Desde un tiempo a esta parte, Newell’s afronta cada partido con la esperanza de recuperar juego, confianza y puntos, pero la historia termina casi siempre igual. El equipo ahora dirigido por Mariano Soso continúa sumergido en la misma crisis de identidad que no pudieron revertir los técnicos anteriores. Y ya son mucho años de frustraciones, decepciones y bronca contenida. Y en ese contexto desolador, la “Lepra” debe afrontar cinco días que serán decisivos para la continuidad del actual proceso futbolístico e institucional. Este miércoles por la tarde recibe a Defensa y Justicia, en un estadio “rojinegro” que clamará por una victoria, pero seguramente irá un poco más allá y empezará a palpitar el clásico del domingo ante Central, que también se disputará en el “Coloso Marcelo Bielsa”. La gran incógnita es saber si este plantel está preparado anímicamente para sobrellevar estos grandes desafíos que se le vienen.

En las cuatro fechas que se disputaron hasta aquí en esta temporada 2025, Newell’s estuvo muy lejos de revertir la imagen que mostró el año pasado. Mucho peor: agravó su crisis con tres derrotas tan dolorosas como inapelables y apenas pudo rescatar un triunfo de local ante Aldosivi, el peor equipo del torneo hasta aquí. Soso no encuentra funcionamiento, cambia jugadores todo el tiempo buscando soluciones que no aparecen y, encima, no encuentra respuestas en la dirigencia, que cerró otro cuestionable mercado de pases.

Este miércoles, desde las 17.45, Newell’s recibirá al siempre complicado Defensa y Justicia, en un estadio que será una caldera y que ya empezará a palpitar el clásico del domingo. Si el equipo de Soso logra un triunfo, servirá como prueba de carácter para lo que viene. Los futbolistas del actual plantel “rojinegro” son en gran parte responsables del presente del equipo, pero también se debe evaluar que es prácticamente imposible para los jugadores rendir al máximo de sus posibilidades inmersos en un clima hostil y agresivo. Los hinchas, por su lado, podrán argumentar también que ya tuvieron demasiada paciencia y que ese capital ya se les agotó.

Debido a la situación reinante, el cuerpo técnico no tiene resto para especular con el clásico del fin de semana y debe presentar ante Defensa y Justicia lo mejor que tiene, que encima no es mucho. Otro mal resultado dejaría a la “Lepra” hundido en la tabla de posiciones del Grupo A del Torneo Apertura. Todo está tan parejo y apretado en el fútbol argentino, que una victoria reposicionaría al conjunto rosarino en la pelea por clasificar a los play off -entran los primeros ocho de cada zona-. De ahí que se dice que los resultados, que son muy malos, no son lo peor de este Newell’s sino el rendimiento individual y colectivo.

En ese marco, en las últimas horas al menos la dirigencia y el director deportivo Rubén Capria anunciaron la contratación de un nueve. Se trata de Carlos González, un delantero paraguayo de 32 años que llega desde el fútbol mexicano y que era seguido por la “Lepra” en este mercado de verano. Si bien el libro de pases ya cerró, Newell’s pudo abrochar esta contratación por la venta al exterior del juvenil “Mata” Pérez, que pasó al fútbol de Portugal.

En el afán de rescatar algo positivo para Newell’s en este contexto adverso y ante dos partidos que serán determinantes para todo el universo “leproso”, el plantel cuenta con jugadores de experiencia, que ya han atravesado este tipo de situaciones en sus largas carreras. En ese aspecto se puede mencionar a Ever Banega y a los recientemente llegados Keylor Navas, Luciano Lollo y Víctor Cuesta. El liderazgo de estos futbolistas, más el empuje de los juveniles, puede sacar al equipo de la encrucijada en la que se encuentra.

La formación “rojinegra” que saldrá a jugar este miércoles desde las 17.45 ante Defensa y Justicia es una incógnita, pero Soso no tiene mucho margen para los experimentos. Presentará un equipo parecido al de los últimos partidos, apostando a mejorar el funcionamiento, quizás con un bloque defensivo más rocoso y con un mediocampo más poblado, por más que esto vaya en contra de sus planes originales. El momento del club y el clima reinante, le exigen al entrenador una señal positiva para esperar el clásico con optimismo.