La irregularidad fue el sello distintivo del Newell’s de Heinze. Pase lo que pase de acá al final de la temporada, el paso del Gringo por el banco leproso no fue lo que se esperaba. Sin un estilo definido, con falta de rebeldía en momentos clave y con varios jugadores por debajo de su nivel, la Lepra deberá jugársela en estas últimas cuatro fechas si no quiere perder otro año sumergido en la mediocridad.
La caída ante el Tomba en el Coloso significó la segunda consecutiva en condición de local y sumando los últimos seis partidos, la cuarta en total. El andar de Newell’s en esta Copa de la Liga empezó con dos victorias en casa que hizo ilusionar a un golpeado pueblo leproso que venía de sufrir la dura eliminación en octavos de final de la Sudamericana, pero, tras el empate ante Belgrano en Córdoba, llegaron tres partidos perdidos en fila, incluido el clásico ante Central en Arroyito.
Con la continuidad de Heinze pendiendo de un hilo, la goleada ante San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro pareció ser una señal de recuperación que se potenciaría un par de días después con una nueva alegría ante Tigre en Victoria. Pero la cosa pareció volver a foja cero con el flojísimo partido ante Godoy Cruz y las dudas y críticas hacia el proyecto resonaron en todos los sectores del estadio.
Esta noche, para Newell’s no hay otra opción que los tres puntos. No solo para despejar esos nubarrones, sino para seguir compitiendo por los únicos dos objetivos que le quedan: los cuartos de final de la Copa de la Liga y la clasificación a la Sudamericana 2024. Las competencias internacionales deberían ser una obligación para el elenco del Parque y no algo esporádico como viene sucediendo en la última década por lo que no clasificar sería un verdadero fracaso para el proyecto presentado hace más de un año por un DT que no logró
darle nunca un salto de calidad al plantel.
Es cierto que Heinze y su cuerpo técnico no se encontraron precisamente con un derroche de calidad, pero lo que preocupa puertas para adentro es que futbolistas jóvenes como Juan Sebastián Sforza y Brian Aguirre, considerados los de mayor poder de reventa, no solo no pudieron subir su rendimiento, sino que vienen siendo de lo más flojo del equipo y con el mercado de pases de fin de año acercándose, no deja de ser un gran interrogante ya que la institución del Parque necesita vender sí o sí para poder acomodar los números y conseguir otra clase de refuerzos para el año próximo.
En lo estrictamente táctico, por momentos desconciertan las decisiones de Heinze, quien no para de cambiar esquemas y nombres, aunque no por rendimientos. El caso más llamativo es el del uruguayo Armando Méndez, quien a principios de temporada no iba a ser tenido en cuenta, pero a base de compromiso y buenas producciones se terminó ganando un lugar.
Contra Tigre ya había sorprendido que no saliera en el once y con su ingreso en el segundo tiempo, asistiendo en uno de los goles, quedó en evidencia el error del DT. Pero el jueves contra los mendocinos, el cuerpo técnico volvió a meter mano y a pesar de incluir a Méndez ahora como titular, el que salió fue el juvenil Ian Glavinovich, de gran rendimiento desde que pisó primera.
Las estadísticas marcan que con Glavinovich en cancha, no solo el equipo no perdió, sino que no recibió goles, pero parece que los números no convencieron al entrenador que otra vez planteó un esquema inentendible y favoreció al buen trato de pelota del rival. Así, con muchas más dudas que certezas, se va acercando un final de año en el que Newell’s no dio la talla en partidos importantes, no peleó en ninguno de los frentes que tenía por delante y lo que le queda es no seguir cayendo en las dos tablas, la de la Zona B de la Copa de la Liga y la Anual, pensando ya no en un boleto internacional, sino en los promedios del próximo campeonato.
Historial
El último enfrentamiento entre Newell’s y Platense se registró en la primera fecha de la Liga Profesional de este año en Vicente López y terminaron 2-2. Ramiro Sordo abrió la cuenta para los rojinegros, pero dos errores de Lucas Hoyos les permitieron a los calamares dar vuelta el partido por intermedio de Nicolás Morgantini y Franco Baldasarra, mientras que Francisco González terminó poniendo cifras definitivas en el tanteador.
En el 2022 también fue empate, aunque en esta ocasión 1-1 por los goles de Juan Esquivel para Platense y Marcos Ledesma, en contra, para la Lepra. La última victoria de Newell’s por ligas, se registró en la fecha 13 del Clausura 1999, año en el que Platense terminaría perdiendo la categoría y recién la recuperaría 22 años después. Aquella tarde la Lepra se impuso 3-0 con los gritos de Julio César Saldaña, Germán Real y Humberto Váttimos, en contra.
