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El presidente de Argentina en 1863, el porteño Bartolomé Mitre logró concretar la idea del primer mandatario anterior, Justo José de Urquiza. El objetivo era construir una línea ferroviaria para unir Rosario con la ciudad de Córdoba. El comienzo de los trabajos en la Estación Rosario Central se dio el 20 de abril de 1863.
La historia de la ciudad a la vera del Paraná y de parte de la provincia cambió para siempre a partir del desarrollo de estas vías férreas. Ingleses, obreros y jerárquicos arribaron en esos años para el tendido de las vías que llegó a La Docta en 1870 (ya con Domingo Sarmiento con la banda presidencial). Muchos vinieron con sus hijos o tuvieron descendencia en la Cuna de la Bandera. Para educarlos y para mantener el idioma anglosajón se creó el Saint Bartholomew’s Day School. El Colegio San Bartolomé cumple este 1º de octubre 150 años de funcionamiento.
“Los ingleses trajeron a la ciudad de Rosario (como lo hicieron en todo el mundo) su cultura, religión, conocimientos, deportes. Además, en nuestro país el ferrocarril sirvió de desarrollo integral de nuestra geografía, generando el origen y progreso de cientos de ciudades. Nuestra institución ha atravesado 150 años en paralelo con nuestra nación, y ha persistido en el tiempo por tener objetivos éticos, nunca políticos ni religiosos, educando en valores desde siempre”, afirmó a Mirador Provincial Domingo Cúneo, presidente de la Fundación Churchill, la entidad que rige los destinos del colegio.
El Inglés, como se lo llama coloquialmente, es la segunda escuela más vieja que llega hasta nuestros días en Rosario después del Colegio Nuestra Señora del Huerto (de calle Juan Manuel de Rosas al 1.000), que abrió sus puertas en 1863. El camino del colegio británico arranca también en aquella década fundacional para esta región. La del ’60 del siglo XIX. Desde Inglaterra llegaron expertos en materia ferroviaria, que se asentaron por unos años o definitivamente en Argentina. La colonia inglesa, y británica en general, creció a partir de los trabajos en los trenes. En Rosario, en 1857, habitaban 9.800 personas, de las cuales 58 eran anglosajonas. En 1869, los ingleses eran 311 en una población mucho mayor, de 23.169 habitantes.
La entidad madre
La Sociedad Misionera Sud Americana fue fundada en 1844 en Londres. Su tarea, establecer asientos o “missions” en este continente. Pastores misioneros suplían a la Iglesia de Inglaterra donde esta entidad no había podido establecerse aún. El reverendo Williams F. Coombe, nacido en Plymouth en 1840, estaba asignado a la colonia británica de Carmen de Patagones. Tras visitar Rosario y elaborar un informe, se le indicó radicarse en la ciudad. Coombe fue el encargado de liderar espiritualmente a los venidos desde Gran Bretaña.
El sacerdote llegó a tierras rosarinas el sábado 11 de abril de 1868. Allí permaneció diez años en los que puso los cimientos del Saint Bartholomew’s o el también llamado Rosario English School (denominación que adoptó a partir de 1924). Coombe comenzó a dar misas en mayo de aquel año. Tras esto, se pensó en dictar educación a los hijos varones de los feligreses. Se inició como una “sunday school”, una escuela de domingo, tras el oficio religioso, pero se transformó luego en una “day school”, escuela diaria, a partir del jueves 1º de octubre de 1868. Las clases comenzaron en el décimo mes del año al respetar el calendario en el hemisferio norte, que va de septiembre u octubre a junio o julio. Posteriormente, el calendario se adaptó al hemisferio sur para comenzar en febrero y finalizar en diciembre.
En una carta de 1870, el reverendo Coombe escribió: “Cuatro nativos que ingresaron en la escuela el 1º de octubre de 1868 hablan ya inglés fluidamente y dos de ellos me asisten ahora en las clases tanto de inglés como de español”. En paralelo al dictado de clases, la colectividad británica avanzó en la construcción de su templo. La iglesia de la esquina de Paraguay y Urquiza fue edificada bajo la supervisión del ingeniero Edwin Eddowes. Comenzó a construirse en enero de 1875 y se completó en 1879. Quedó consagrada el 24 de agosto, día de San Bartolomé, del ’79. Antes de construirse el templo, se decidió levantar un inmueble más modesto y pequeño que se llamó “Iron Church” y que se habilitó en 1871. Cuando comenzó a usarse el templo color rojizo (que permanece abierto aún hoy), la Iglesia de Hierro pasó a ser la sede de la escuela.
Coombe murió de manera inesperada el 7 de septiembre de 1878. Su reemplazante fue el reverendo Francis N. Lett. El San Bartolomé contaba en diciembre de aquel año con 61 alumnos, 36 varones y 25 chicas.
Arribo de Isaac Newell
Como director del colegio, el sacerdote Lett creó una comisión administradora. Esta eligió un docente de carrera para dirigir al instituto educativo. La elección recayó en Isaac Newell que entró en funciones en noviembre del ’80. Newell quedó a cargo de los chicos y su esposa, la alemana Anna Margaretha Jockinsen, a cargo de las niñas.
