Daniel Domínguez [email protected]


No hay caso. Las derrotas se acumulan como las deudas. Los errores se repiten semana a semana. Dentro y fuera de la cancha. Parece que no es cuestión de nombres sino de estructura. La misma que se va juntando de a pedazos con cada mala decisión futbolística.

Hoy Newell's es de los peores equipos del fútbol argentino. Aunque hablar solo del presente es ser injusto con todo lo pasado. Para conseguir este logro negativo, fueron muchas las personas que transitaron por los distintos cargos en las últimas campañas y ninguno estuvo a la altura. Entonces, no hay sorpresa en ver a la Lepra en el puesto 23 (sobre 26) de la tabla anual.

La derrota contra Vélez del sábado fue justa, como la mayoría de las caídas que vienen teniendo los dirigidos por Fernando Gamboa. La cuarta en el Coloso Marcelo Bielsa de manera consecutiva y, en esta oportunidad, con su gente.

Previsible, sin ideas y muy vulnerable
Una vez más, los rojinegros fueron un equipo previsible, espeso, sin ideas y muy vulnerable. Si el "furor" del hincha apenas duró cinco minutos cuando Lucero conectó de cabeza, libremente en el medio del área, ante la atenta mirada de los defensores rojinegros que vienen saliendo seguido en todas las fotos de los goles rivales.

Ni rebeldía, ni estructura táctica. Tampoco individualidades que se salgan del molde. Tan mal está Newel's que la vuelta al ruedo de Maxi Rodríguez quedó opacada por la puesta en escena de un elenco que no tiene con qué ser protagonista y, lo peor de todo, no sabe cómo rodar lo que queda de la Liga Profesional (diez partidos) sin seguir deteriorándose.

Reemplazar jugadores o hasta pensar en un cambio de mando en la dirección técnica no parece ser la solución a los verdaderos problemas. Es cierto que, si Gamboa y los suyos siguen perdiendo, la suerte del DT estará echada y dejará el barco.

El sábado Gimnasia será otra piedra en el zapato para este vapuleado conjunto rojinegro. En La Plata, donde la pasó mal en su última visita por la Copa de Liga con derrota 2-1, Newell's se jugará quizás el futuro del entrenador y hasta de varios integrantes del actual plantel. También está en la mira el mánager Lucas Bernardi, quien con la asunción de Ignacio Astore quedó en contrapunto con Julio Saldaña, el hombre de confianza del nuevo presidente para ocupar ese puesto, y todos los cañones apuntan a una pronta despedida del Parque Independencia.

A decidir...
Futbolísticamente, el cuerpo técnico tendrá que tomar decisiones de una buena vez. El 1-4-3-3 está tan agotado como la paciencia de los hinchas y varios futbolistas solo se sostienen en el once titular por la tozudez del orientador táctico.

Gabriel Compagnucci, responsable directo del segundo gol velezano, el juvenil Juan Sforza y los delanteros Maxi Comba y Jonathan Cristaldo son algunos de los jugadores que no presentan su mejor estado de forma.

Para algunos, poner a pibes como lo hizo en su momento el Mono Burgos no sería lo más adecuado en esta situación, pero lo concreto es que "esta situación" lleva ya seis años y nadie da en la tecla. Entonces, para obtener resultados distintos, habrá que hacer cosas distintas de las que se vinieron realizando hasta ahora, pensar en el futuro inmediato y dejar de sacar la pelota del fondo de la red partido a partido.

El club del Parque parece un equipo que ya sabe que va a perder y un dato que refleja esa sensación es que, de las quince fechas disputadas, la Lepra empezó perdiendo nueve partidos, de los cuales solo pudo remontar uno y empatar otro.

El debut frente a Talleres fue el único juego que Newell's comenzó abajo (0-2) y se quedó con los tres puntos. El otro punto que pudo rescatar fue nada menos que en el clásico contra Central para el 1-1 final.

Argentinos Juniors, Racing, Defensa, Atlético Tucumán, River, Huracán y Vélez, (estos últimos cuatro en Rosario) se quedaron con todo sabiendo lo que les cuesta a los leprosos correr de atrás en el tanteador.

Así como rezaba aquella canción que decía "pasan los años, pasan los jugadores y los campeonatos", hoy en Newell's todos pasan de largo, lo único que no cambia son los malos resultados y el club, o lo que va quedando de él, se sigue deteriorando.

El club del Parque parece un equipo que ya sabe que va a perder y un dato que refleja esa sensación es que, de las quince fechas disputadas, la Lepra empezó perdiendo nueve partidos, de los cuales solo pudo remontar uno y empatar otro.