asumiremos las responsabilidades de lo que significa jugar en la A de Concordia, que va a ser un gran desafío por cómo se juega y será parte de un largo camino que tenemos por delante”, aseguró, confiado.

Además de la máxima categoría concordiense, Real Concordia está ajustando detalles para disputar la Copa Entre Ríos. “Estamos charlando con algunos refuerzos y pensando en algunos cambios, porque para ser competitivos no hay que estar estáticos, debemos adaptarnos a las competencias que se nos vienen. La Copa Entre Ríos es objetivo nuestro porque nos podría dar una plaza para el Torneo Regional, que es lo que buscamos tanto para el club como para la ciudad, que se merece competir lo más alto posible por el nivel de nuestro fútbol y porque vimos que la gente está llenando las canchas, las familias volvieron a ir, y queremos que eso suceda cada vez más. Es algo que nos merecemos y disfrutamos mucho los deportistas y le hace bien al espectáculo”.

A dos años de empezar a materializar su sueño de tener un club, Benítez logró el primer objetivo y no está conforme, sigue proyectando y pensando en ir por más.