Una mujer encerrada reflexiona sobre la injusticia en la sociedad. La Zorra, el otro personaje que irrumpe desde las profundidades de su imaginario, inicia con ella un diálogo satírico entre la realidad y la ficción, mientras una radio intermitente narra sobre mujeres asesinadas, mientras ellas buscan una verdad que las salve.
Bajo la dirección de Natalia Camuso, las actrices Carla Gordillo y Carolina Diez interpretan a “la autora y la zorra”, con producción de Alita Molina Barraud, en esta obra híbrida nacida en 2016 con la irrupción del Ni Una Menos en la agenda social, en que la sociedad cayó en la cuenta sobre el flagelo de la violencia de género y los femicidios.
La obra se reestrena el jueves 30 de marzo.
Gentileza.
Esta obra tendrá su reestreno en una versión ampliada, el jueves 30 de marzo a las 21 en el teatro Lavardén, y las entradas se consiguen en la web de Entradas de Lavardén ó en boletería, en la esquina de Sarmiento y Mendoza, de lunes a sábados de 16 a 22, domingos de 18 a 22.
A un nivel intratextual, la obra pretende exponer los lugares comunes del imaginario femenino en que nos criamos y ponerlos en tela de juicio, de una forma tragicómica y llena de absurdo. El espectador accede a la intimidad cotidiana de los personajes en el encierro en que viven, en el límite entre la creación y la fantasía. El lenguaje combina la jerga popular con tintes poéticos y literarios. Los parlamentos oscilan entre los tonos solemnes, humorísticos, reflexivos e irónicos.
La Zorra, perteneciente al género "neo queer" es una victimaria de la mujer desde el interior y provocará en la autora reflexiones de autores como Jung, Lao Tse, Blanchot, Saint Exupéry, autoras como Virginia Woolf, Simone de Beauvoir, Silvina Ocampo, y hasta frases o conceptos del budismo, la cabalá y la Biblia.
Carolina Diez, además de actuar es la dramaturga creadora de este universo. En diálogo con Mirador desandó el origen en pleno auge del Ni Una Menos: “La génesis primera de Hijas de Hipnos fue muy particular, fue un ejercicio de un trabajo por encargo para un profesor de teatro, Marco Bernal, que consistía en un texto dramatúrgico para una tesis de la Escuela Provincial de Teatro y Títeres en el 2015”.
La premisa invitaba a investigar referentes del feminismo, como el caso de Maitena o la editorial Cosmopolitan. “Esa tesis fue una puesta en escena con cuatro personajes en escena. En la sociedad en ese momento observé que los femicidios eran constantes y yo que no consumo televisión me enteraba de esa constante durante mi investigación”, recordó la autora de esta obra y una de las protagonistas.
El grupo original se disolvió, el texto tuvo modificaciones, y se transformó al año siguiente -el año en que el país dijo basta a los femicidios- en una obra de dos personajes en escena, con otro formato y estructura general con el mismo contenido. “Luego tuvo mutaciones, y se puede decir que actualmente esta versión que venimos haciendo con Carla está renaciendo, adaptando la obra a cada lugar, llevándola a espacios culturales alternativos, bares, no necesariamente sobre tablas.
En 2020 se sumó Natalia Camuso como directora, que tomó una nueva forma más orientada a lo escénico sin perder la impronta, la intención de llegar a más cantidad de público”, destacó Carolina, quien agregó que la obra ahora sumó también una productora, Alita Molina Barraud, “por lo que podemos decir que es una obra que está renaciendo y podemos reestrenarla en un
formato como este de teatro como es la Sala Lavardén”.
Consultada en torno al nombre, la dramaturga y actriz de esta obra precisó que Hijas de hipnos nace de una curiosidad: “Hipnos fue hijo de la noche, de la diosa femenina de la noche y el dios masculino de la oscuridad. Pero en su descendencia Hipnos tuvo mil hijos. Estos son los dioses de los sueños, y de ellos ninguna fue hembra. Lo que buscamos entonces es hablar de algo inexistente”.
Y continuó recordando que en la mitología griega “Hipnos era hermano de Tánatos. Si bien el Tánatos es una muerte sin violencia, el sueño y el adormecimiento están muy cerca de la muerte siempre. Esa es la paradoja del título de la obra”.
Diez destacó que todo esto fue pensado antes de la pandemia, y sin embargo, Caro Diez destacó que “ya la propuesta muestra a las protagonistas encerradas porque afuera hay peligro, una voz masculina que ellas escuchan de casos de femicidios, que irrumpe en ese universo de pseudo protección del encierro. Ellas están obsesionadas, y el otro en ellas es una suerte de espejo, como todo vínculo. En constante confrontación con fantasmas y voces de un paradigma”.
Recordó que el segundo personaje que irrumpe, la zorra, estaba pensado “para un actor que se vistiera de actriz, se trasvistiera. En esta versión de dos personajes decidí en la dramaturgia que sea una mujer que deseara ser drag queen”.
Sucede que la obra pone en juego los lugares comunes y no tan comunes de la conformación de la identidad de género dentro de una sociedad en constante transformación, y las continuas consecuencias que subyacen a esos mecanismos.
Ficha técnica
Dirección: Natalia Camuso
Autora: Caro Diez
Actrices: Caro Diez y Carla Gordillo
Producción: Alita Molina