El 8 de febrero de 1884 murió el reverendo Lett. El cura George Adams lo reemplazó. Probablemente por divergencias con Adams, Isaac Newell y su mujer abandonaron sus cargos en noviembre de aquel ’84. Luego, en 1885, la pareja creó el Colegio Anglo-Argentino en Entre Ríos al 100. Aquel colegio nuevo fue el germen del Club Atlético Newell’s Old Boys, bautizado en honor a su mentor extranjero. Según investigaciones del ex alumno y directivo del San Bartolomé Zenith Porcelli, el fútbol en Rosario comenzó en el Inglés de la mano del maestro Isaac. Una versión que contradice la historia oficial de NOB que sostiene que el Anglo-Argentino fue el primero en practicar el balompié.
El edificio del colegio quedó terminado donde estaba la “Iron Church” en 1886. Quedó habilitado en mayo de ese año. Ese inmueble fue la sede hasta 1940. En el ’40 se trasladó el colegio a su ubicación actual de calle Tucumán entre Mitre y Entre Ríos.
Poco antes del traslado al edificio actual nació una gran tradición que se mantiene hasta hoy. La de las casas para competir internamente en las pruebas deportivas. Que luego se extendieron a otras actividades. Así surgieron Hudson (de color rojo) y Cunninghame-Graham (azul) en 1937. En 1943, se creó el tercer integrante, Canning (blanco).
El colegio hoy
La institución cuenta hoy con dos colegios. Uno céntrico y otro en la zona oeste (ver recuadro). “Además, la Fundación Churchill presta servicios educativos a través de un terciario desde hace 30 años en profesorado, traductorado e interpretariado del idioma inglés y un instituto de inglés”, dijo Cúneo. “La enseñanza del inglés es nuestra característica y a ella nos dedicamos a educar desde niños de dos años de edad hasta la formación integral de futuros profesores, traductores e intérpretes”, agregó.
“Desde 1868 mantenemos una forma de educar, que se originó en costumbres inglesas, que se construyó sin imitaciones, que respeta a quienes nos precedieron y tratamos de continuar con ese legado”, aseguró el directivo. “Hoy los destinos de la institución dependen de una asociación civil sin fines de lucro (la Fundación Churchill), cuyos integrantes trabajan ad honorem”.
Los festejos principales del sesquicentenario están previstos para el 24 de agosto próximo, día del patrono de la escuela, San Bartolomé Apóstol.
* (La mayor parte de los datos extraídos para esta nota provienen del libro Colegio San Bartolomé. Apuntes para una historia, 1868-2000, de Zenith Porcelli.)
Lo distinto que era Rosario en 1868
Rosario era completamente distinta hace un siglo y medio. En 1868 comenzaba a asomar esa ciudad que recibió miles de inmigrantes y que creció desde aquella época hasta los ’60 del siglo pasado. Thomas J. Hutchinson fue el cónsul británico en esta ciudad entre 1862 y 1870. En su obra Buenos Aires and Argentine Gleanings (que fue traducida al español por Luis F. Varela con el nombre de Buenos Aires y otras Provincias Argentinas), él describió la vida en estos pagos hace 150 años.
Hutchinson escribió: “En la costa de Rosario aún antes de subir a la ciudad hay más movimiento que en cualquier ciudad del Paraná”. En otro tramo aseguró: “En diciembre de 1866 llegó a haber 26 vapores en el puerto cuando dos años atrás, aparte de los que traían material para ferrocarril, difícilmente se veía alguno. Pronto se encontrará lucrativo hacer viajes directos de Liverpool a Rosario trayendo inmigrantes”.
El diplomático también describió la gastronomía de otrora: “La comida en su mayor parte consiste en carne cocida, pan, vino y mate”. Sobre el pan, afirmó: “Llega a nuestra puerta cada mañana entre las 7 y las 8 hrs (sic). Es transportado en paneras hechas de tiras de cuero de vaca acondicionado sobre el lomo de una mula, guiada en su deambular de puerta en puerta, por un gaucho que anuda en su cuello un pañuelo de mujer”. También se bebía leche en aquel entonces, como asentó el escritor inglés: “El lechero a caballo trae en forma irregular a nuestra puerta la ración necesaria usando tarros de latón... La leche es generalmente buena, aunque estamos obligados en el verano a hervirla apenas arriba para evitar que se corte”.
Old Resian y Grantfield
Los alumnos usaron por décadas al Club Atlético del Rosario como campo de deportes. Esto cambió el 5 de mayo de 1942 cuando nació Old Resian Club. Este nombre derivó de la denominación que tenía el colegio en aquella época, Rosario English School (RES). Se tomaron las iniciales para bautizar a la entidad. En tanto, “old boys” y “old girls” significan ex alumnos.
La sede, llamada Grantfield, está en Fisherton. La donó Alexander Grant, de ahí su nombre, en 1948. Allí se practican rugby, hockey sobre césped y otras disciplinas deportivas. En 2005, en esa misma zona se construyó otra escuela para alumnos de la región oeste de Rosario y Gran Rosario.
Un alumno que llegó a gobernador
Uno de los alumnos más ilustres del instituto educativo fue un gobernador de nuestra provincia en este siglo. Antonio Bonfatti (gobernador de Santa Fe entre diciembre de 2011 y diciembre de 2015) cursó toda la escuela primaria en el San Bartolomé. El presidente actual de la Cámara de Diputados provincial pasó por las aulas del Inglés en la segunda mitad de la década del 1950.
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